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Incontinencia urinaria y fecal en el anciano

la integridad cutánea por varias causas, teniendo presente, en principio, que el órgano cutáneo de las personas mayores presenta modificaciones inherentes a la edad avanzada y que predisponen a la aparición de problemas de salud cutánea por pequeñas causas, a lo que hay que sumar el problema de la incontinencia fecal y urinaria, lo que implica la acción de sustancias químicas y de otros tipos procedentes de las sustancias de desecho, siendo estas últimas favorecedoras directas de infecciones, mientras que las sustancias químicas provocan irritación con la consiguiente fricción y rascamiento ocasionado por el picor producido, lo que rápidamente ocasionará pequeños traumatismos y excoriaciones con alta posibilidad de infecciones.

Los dispositivos paliativos que se utilizan y la presión provocada por éstos sobre la piel comprometen y alteran la integridad cutánea, siendo causa posible de excoriaciones que dejan la puerta abierta a infecciones.

La humedad constante provoca no sólo la aparición de prurito, también es causa de la maceración cutánea, siendo ésta la provocadora de fragilidad cutánea y fácil fisuración de la zona, siendo altamente probable la aparición de infecciones. Esta humedad cutánea se ve favorecida también por el contacto en la piel y las mucosas de algunos dispositivos (absorbente y bolsas perineales).

El calor producido por los dispositivos absorbentes, principalmente, junto con las sustancias utilizadas (desodorantes, colonias, etc.), provocan, mediante diversas vías de acción, picor con su inevitable rascado y posteriores lesiones secundarias.

La higiene haciendo referencia tanto al déficit como al exceso de la misma provoca consecuencias negativas sobre la piel, el exceso de higiene conducirá a una eliminación del manto ácido cutáneo lipídico, viéndose afectadas todas las funciones que dicho manto ejerce en la piel, disminuidas o incluso eliminadas, repercutiendo de esta manera en el mantenimiento de una piel en perfectas condiciones, suave, sin fisuras, con capacidad de protección frente a diversos microorganismos.

Al describir el riesgo de deterioro de la integridad cutánea no podemos olvidar el riesgo de escaras e, incluso, el riesgo de aparición de úlceras por presión, debido en parte a todo lo anteriormente expuesto y al hecho de que el uso de dispositivos absorbentes, entre otros elementos, favorece el roce y los pequeños traumatismos, circunstancias que se agravan con el sedentarismo, cada vez más pertinaz de nuestros mayores.

El riesgo de infección urinaria por el mal uso o simplemente uso de dispositivos tales como sondas vesicales, absorbentes, bolsas colectoras, es de gran importancia y puede desembocar en problemas mayores.

El riesgo de caídas y traumatismos como consecuencia del deslizamiento sobre el suelo resbaladizo mojado/sucio por escapes como consecuencia de la mala colocación del dispositivo en uso, u otras diversas causas.

La situación de riesgo de inmovilidad progresiva, como consecuencia del miedo a padecer caídas (experiencias negativas), o bien simplemente por la incomodidad que causan los elementos paliativos, o bien miedo o más bien vergüenza de que se note el dispositivo.

La persona mayor que padece este síndrome experimenta una serie de sensaciones muy diversas. Unas son lo que podríamos denominar experiencias físicas, tales como el olor, la tensión muscular, la imaginación…, otras veces son ideas mentales de sí mismo ante el pensamiento de diversas situaciones. Todas estas experiencias e ideas ejercen una influencia negativa sobre el bienestar psíquico e, igualmente, traen consecuencias negativas sobre los aspectos de bienestar social.

7.2.- Esfera Psíquica (20)

Existen diversas actitudes en la persona que reflejarán la influencia psíquica de la incontinencia sobre su bienestar psicológico.

Surgen sentimientos de culpa, vergüenza e, incluso, negación de la evidencia clara de incontinencia (pudiendo dar largas explicaciones para justificar olores y manchas, incluso esconder la ropa sucia), dificultando la búsqueda de ayuda, e improvisándose medios poco adecuados y frustrantes.

ü     Pérdida de la autoestima, basada en la percepción negativa de uno mismo, y expresada en sentimientos de vergüenza y negación a realizar las tareas o actividades (nuevas o rutinarias).

ü     Trastornos de la imagen corporal, manifestados por sentimientos negativos sobre su cuerpo o temor al rechazo.

ü     Ansiedad y preocupación como respuesta a sentir incertidumbre y desamparo, expresadas a través de cambios de conducta. Esta ansiedad es la traducción, junto con otras actitudes, del miedo a sufrir reprimendas o rechazo de las personas de su entorno.

ü     Enfrentamiento individual inefectivo, debido a una incapacidad de pedir ayuda o para hacer frente a la situación.

7.3.- Esfera Social (20)

Los problemas de salud derivados de la enfermedad y las complicaciones surgidas por la incontinencia, como las repercusiones psíquicas de este síndrome, conducen a repercusiones negativas en el amplio abanico de actividades sociales, tanto a nivel familiar como en el ámbito de las amistades, apareciendo en diferente grado, según el tipo y la gravedad de la incontinencia y de la propia personalidad del anciano. Son numerosos los pacientes que adoptan hábitos sociales y conductas alejadas de las relaciones personales por esta causa.

ü     El deterioro de la interacción social y aislamiento, manifestado por la búsqueda de soledad, tristeza, e inseguridad en público, contribuye además a una pérdida e incapacidad para establecer relaciones interpersonales, aislamiento físico y un evidente riesgo de soledad.

ü     Alteración del desempeño del rol o, lo que es lo mismo, la percepción de no tener uno real o un sentido en su vida.

ü     Disminución por el interés en actividades recreativas o de ocio, debido a posibles pérdidas y alteraciones importantes en el sistema familiar, tanto por parte de la inadaptación de los hijos por ejemplo como del propio paciente.

7.4.- Esfera Económica (20)

Los costes económicos para la propia persona como, en su caso, para la familia, por no hablar para la sociedad, pese a no ser la más importante de las repercusiones, no cabe duda de que es un punto tremendamente importante, ya que no se trata solamente del precio de los dispositivos, sino además del aumento de la cantidad de ropa debido a la necesidad de mayor número de cambios de la misma, tanto de cama como de vestir, del gasto de lavandería, del trabajo que se ocasiona, de los cuidados sociosanitarios adicionales, al mismo tiempo de tener presente que las propias complicaciones, principalmente físicas, también ocasionan gastos y a veces muy importantes.

Todo esto es causa de una influencia negativa sobre el bienestar psíquico e, igualmente, trae consecuencias negativas sobre los aspectos sociales. Pero hay que pensar que la alteración de la salud física también repercutirá en la psíquica y