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Grandes Síndromes Geriátricos

Grandes Síndromes Geriátricos

Resumen:

En este trabajo se realizó una revisión bibliográfica relacionada con los principales síndromes que afectan al paciente de la tercera edad a partir de la consulta directa de un total de 27 referencias bibliográficas, pues consideramos que en ellos se engloban diversas entidades clínicas que causan frecuente incapacidad y deterioro de la salud y calidad de vida del anciano y que no suelen mencionarse clásicamente, por lo que deben incluirse siempre en el protocolo de atención de los pacientes de edad avanzada, especialmente en los ancianos frágiles.

Grandes Síndromes Geriátricos

Gilberto Betancourt Reyes Betancourt Enrich. Estudiante de quinto Año de Medicina. Alumno Ayudante e Instructor de Medicina Interna. Universidad de Ciencias Médicas “Carlos J. Finlay”. Carretera Central Oeste. Camagüey, Cuba.

Universidad de Ciencias Médicas Dr. Carlos J. Finlay. Camagüey

Otra característica de los Síndromes Geriátricos es que constituyen una forma común de presentación de la enfermedad, de muy diferente etiología, pero con una manifestación final común de estos síndromes, en pro de conocer cada vez más y de hallar mejores y beneficiarias soluciones. Los pacientes geriátricos, con sus patrones característicos de morbilidad, son más propensos a padecer procesos subsidiarios de cuidados terminales. La frecuente aparición de los grandes síndromes geriátricos (inmovilidad, caídas, incontinencia y deterioro mental) entre la población anciana general nos hizo considerar la forma de presentación, factores de riesgo, causas, consecuencias y manejo de estos síndromes en el paciente anciano, insistiendo en el cumplimiento del axioma: «cuidar más que curar».

Palabras clave: incontinencia urinaria, inestabilidad, inmovilidad, deterioro intelectual.

Keywords: Incontinence, Instability, Immobility, Intellectual impairment.

Introducción:

El término de geriatría se incorpora a la terminología médica hacia el año 1909, fecha en la que I. L. Nascher publica en el New York Medical Journal un artículo titulado: «Geriatrics: The diseases of the old age and their treatments», solicitando una medicina específica y distinta de la tradicional para la mejor atención de los pacientes ancianos. Sin embargo, la medicina geriátrica moderna surge en Gran Bretaña en torno a 1935 de la mano de la doctora Marjory Warren, cuando fue destinada al West Midd-Lessex Hospital encargándose de la asistencia del adyacente hospital-asilo de los pobres a los que diagnosticó, evaluó y rehabilitó como pudo, logrando metas no sospechadas que no pasaron inadvertidas por sus colegas. La doctora Warren en una de sus publicaciones, en 1946, sobre ancianos y pacientes crónicos incapacitados decía:

«No hay duda en absoluto que estos pacientes han sido inadecuadamente tratados en el pasado y con frecuencia continúan recibiendo una atención insuficiente y escasa, si es que reciben alguna, en una atmósfera que pierde la comprensión con su edad y condición. La profesión médica, habiendo tenido éxito en la prolongación de la vida del hombre, no debe seguir fallando en asumir su responsabilidad con el anciano enfermo o que se vuelve débil. Se necesita urgentemente un cambio en la actitud del cuidado y tratamiento de los enfermos crónicos».

Algunas ideas, hoy consideradas obvias, en su época fueron revolucionarias, tales como que la vejez no es una enfermedad, que es esencial hacer diagnósticos concretos en los ancianos, y que el reposo prolongado en la cama puede ser peligroso.

El término de manejo inadecuado en la asistencia de los ancianos incluye aspectos diagnósticos y terapéuticos, y según Salomón (1988) se produce cuando en el paciente anciano concurre alguna de las siguientes circunstancias:

— Diagnóstico médico incompleto.

— Sobreprescripción de medicamentos.

— Infrautilización de la rehabilitación.

— Pobre coordinación entre servicios que imposibilitan la continuidad de cuidados.

— Institucionalización inadecuada.

Por lo tanto, la medicina geriátrica poseerá características que aseguren: el diagnóstico médico completo (valoración geriátrica integral), tratamiento integral (médico, funcional, psicológico y social), coordinación mediante niveles asistenciales que garanticen la continuidad de cuidados, así como la supervisión de los ancianos institucionalizados. Esta metodología de trabajo ofrece un tratamiento al paciente anciano que se ajuste a sus necesidades en función de la fase del proceso patológico que presenta.

Desde la perspectiva de la atención médica diaria, la curva demográfica muestra con claridad que la práctica médica del futuro estará muy vinculada con la geriatría. La inquietud derivada de la epidemia del envejecimiento proviene de dos factores principalmente: los números y los costes. Si bien la gran cantidad de cuidados médicos que utilizan los ancianos parece desproporcionada, hemos de considerar que gran parte del aumento de los gastos derivan de los formidables avances en la tecnología médica diagnóstica y terapéutica. Disponemos de herramientas potentes y costosas y, por lo tanto, estamos cosechando los frutos de nuestro propio éxito. Si no tenemos en cuenta esta premisa en la manera que se proporciona atención médica al anciano, prolongaremos su vida a costa de su discapacidad.

Actualmente la geriatría es una disciplina científicamente consolidada, y la presencia de temas geriátricos, tanto en el ámbito clínico como asistencial, es habitual en numerosas publicaciones internacionales, tanto de nuestra especialidad como de otras especialidades clínicas y de Atención Primaria. La denominada geriatrización de la Medicina es un hecho real en los países desarrollados, quedando reflejado en las tasas de consumo de recursos sanitarios por parte de este grupo poblacional, obligando, por un lado, a las instituciones a adaptarse a las nuevas necesidades de este gran consumidor y, por otra, a los profesionales que les prestarán