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Frecuencia y factores de riesgo asociados a vaginosis bacteriana y vaginitis por Candida spp. en mujeres con infección vaginal

Frecuencia y factores de riesgo asociados a vaginosis bacteriana y vaginitis por Candida spp. en mujeres con infección vaginal

Las infecciones vaginales son responsables de 90% de las consultas ginecológicas y altas prevalencias de morbi-mortalidad materna y neonatal.

Objetivo: determinar la frecuencia y los factores de riesgo asociados a vaginosis bacteriana y vaginitis por Candida spp. en mujeres con infección vaginal en una institución de salud en la ciudad de Valledupar.

Frecuencia y factores de riesgo asociados a vaginosis bacteriana y vaginitis por Candida spp. en mujeres con infección vaginal

Gloria Inés Morales Parra (1), Carla Cecilia Bolaños Contreras (2), Yoheinys Rosado Arrieta (3), Adriana Vanegas Moscote (4)

RESUMEN

Materiales y métodos: estudio descriptivo de corte transversal para analizar 57 secreciones vaginales en mujeres sexualmente activas. El diagnóstico de vaginosis bacteriana se realizó mediante los criterios de Amsel y la tinción de Gram para cuantificar los morfotipos bacterianos según parámetros de Nugent. Los aislamientos de Candida spp. se realizaron en agar Sabouraud con cloranfenicol. Los cultivos que cumplieron los criterios de Higashide se procesaron con el método automatizado Phoenix 100BD para identificar género y especie.

Resultados: 46% de las muestras procesadas fueron positivas para infección vaginal. 54% de las mujeres presentaron vaginitis por Candida spp y 46% vaginosis bacteriana. Las especies de Candida spp. más frecuentemente aisladas fueron Candida albicans (64%), Candida tropicalis (29%) y Candida glabrata (7%). Los factores de riesgo asociados con estas infecciones vaginales fueron las duchas vaginales (73,3%), el embarazo (23,07%) y la diabetes (19,23%). Dentro de los métodos de planificación familiar, el grupo de los anticonceptivos orales ocupo el primer lugar (50%) seguido del condón (19,23%), el dispositivo intrauterino (11,55%), las inyecciones (10,0%) y el implante (2%).

Conclusión: es importante el diagnostico precoz y oportuno de las infecciones vaginales para evitar las consecuencias gineco-obstétricas que estas producen.

Palabras clave: vaginosis bacteriana, vaginitis, criterios de Amsel, parámetros de Nugent, Criterios de Higashide.

  1. Magister Microbiología Molecular. Universidad Popular del Cesar. Valledupar, Colombia.
  2. Magister en Gerencia de proyectos de Investigación y Desarrollo. Universidad Popular del Cesar. Valledupar, Colombia.
  3. Microbióloga Universidad Popular del Cesar. Valledupar, Colombia.
  4. Microbióloga Universidad Popular del Cesar. Valledupar, Colombia.

INTRODUCCIÓN

Las infecciones del aparato genital femenino entre ellas la vaginosis bacteriana y la candidiasis vaginal además de los problemas físicos y emocionales que ocasionan en las pacientes, constituyen una pérdida económica de proporciones apreciables al sistema de salud, tanto en las mujeres de países industrializados y en vías de desarrollo, siendo responsables del 90% de las consultas ginecológicas (1, 2).

La candidiasis vulvovaginal (CVV) es una patología muy común que afecta al menos a 50% de las mujeres una vez en su vida y representa 25% de las infecciones vaginales totales. Las recurrencias son frecuentes y se ha estimado que 50% de los casos presentará un segundo episodio después del primer cuadro clínico (3). La vaginosis bacteriana (VB) genera en todo el mundo más de 10 millones de consultas médicas al año, con un costo estimado de mil millones de dólares; la prevalencia en mujeres con patología obstétrica y ginecológica es mayor que en la población general, habiendo sido detectada en 35% de mujeres con rotura prematura de membranas en el embarazo de pre término, 43% de mujeres con parto prematuro con membranas intactas sin causa clínica evidente y en 50% de pacientes con enfermedad inflamatoria pélvica aguda (4).

