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Hábitos bucales deformantes en niños de 6 a 11 años

Hábitos bucales deformantes en niños de 6 a 11 años

Los hábitos bucales son de indudable causa primaria o secundaria de maloclusiones o deformaciones dentomaxilofaciales, a pesar de las discusiones de hasta qué edad pueden ser consideradas como normales.

Hábitos bucales deformantes en niños de 6 a 11 años

Policlínico Managua, Cuba. 2014-2015.

Autores:

1- Dra. Msc. Hilda Rodríguez Chala. Estomatólogo General Integral. Profesor Auxiliar. Investigador Agregado.

2- Dra. Marlen Pérez Padilla. Estomatólogo General Integral. Profesor Asistente.

3- Dr. Raúl Cabarco Rivero. Estomatólogo General Integral.

4- Dra. Msc. Dania Brito Menéndez. Estomatólogo General Integral. Profesor Instructor.

5- Dra. Msc. Leonor Marta Matos Basterrechea .Estomatólogo General Integral. Profesor Asistente.

Instituto Superior de Ciencias Médicas de la Habana. Facultad de Ciencias Médicas “Julio Trigo López”

Resumen

Uno de los principales problemas en el área de salud del Policlínico Managua es la presencia de maloclusiones o deformaciones bucales en niños de 6 a 11 años de edad, producidas por los hábitos bucales deformantes, lo cual motivó esta investigación. Para ello se realizó un estudio descriptivo de corte transversal para determinar los hábitos deformantes en pacientes de dicha área de salud.

El universo se constituyó por aquellos niños que fueron atendidos en el servicio en el período de septiembre 2014 a abril de 2015 seleccionando la muestra por el método al azar, quedando finalmente 87 pacientes a investigar. Entre los resultados sobresalientes figuraron que los hábitos deformantes se manifestaron en el sexo femenino y la edad de 6 a 7 años, coincidió además que la Succión Digital fue el tipo de hábito más relacionado al sexo y edad anterior.

En relación a los más frecuentes se manifestó la Succión Digital seguido de la Respiración Bucal constituyendo así los más prevalecientes. Con respecto a las anomalías dentomaxilofaciales más asociados a los mismos se encontraron las disfunciones neuromusculares y la mordida abierta anterior.

Palabras clave: hábitos bucales deformantes, anomalías dentomaxilofaciales, succión digital, respiración bucal.

INTRODUCCIÓN

Los hábitos bucales se definen como la practica adquirida por la repetición constante de un mismo acto. En una etapa temprana es un acto voluntario o consciente que posteriormente se convierte en un acto inconsciente. Son considerados además patrones reflejos de contracción muscular, de naturaleza compleja que se aprenden 1.

Existen algunas discusiones sobre hasta qué edad son considerados como normales. En condiciones óptimas, deben discontinuarse en el segundo año de vida o antes, y si persisten más allá de los 3 años deben iniciarse acciones para su cese 2, recordando las interacciones físicas, emocionales y sociales que se dan en su desarrollo 3. De acuerdo a la edad del paciente, duración, intensidad y frecuencia con que se realicen serán las anomalías dentales y esqueletales que se presenten en los pacientes.

La mayoría de las enfermedades bucales, y en particular las maloclusiones, no son de riesgo para la vida, pero por su prevalencia e incidencia, son consideradas problemas de salud pública 4,5,6.

Se conoce sobradamente el lugar que ocupan los hábitos bucales deformantes en el origen de las maloclusiones, de ahí la importancia de precisar cuáles de los pacientes los practican, pues desde muy pequeños su eliminación redundaría en una menor o ninguna afectación de estos.

Entre los hábitos orales que pueden producir maloclusiones se encuentra el hábito de succión no nutritiva de dedos o chupete donde casi todos los niños tienen una actividad succionadora sin intenciones alimentarias. El hábito mantenido puede dar lugar a maloclusión, caracterizada por incisivos superiores abiertos y espaciados, retroinclinación de incisivos inferiores, mordida abierta anterior, hundimiento palatino y contracción del maxilar superior 7 .

Específicamente dentro de este grupo la succión digital se ha descrito como un hábito común en la infancia que se considera como normal hasta la edad de los 3 o 4 años. Aunque la mayoría de los niños que succionan el pulgar interrumpen esta costumbre hacia los 2 años y medio y 3 años, en algunos casos este hábito permanece hasta edades entre los 6 y 12 años. La presencia del mismo después de los 4 años genera cambios en la tonicidad muscular de labios y buccinadores, dificulta la deglución normal y crea mecanismos nocivos que llevan a desarrollar una actividad muscular de compensación para lograr la deglución, lo cual también puede afectar otras funciones como la fonación y la respiración entre otras 8. Actualmente está admitido casi por la totalidad de los autores el hecho de que la succión prolongada es uno de los principales condicionantes de síndromes de clase II división primera, que tiene gran influencia en la aparición del escalón distal patológico al nivel de los segundos molares temporales en edades tempranas 9.

Es uno de los hábitos deformantes que observamos con mayor frecuencia. Existen diferentes versiones acerca de su origen, unos con un enfoque psicológico, otros comparados con la teoría del aprendizaje y algunos lo relacionaban con el tiempo y forma de la lactancia.

Cuando persiste mas allá de las edades comprendidas no dañinas se considera como un signo de ansiedad o inestabilidad, o un deseo de llamar la atención, que puede tener repercusiones en el entorno social del niño y también al nivel orgánico, pudiendo producir modificaciones en la posición de los dientes y la relación de arcadas dentarias 10.

Por otra parte la succión anormal del biberón origina problemas similares a la succión digital, tales como