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Frotis de la sangre periférica y de la médula ósea en Hematología

intersticial, nodular, difuso, central, paratrabecular. Buscar la presencia de granulomas o de metástasis y por último identificar si existe o no fibrosis.

Indicaciones del estudio de la médula ósea (MO)

La indicación más precisa para realizar un aspirado de la médula ósea (MO) es la presencia en la SP de células anormales o no habituales: blastos, linfocitos anormales o mielemia, esto significa en la práctica la existencia de síndromes mieloproliferativos o linfoproliferativos agudos, crónicos o metástasis, imagen leucoeritroblástica inexplicable. También está indicado cuando existe la presencia de citopenias de dos o tres líneas hematopoyéticas, como consecuencia de una aplasia medular, mielofibrosis o metástasis. Cuando existe un aumento cuantitativo de las tres líneas celulares para corroborar la presencia de un síndrome mieloproliferativo agudo o crónico. Frente la presencia de un aumento cuantitativo de una sola línea celular, la actitud varía según las siguientes circunstancias:

1.- La anemia ferropénica o de las enfermedades inflamatorias crónicas no necesitan un estudio de la médula ósea (MO), así como tampoco las anemias macrocíticas regenerativas (hemólisis) o las anemias por hemodilución (embarazo). En cambio es una indicación de un aspirado de la médula ósea (MO) la presencia de una anemia normocítica normocrómica y arregenerativa porque su origen puede ser central p.ej., una hemopatía; y también está indicada en una anemia microcítica, normo o hipersiderémica, como consecuencia de una diseritropoyesis (síndromes mielodisplásicos). En conclusión se puede decir, que son muchas o casi todas las “anemias solitarias” que no necesitan un aspirado de la médula ósea (MO) y muy pocas o casi ninguna que lo requieren.

2.- Neutropenia. El aspirado y la biopsia de la médula ósea (MO) se puede prescindir cuando existe evidencia de una destrucción periférica (LES) o una alteración en su distribución (marginación). Frente la sospecha de la existencia de una causa central p.ej., SMD si se requiere la realización del mielograma, entre otros estudios.

3.- Trombocitopenia. No está indicado en el LES, mononucleosis, hiperesplenismo, CID o transfusiones masivas, en cambio sí está indicado para precisar si la trombocitopenia es de origen central (aplasia medular, leucemias) o periférica (PTI).

4.- Poliglobulia. No está indicada si solo está aumentado el número de eritrocitos o hematocrito sin alteraciones de las otras series hematopoyéticas.

5.- Leucocitosis. Una neutrofilia o eosinofilia, si no va acompañada de otras alteraciones del hemograma no es expresión de una hemopatía maligna. En cambio una linfocitosis absoluta puede sugerir una infiltración medular (LLC). Una monocitosis si no está relacionada con una infección grave, puede sugerir la fase de recuperación de una aplasia medular o un agranulocitosis, si requiere un aspirado de la médula ósea (MO) para diagnosticar un SMD o una LMA M4 o M5.

6.- Trombocitosis. Solo está indicada cuando se sospeche de un síndrome mieloproliferativo crónico o una metástasis en la médula ósea (MO).

 Aunque el hemograma sea normal, el examen de la médula ósea (MO) (aspirado o biopsia) puede estar indicado en otras circunstancias como p. ej., evaluar el estadio de una hemopatía, en particular los síndromes linfoproliferativos crónicos y de las neoplasias sólidas (metástasis) y el diagnóstico de una gammapatía monoclonal.

Biopsia vs aspirado de la médula ósea (MO)

La principal indicación de la biopsia de la médula ósea (MO) es la obtención de un aspirado en blanco “dry tap “o solo con sangre “blood tap”. Un “dry tap” puede expresar que la médula ósea (MO) esté hipocelular, hipercelular, fibrótica o que el hueso es impenetrable. Solo la biopsia puede aclarar cuál de estas situaciones es la causa. La biopsia de la médula ósea (MO) es imprescindible para el diagnóstico de aplasia medular y de mielofibrosis y en casos dudosos de policitemia vera (PV): fase de metaplasia mieloide postpolicitemia, así como en el estadiaje de los linfomas.

Está indicada entre las neoplasias malignas para el diagnóstico de: trombocitemia esencial, tricoleucemia, enfermedad de Waldenström, mastocitosis sistémica y para la detección de metástasis neoplásicas. Es útil en la evaluación pronóstica de la LLC, LMC, PV y SMD. Por lo general no está indicada y por consiguientes es innecesaria, en las leucemias agudas, excepto en la LMA M7.

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