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Infertilidad. Cambios en la relación de las parejas

¡no, no! ninguno, ambos nos hemos mantenido optimistas”.

Interpretación: Alejandro y Alejandra han tenido más conflictos desde que les dieron el diagnóstico de infertilidad. Daniela y Daniel mencionan que no ha cambiado nada entre ellos, es más, se encuentran más unidos. Ericka reconoce que ella ha tenido momentos en los que ha propiciado discusiones, sin embargo Erick se muestra comprensivo y tolerante por lo que él no considera que haya cambiado algo en su relación.

Categoría: cambios en su vida sexual

Entrevistador: ¿Ha cambiado la dinámica en su vida sexual?

Alejandra: “¡Sí! la verdad es que, como te explico… o sea sientes ¿no? o sea te sientes… no quiero hablar con él, el rechazo… De que, no, ¿para qué no? si al final lo que querías poner con ese contacto sexual es lograr un embarazo y nada más habían los encuentros cuando te tenías que ir, te vas de aquí a tener relaciones cada 8 horas ¿no?, pero se hacía por compromiso, no por… no porque sintieras las ganas de hacerlo ¿no?… sí, sí cambia”.

Alejandro: “¡Sí! poco, pero sí ha cambiado, al principio… o sea, antes de que quisiéramos tener hijos, creíamos que todo estaba bien en la relación, pero en el momento en que queríamos un hijo y no ha sido posible, siento que el tema de conversación es el hijo… hemos cambiado ese tiempo por tratamientos, pero tengo fe, en que todo saldrá bien y valdrá la pena”.

Daniela: “Sí, porque yo ya no quería que me tocara, por el miedo y por indicación de los médicos”.

Daniel: “Sí, ya no tenemos mucha actividad sexual”.

Ericka: “No”.

Erick: “No”.

Interpretación: Erick y Ericka comentan que su vida sexual no ha cambiado a consecuencia del diagnóstico de infertilidad. Pero las otras dos parejas manifiestan que sí cambió su vida sexual.

Categoría: pensar en el divorcio a consecuencia de la infertilidad

Entrevistador: El diagnóstico de infertilidad ¿le ha llevado a pensar en el divorcio?

Alejandra: “Sí, sí, de hecho me separé de mi marido 9 meses”.

Alejandro: “Pues nunca fue tan drástico, pero como te mencione antes… a veces teníamos conflictos, entonces en alguna ocasión fue tan grande el disgusto de ambos, que nos separamos algún tiempo pero seguíamos llamándonos… me refiero a que cada quien vivía en diferente casa pero a final de cuentas tratábamos de convivir un poco para salvar la relación”.

Daniela: “No, para nada, no; en banco de semen sí”.

Daniel: “No, en ningún momento, al menos a mí no”.

Ericka: “No”.

Erick: “No, bueno en mí caso no”.

Interpretación: Sólo Alejandra y Alejandro han tenido una separación sin divorciarse a causa de la infertilidad. Las otras dos parejas no han pensado en el divorcio a consecuencia de su infertilidad.

DISCUSIÓN

Los teóricos del psicoanálisis sostienen que las mujeres tienen un profundo deseo instintivo de dar a luz y tener hijos3, en esta investigación quedó confirmado ya que una de las informantes, Alejandra, mencionó al respecto que “uno como mujer buscas encuentros con tu pareja para lograr un embarazo… yo creo que de mi lado… lograr un embarazo no para ser felices, sino para completar algo que faltaba en nuestra relación… y yo… era una obsesión por tener un bebé que no podía, por ese deseo de tener un bebé que no podía lograr, por más que hiciera, los estudios a los que me sometiera, el dolor que sintiera no podía lograr embarazarme, era obsesión ¿no?”. Ella fue la más expresiva de la muestra, pero Daniela también mencionó que para lograr el embarazo había pensado ya en el “banco de semen sí”. Ericka por su parte se ha sometido a 6 tratamientos para lograr el embarazo, mientras que su esposo Erick sólo se ha sometido a 2. Lo anterior pone de manifiesto que ellas están más interesadas en lograr el embarazo que sus esposos.

Ahora bien, se ha observado que la infertilidad afecta la vida emocional, sexual y marital de las parejas3, este postulado también fue observado en este estudio ya que al respecto Alejandro comentó que su relación había cambiado en todo pues “al principio del diagnóstico teníamos demasiados conflictos, ambos estábamos demasiado tensos y cualquier cosa a veces era motivo de discusión, aunque en la mayoría de las veces terminábamos dándonos apoyo y eso siguió fortaleciéndose al grado de que logramos ser una pareja más sólida y más madura”.

También se ha postulado que los efectos sobre la vida sexual de la pareja son más pronunciados en las mujeres3 esto también se presentó en esta investigación ya que exceptuando a Ericka y a Erick que mencionaron que no había cambiado su vida sexual; las otras 2 parejas Alejandra y Alejandro, y Daniela y Daniel dijeron que sí había cambiado, corroborándose que los cambios en mayor medida son atribuibles a las mujeres pues Alejandra comentó “¡Sí! la verdad es que… no quiero hablar con él, el rechazo… al final lo que querías poner con ese contacto sexual es lograr un embarazo y nada más…pero se hacía por compromiso, no por… no porque sintieras las ganas de hacerlo ¿no?… sí, sí cambia”.

Y Alejandro reforzó diciendo “¡Sí! poco, pero sí ha cambiado, al principio… creíamos que todo estaba bien en la relación, pero en el momento en que queríamos un hijo y no ha sido posible, siento que el tema de conversación es el hijo…hemos cambiado ese tiempo por tratamientos…”. Mientras que Daniela dijo “Sí, porque yo ya no quería que me tocara, por el miedo y por indicación de los médicos”. Y Daniel reforzó diciendo “Sí, ya no tenemos mucha actividad sexual”.

Aunque pensar en el divorcio por el diagnóstico de infertilidad no fue una opción para 2 de las parejas; para Alejandra y Alejandro sí fue algo que consideraron, ya que incluso se separaron 9 meses y actualmente tratan de salvar