El diagnóstico clínico correcto y oportuno de la vaginosis bacteriana (VB) y la candidiasis vulvovaginal (CVV) es indispensable para establecer una adecuada terapia y evitar las posibles complicaciones gineco-obstétricas. Teniendo en cuenta la alta prevalencia de estas dos infecciones vaginales en mujeres sexualmente activas, el propósito de esta investigación fue dar a conocer los factores de riesgo asociados y la prevalencia de vaginitis por Candida y vaginosis bacteriana en mujeres sintomáticas.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se llevó a cabo un estudio descriptivo de corte transversal en 57 pacientes mujeres sexualmente activas que acudieron al Hospital Eduardo Arredondo Daza en la ciudad de Valledupar (Colombia) entre Mayo y Julio del 2015 y que aceptaron participar voluntariamente mediante consentimiento informado. Se excluyeron pacientes que presentaron sangrado vaginal, periodo menstrual, que se aplicaron óvulos vaginales la noche anterior o que hubieran tenido relaciones sexuales las últimas 48 horas.

Las secreciones vaginales se tomaron mediante hisopos estériles. Se realizó un montaje húmedo con solución salina para evidenciar elementos y estructuras compatibles con vaginosis bacteriana y candidiasis vaginal. Para el diagnostico de vaginosis bacteriana se aplicaron los criterios de Amsel y col., correspondientes a una descarga blanco grisácea, fina y homogénea, un pH mayor a 4.5, presencia de células claves mayor al 20% y el test de aminas positivo (5). Adicionalmente, se realizó la tinción de gram para cuantificar los morfotipos bacterianos compatibles con Lactobacillus spp, G. vaginalis, Bacteroides y Mobiluncus según parámetros establecidos por Nugent y col. (6). La puntuación que confirmó la vaginosis bacteriana (VB) se obtuvo al sumar los puntos de los cuatro grupos y se consideró una puntuación mayor o igual a 7 compatible con esta infección.

El diagnóstico de candidiasis vaginal se realizó mediante la observación de blastoconidias y/o hifas en el examen microscópico y el cultivo en agar Sabouraud con Cloranfenicol. A los cultivos positivos se les aplicó los criterios de Higashide parámetros que sirvieron para diferenciar entre una colonización por Candida spp., como biota normal del ecosistema vaginal o un crecimiento compatible con proceso infeccioso (7). Posteriormente se realizó la identificación del género y especie mediante el sistema automatizado Phoenix 100 BD (Beckton, Dickinson).

El análisis descriptivo de la información se digitó en una base de datos, diseñada en el programa Microsoft Excel 2010 y Microsoft Word 2010. Para la parte ética y la confidencialidad de los resultados de este trabajo, se tuvo en cuenta la resolución Nº 008430 DE 1993 (octubre 4 de 1993), mediante el cual se establecen las normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud.

RESULTADOS

46% de las participantes en este estudio presentaron vaginosis bacteriana y el 54% candidiasis vaginal. La especie de Candida más frecuentemente aislada fue Candida albicans con un 64%, seguida de Candida tropicalis (29%) y Candida glabrata (7%).

Las edades de las pacientes oscilaron entre 15 y 55 años, con una media de 35 años y el grupo etario con mayor frecuencia de infecciones vaginales correspondió al de 15-25 años con un total de 15 pacientes. Además, en las pacientes que referenciaron haber iniciado relaciones sexuales antes de los 14 años y que tuvieron entre 3 y 4 parejas sexuales fue mayor el porcentaje de candidiasis vaginal y vaginosis bacteriana (54%).

Todas las mujeres con vaginosis bacteriana presentaron en mayor o menor porcentaje los síntomas relacionados con esta infección, siendo la leucorrea gris blanca homogénea (100%), el prurito (75%), el mal olor (75%) y el ardor vulvar (50%) los signos más frecuentemente referenciados. El dolor durante relaciones sexuales, el ardor vaginal y la disuria fueron descritos en una menor proporción. Los signos y síntomas clínicos más comunes en las mujeres con vaginitis por Cándida spp., fueron la leucorrea (100%) y el prurito (78,6%), presentando dolor vulvar y eritema en una menor proporción (14,3% y 28,6%).

Al aplicar los criterios de Amsel para el diagnóstico de VB, se pudo evidenciar que en el 100% de las pacientes se observaron células guía y presentaban una secreción vaginal gris blanca y homogénea, en el 75% el pH fue mayor de 4,5 y en un 66% se obtuvo el test de aminas positivo. La coloración de Gram realizada para cuantificar los morfotipos bacterianos evidenció un predominio de cocobacilos Gram negativos compatibles con G. vaginalis, bacilos Gram negativos sugerentes de Bacteroides (100%), bacilos Gram negativos curvos tipo Mobiluncus (75%) y ausencia de Lactobacillus (100%).

