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Homeostasis alterada del zinc en individuos bebedores y fumadores. Repercusiones hepática, pancreática, alveolar

subsiguiente manifestación de estrés oxidativo (EO), al alcanzar la reducción incompleta del dioxígeno mitocondrial un valor mayor del 1-2%.

Al efecto tóxico anterior se añade el tabaquismo. Los fumadores de más de 20 cigarrillos al día, introducen en el organismo, a través del humo del tabaco, varias sustancias en concentraciones tóxicas, siendo particularmente agresivas para el epitelio alveolar el alquitrán o brea (contentivo de las sustancias policíclicas aromáticas de acción cancerígena) y el monóxido de carbono, que es un inhibidor de la cadena respiratoria (62).

El monóxido de carbono, que penetra la mucosa alveolar, se une por enlace covalente, irreversible, al cofactor hemo en la citocromo c oxidasa, impide la fijación por enlace débil del sustrato dioxígeno (Oº) y por tanto evita que alcance su reducción máxima (O2-) al producir agua en el Complejo IV de la Cadena Respiratoria. Luego, los electrones trasportados por la cadena sólo pueden producir sustancias oxigenadas con numero de oxidación menos negativo (O1-), generándose una producción en exceso de especies reactivas del oxígeno (ERO). La capacidad de la célula para producir ATP, o sea, para almacenar energía, disminuye, porque la síntesis de ATP, proceso altamente endergónico, está acoplado a la producción de agua, proceso muy exergónico (46,47, 62).

A la agresión interna debida al inhibidor monóxido de carbono, se suma la agresión externa de la brea o alquitrán al epitelio alveolar. El alquitrán o brea, no puede penetrar la mucosa, y es fagocitado por los macrófagos alveolares y eliminado con los mismos en el esputo, pero no todos los macrófagos alveolares se van a eliminar en el esputo; muchos de ellos, en su recorrido hacia la glotis, se rompen dejando la brea libre . Esta se va a depositar en la confluencia de los bronquios, sobre todo en los más superiores y periféricos, produciendo la irritación de los mismos. La brea libera los radicales libres presentes en ella, que destruyen la superficie del epitelio respiratorio (daño oxidativo con injuria tisular), obligando a la membrana basal a aumentar su capacidad proliferativa. La membrana basal aumenta tanto esta capacidad que da lugar a la hiperplasia de células basales con estratificación del epitelio, lo que termina produciendo metaplasia de las células escamosas, que evolucionará a displasia (carcinoma in situ) y finalmente a anaplasia como carcinoma in situ y carcinoma invasor (63, 64,65).

El consumo excesivo de alcohol y la aspiración continuada del humo del tabaco, al parecer desplaza la homeostasis del zinc hacia una hipocincemia muy baja (menos de 5 µmoles/L), lo que permite la represión de la expresión de la proteína IL-10, por la evidencia que resulta de la presencia de fibrosis alveolar. Diversos estudios han demostrado que el daño oxidativo en el ADN y la capacidad de reparación varían entre los distintos tejidos (66).

El profesor Dr. Karahalil sostiene (66) que las enzimas ADN glucosiladas presentan bajos niveles de expresión génica en el tejido pulmonar normal, o sea, poseen una baja capacidad de reparación o subsanación de los daños en el ADN en estado normal. Así se explica la prevalencia del gran daño oxidativo que sufre el tejido pulmonar cuando se somete a la acción de los carcinógenos del tabaco, y a la alta mortalidad del cáncer de pulmón.

Por otra, la susceptibilidad infantil a la pulmonía resulta vinculante con el déficit plasmático de zinc, según un estudio publicado en 1999 por la conocida profesora de pediatría doctora Nancy Krebs (67). Luego, si hay estudios que indican la necesidad de mantener los valores normales de zinc y calcio en plasma y en orina, tanto para alcanzar en el niño el desarrollo normal de la dentición, como para evitar en el adulto mayor manifestaciones patológicas como la osteoporosis (68, 69, 70), habría que tener presente evitar una hipercalciuria asociada a una hipocincemia, así como un déficit de vitamina D, como factores posibles de riesgo de lesión pulmonar obstructiva y su posible evolución cancerosa.

Uno de los temas discutidos durante la I Conferencia Barcelona-Boston sobre Cáncer de Pulmón, en enero de 2014, fue la desaparición de los bronquios que ocurre en los pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), y particularmente en los fumadores. El profesor James Hogg, de la Universidad de la Columbia Británica (British Columbia), en Vancouver, Canadá, explicó que estos enfermos pueden llegar a quedarse con apenas unos pocos centenares de bronquiolos, cuando un adulto sano tiene 40 000. La pérdida de vías aéreas había sido hasta este momento considerado inherente al envejecimiento, pero ahora se sabe que este proceso ocurre de forma mucho más rápida e intensa en los pacientes con EPOC, y más aún si son fumadores. También se abordó la relación entre EPOC y cáncer, dada la evidencia acumulada de que los pacientes con este enfermedad pulmonar tienen un riesgo más elevado de desarrollar tumores (71). La hipoxia, como baja disponibilidad de oxígeno o falta de aireación es consecuencia probable del cuadro clínico de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y la desaparición de bronquiolos.

En un artículo publicado en el 2009 por el Profesor e Investigador Titular Dr. Sergio Adrián Montero Cruz, de la Universidad de Colina, México, se escribe:Se ha descrito que el núcleo del tracto solitario (NTS), estructura del tallo cerebral y vía de relevo de las aferencias de los quimiorreceptores del senocuerpo carotídeo (RSCC), participa en el aumento en la retención de glucosa por el cerebro (RGC) ante una hipoxia. Es probable que en esta respuesta participe el óxido nítrico (NO) y la proteína Fos” (72)