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Grupos sanguíneos y marcadores celulares

científica y a reconocer que las mismas guardan estrecha relación con diversos cuadros patológicos La caracterización molecular de los antígenos de grupo sanguíneo y la utilización de anticuerpos monoclonales específicos, permite estudiar la modulación de sus epitopes durante el proceso de malignidad. Algunos autores han reportado que distintas transformaciones adquiridas y reversibles producidas por agentes virales, químicos y activadores de oncogenes, provocan cambios en la composición glicolipídica y en el metabolismo celular (20).

Se sabe que durante la progresión tumoral ocurren cambios en la glicosilación de proteínas y lípidos, dentro de los que se incluyen las alteraciones en los patrones de sialilación de las células tumorales. Si bien, es cierto que las alteraciones en la sialilación son consecuencia y no causa de la transformación neoplásica, se han propuesto como eventos importantes en la inducción de la invasión y metástasis.

Recientemente se determinó que la molécula de adhesión CD44 cumple una variedad de funciones: es un antígeno de diferenciación durante la linfopoyesis, actúa como molécula de adhesión en interacciones entre linfocitos y células endoteliales, puede remodelar la matriz extracelular durante el desarrollo embriogénico y constituye un potencial marcador de malignidad tumoral y metástasis (21, 22). Esta versatilidad de funciones es debida a la heterogeneidad molecular que presenta el gen que codifica la expresión de esta proteína. Estas moléculas podrían cumplir una función en la movilización celular y en el anclaje selectivo en diversos órganos, participando en el proceso de invasividad y metástasis.

– Sistema de grupo sanguíneo ABO

La expresión de los antígenos del grupo sanguíneo ABO, no está limitada a los glóbulos rojos, también están presentes en la superficie de otras células del organismo y en las secreciones (23-25). Estos antígenos confieren propiedades biológicas esenciales, participan en el recambio y el tráfico transcelular y tienen gran importancia para la interacción celular durante el desarrollo y crecimiento. Los glucoconjugados de membrana de las células epiteliales presentan carbohidratos antigénicos relacionados con las sustancias de grupo sanguíneo. Durante la progresión a la malignidad, estos oligosacáridos inmunodominantes sufren alteraciones específicas. El cambio más frecuente y destacable en las determinantes de grupo sanguíneo asociado con cáncer humano es la deleción de antígenos de grupos sanguíneos A, B o H (26-28) en eritrocitos, también se encuentran en todos los tejidos epiteliales y endoteliales,

En el diagnóstico histopatológico de rutina, la clasificación del tipo de tumor está basada en la apariencia histológica de la mayoría de las partes diferenciadas del tumor. Por otro lado, el pronóstico de la enfermedad está basado parcialmente en el grado de diferenciación del tejido. En la mayoría de los casos, el grado de diferenciación está determinado por la morfología celular del tejido analizado y por la capacidad de las células de sintetizar productos específicos tales como queratina y mucina. Se ha demostrado que la expresión de los carbohidratos sobre la superficie celular de epitelio estratificado está relacionada a la diferenciación celular (29,30). La pérdida de la expresión de los antígenos ABH puede ser utilizada como marcador de diferenciación celular. Como la expresión de estos antígenos puede ser detectada a través de anticuerpos monoclonales, constituye un marcador de diferenciación más comúnmente utilizado en ensayos histológicos subjetivos. Se acepta que los tumores están compuestos por poblaciones celulares heterogéneas con distinto comportamiento biológico. Para obtener una óptima información del pronóstico sobre el tumor, se debería estudiar todas las subpoblaciones celulares. Si la biopsia recogida no es representativa del tumor, el estudio de la reactividad ABH puede ser relacionado con el grado del tumor en estudio (30, 31). Esto podría ser valor de diagnóstico y pronóstico de la patología en estudio.

Asimismo, la expresión de estos antígenos en tejidos normales es dependiente del tipo de diferenciación del epitelio y del grado de maduración de la célula individual en el epitelio. En epitelio estratificado, la expresión de dichos antígenos depende del grado de maduración celular presentando una elongación secuencial del carbohidrato terminal de la cadena durante su vida media.

Cuando las células normales se transforman en malignas estos antígenos se pierden y por lo tanto, esta deleción podría ser utilizada como una herramienta de diagnóstico para la detección y pronóstico del cáncer oral. La mayoría de los estudios relacionados a la localización de los antígenos de grupo sanguíneo en los tejidos han indicado que los mismos corresponden al grupo sanguíneo eritrocitario, pero que su expresión tisular depende del estado secretor del individuo (26, 32).

– Sistema Lewis. Carácter secretor.

Los antígenos Lewis (Lea y Leb) y ABH (A, B, H) están estrechamente relacionados y en el epitelio mucosecretorio ellos son producidos a partir de un precursor común, precursor tipo 1 (donde la galactosa terminal de un oligosacárido está unida a la N-acetilglucosamina por enlace β(1→3)) por la acción de genes diferentes. La expresión de los antígenos Lewis y ABH está fundamentalmente controlada por la acción de dos genes que se heredan de manera independiente: secretor (FUT2) y Lewis (FUT3) (33-35). Estos antígenos son estructuras de carbohidratos que forman epitopes sobre glicolípidos y glicoproteínas, y no son intrínsecos de los glóbulos rojos. El sistema Lewis es un sistema de antígenos solubles presentes en suero y plasma, y los glóbulos rojos adquieren el fenotipo Lewis por adsorción de sustancias Lewis del plasma. Los genes Lewis (Le y le), y secretor (Se y se) determinan el fenotipo Lewis (37).

El 75% de los individuos caucásicos son capaces de segregar los antígenos ABH y Le en la saliva, la leche, jugo gástrico, esperma, etc., y se les llama secretores; el 25% restante es no secretor. Esta distinta capacidad entre secretores y no secretores está relacionada con un gen que puede adoptar dos formas: Se en los secretores y se en los no secretores. El gen Se es dominante y estimula los epitelios glandulares produciendo antígeno H, el gen se es recesivo e incapaz de producirlo (37).

El gen FUT2 codifica una enzima a(1,2) fucosiltransferasa, responsable de la presencia de los antígenos ABH en las secreciones del cuerpo. La determinación del carácter secretor de un individuo puede llevarse a cabo a partir de la evaluación de la presencia de estos antígenos solubles en las secreciones. El polimorfismo del gen FUT2, descrito en varias