El uso de duchas vaginales fue el factor de riesgo más prevalente en estas dos infecciones vaginales (57,7%) seguido del embarazo (23,07%) y la diabetes (19,23%). De los métodos de planificación familiar el grupo de los anticonceptivos orales ocupó el primer lugar (50%) seguido del condón (19,23%), el dispositivo intrauterino (11,54%), las inyecciones (11,54%) y el implante (7,69%).

DISCUSIÓN

Las infecciones del aparato genital femenino, además de los problemas físicos y emocionales que ocasionan en las pacientes, constituyen una pérdida económica de proporciones apreciables al sistema de salud, en las mujeres de todas las edades y estratos socioeconómicos (8).

La Organización Mundial de la Salud reporta una prevalencia de 26.5% para G. vaginalis como germen más frecuente en infecciones vaginales y en algunos países latinoamericanos se ha encontrado una prevalencia hasta del 52% para esta bacteria (9,10). En el presente estudio se encontró una prevalencia relativamente alta de vaginosis bacteriana (46%), resultados muy superiores al compararlos con otras investigaciones (11,12,13,14). La baja prevalencia de VB reportada en muchas investigaciones muy probablemente sea debido a que en la mayorías de los casos las pacientes solo presentan el típico flujo mal oliente y el prurito parámetros que pueden pasar inadvertidos; además, hasta el 50% de los casos son asintomáticos (15), confirmando la importancia de realizar estudios epidemiológicos para cada sitio, ya que existen diferencias importantes de acuerdo a la zona geográfica y tipo de población estudiada.

En el 90% de los casos, la especie más frecuentemente aislada es la Candida albicans, y en este nuestro caso no fue la excepción, pues esta especie fue recuperada en un 64%, resultados comparables con los referenciados por Villarroel P. y Morales G. (16, 17) y muy superiores a los encontrados en otras investigaciones (19,20, 21). Un rasgo característico de la Candida albicans es que puede actuar como patógeno oportunista cuando se compromete la inmunidad o los mecanismos locales de defensa, entre los que destaca diabetes mellitus, embarazo, obesidad, uso reciente de antibióticos o corticoides, así como cualquier tratamiento inmunosupresor (21).

En los últimos años se han aislado otras especies consideradas como levaduras emergentes relacionadas principalmente con episodios de candidiasis recurrente, siendo las más frecuentemente relacionadas Candida glabrata, Candida parapsilosis y Candida tropicalis. En esta investigación se encontraron Candida tropicalis (29%) y Candida glabrata (7%), resultados compatibles con otros trabajos (3, 22, 23), demostrando así la colonización e infección relativamente frecuente del ecosistema vaginal por otras especies diferentes de Candida albicans. La erradicación de Candida albicans puede causar una selección de especies, como Candida glabrata, resistentes a diferentes agentes de uso común aumentando entonces la frecuencia a nivel mundial de Candidiasis vulvovaginal por estas especies de Candida (3). Los resultados de esta investigación también demostraron la dependencia hormonal de la infección, ya que todos los casos positivos para CVV fueron pacientes en edad reproductiva. En este sentido, un ambiente hiperestrogénico incrementa la exposición de los complejos epiteliales glucoproteínicos que actúan como receptores que facilitan la adherencia de los hongos a la superficie epitelial (3).

Las mujeres con vaginosis bacteriana que participaron en este trabajo cumplieron con tres de los cuatro parámetros establecidos por Amsel y col., resultados concordantes con otros artículos (24, 25, 26) y a pesar de que el 75% de las mujeres presentaron un pH superior a 4.5 algunos autores han documentado una muy baja especificidad y sensibilidad para este criterio, ya que el pH vaginal se puede alterar y elevar por múltiples factores como son el uso continuo de duchas vaginales, la insuficiencia estrogénica, la presencia de Trichomonas, el día del ciclo en que se encuentre la mujer, la actividad sexual y el embarazo, por lo que no debería ser incluido para el diagnóstico de este síndrome (27, 12). Aunque todas las pacientes con vaginosis bacteriana (VB) presentaron células guía en un 20%, es importante resaltar que en muchas mujeres no se aprecian estas células, probablemente porque algunas presentan una afección crónica y por consecuencia hay producción de inmunoglobulinas localmente, la cual bloquea la lesión de las bacterias a la célula a través de la interacción con proteínas de superficie (28).