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Histerocele grado IV infestado por miasis. A propósito de un caso

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Larvas. Miasis genital
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Miasis genital

Figura 3 y 4: Histerocele grado IV complicado con lesión en cara posterior de bordes necróticos con secreción fétida y larvas de miasis.

DISCUSIÓN

Las miasis son zoonosis caracterizadas por la infestación de huéspedes de sangre caliente, humanos u otros vertebrados, provocadas por moscas en su estadio de larva (1,2). Las miasis se pueden clasificar de acuerdo al lugar de infestación, como por ejemplo en tejido cutáneo, en cavidades como la oronasal, intestinal y genitourinaria (3-6). También pueden ser clasificadas de acuerdo a la relación que el parásito establece con el hospedero distinguiéndose tres grupos diferentes: miasis obligatoria, facultativa y accidental.

La miasis obligatoria es aquella en que la mosca debe necesariamente cumplir una fase como parásito de un hospedero vivo para el desarrollo de sus estadios larvales. La miasis facultativa ocurre cuando las larvas, que habitualmente se desarrollan en cadáveres, crecen en heridas o tejidos necróticos de hospederos vivos, dado que las moscas oviponedoras son atraídas por sus olores putrefactos. Y la miasis accidental se caracteriza porque larvas que crecen normalmente en materia orgánica en descomposición, sin invadir tejidos ya que no los requieren para su desarrollo- si son depositadas en tejidos pueden llegar a infectar animales, incluido el hombre (3,4,7,8).

La miasis en general puede ser causada por diferentes especies de moscas, entre ellas se encuentra Eristalis tenax, una mosca de distribución mundial y clasificada como un agente de miasis accidental (9).

El ciclo biológico de Eristalis tenax es completo, de sus huevos eclosionan pequeñas larvas que se alimentan de materia orgánica, y se desarrollan durante dos a tres semanas, atravesando tres estadios. Sus larvas son conocidas vulgarmente como «larvas con cola de ratón» debido a que poseen una formación respiratoria posterior que se visualiza como un delgado tubo retráctil similar a una cola, que facilita su identificación (10,11). Dichas larvas llegan a un tamaño de dos a tres centímetros y luego forman las pupas, que viven en la tierra durante ocho a 20 días hasta transformarse en mosca adulta. La forma adulta de Eristalis tenax se alimenta de polen y néctar floral, y desova en sitios donde se encuentra materia orgánica en descomposición, atraída por el olor a la putrefacción. Por esto frente a heridas infectadas o vegetales en descomposición pueden encontrarse huevos o larvas de Eristalis tenax (11).

La miasis generalmente ocurre cuando se ingiere agua o comida contaminada, o bien cuando las moscas depositan sus huevos directamente en las partes del cuerpo afectadas (7,9). Los mecanismos de infestación genitourinaria, según la literatura científica, se han relacionado con trastornos psiquiátricos, uso de catéteres urinarios, cistocele, y prolapso uterino, todo esto en asociación con precarias condiciones higiénicas genitales (4,12-15).

En nuestro caso clínico, la paciente residía en un área urbana de nivel socioeconómico bajo, donde existe una alta densidad de moscas. Este hecho, sumado al carácter asintomático de la enfermedad, la eliminación espontánea de las larvas, la ausencia de otros parásitos en la región ano-genital; hicieron proponer a este mecanismo como la causa más probable de infestación. Posiblemente la mosca depositó sus huevos en los vegetales y estos actuaron como vehículo para transportar dichos huevos y/o larvas inmaduras al tracto genital de la paciente donde provocaron la infección.

La demografía de esta especie sinántropa y cosmopolita no puede ser controlada mientras exista comida, refugio y condiciones de temperatura adecuados para la supervivencia de las larvas (7,11), convirtiéndose así en una especie indicadora de la calidad sanitaria de los ambientes.

Para la prevención de las miasis se debe mantener una adecuada higiene, tanto personal como ambiental, considerando una buena disposición de excretas, suministro de agua potable y lavado de frutas y verduras. Además de un especial cuidado de las heridas, con desbridamiento de las áreas necróticas y técnica aséptica para la instrumentalización de vías urinarias.

Conclusión:

Las miasis son zoonosis caracterizadas por la infestación de huéspedes de sangre caliente como humanos u otros vertebrados, provocadas por moscas en su estadio de larva (1,2). Las miasis se pueden clasificar de acuerdo al lugar de infestación, como por ejemplo en tejido cutáneo, en cavidades como la oronasal, intestinal y genitourinaria (3,4,9). También pueden ser clasificadas de acuerdo a la relación que el parásito establece con el hospedero distinguiéndose tres grupos diferentes: miasis obligatoria, facultativa y accidental. La miasis generalmente ocurre cuando se ingiere agua o comida contaminada, o bien cuando las moscas depositan sus huevos directamente en las partes del cuerpo afectadas (6,8,11).

Los mecanismos de infestación genitourinaria, según la literatura científica, se han relacionado con trastornos psiquiátricos, uso de catéteres urinarios, cistocele, y prolapso uterino, todo esto en asociación con precarias condiciones higiénicas genitales, encontrándose una mayor incidencia en pacientes indigentes o de recursos económicos bajos. Algunas presentaciones son raras, como la presencia en prolapso uterino. (4,7). El tratamiento consiste principalmente en la erradicación manual con pinzas o el uso de sustancias que obstruyen la luz que provee oxígeno al parásito, además del uso de antibióticos para prevenir infecciones concomitantes (10, 12,13).