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Protocolo de investigación: Internet como nueva herramienta enfermera para la prevención de los trastornos de la conducta alimentaria en mujeres jóvenes

un tercer factor de riesgo fundamental la frecuente sintomatología depresiva que se encuentra subyacente en la aparición de estas patologías.

La depresión del adolescente se caracteriza por la irritabilidad y la conducta descontrolada (en cualquier ámbito, incluyendo la alimentación), en contraste con el clásico humor depresivo y la pérdida de interés característicos de los adultos. Dado que los adolescentes tienen que enfrentarse con asuntos como la propia imagen y la autoconfianza, su estado de ánimo se ve frecuentemente alterado (10).

JUSTIFICACIÓN

OBJETIVOS

Objetivo general

 – Evaluar si la intervención enfermera por Internet disminuye los factores de riesgo para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria en mujeres de 15 a 18 años.

Objetivos específicos

– Valorar si una intervención enfermera por Internet disminuye la insatisfacción con la imagen corporal y la sintomatología depresiva que ello conlleva en este grupo de mujeres.

– Identificar si una intervención enfermera por Internet disminuye las conductas patológicas destinadas al control de peso en mujeres de entre 15 a 18 años.

METODOLOGÍA

Diseño del estudio:

Se trata de un estudio experimental de tipo ensayo clínico aleatorizado. El estudio estará compuesto por dos grupos, un grupo experimental sobre el cual llevaremos a cabo la intervención enfermera por Internet y un segundo grupo que no recibirá ningún tipo de intervención.

Población de estudio:

Población: Se elegirán cuatro Institutos de diferentes zonas de la Provincia de Huelva, siendo los elegidos el IES La Orden de Huelva, el IES Juan Ramón Jiménez de Moguer, el IES Don Bosco de Valverde del Camino y por último, el IES San José de Cortegana.

Muestra: mujeres con edades comprendidas entre los 15 y los 18 años, a las cuales se les pasará el cuestionario Body Shape Questionnaires (anexo 1) , para de este modo seleccionar a aquellas jóvenes con una significativa insatisfacción con su imagen corporal (puntuación ≥110, de una posible puntuación total de entre 34 y 204 puntos), importante factor de riesgo para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria.

Criterios de inclusión: Mujeres de entre 15 y 18 años con una puntuación en el BSQ (Body Shape Questionnaires) ≥110.

Criterios de exclusión: Mujeres diagnosticadas anteriormente o en la actualidad de un trastorno de la conducta alimentaria.

Variable de estudio:

  • Variables socio-demográficas: sexo, edad, nivel educativo
  • Variables relacionadas con la salud: insatisfacción con la imagen corporal, sintomatología alimentaria, riesgo potencial para el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), sintomatología depresiva.

Descripción del instrumento:

Existen diferentes instrumentos de medida que sirven para evaluar factores de riesgo y ayudan al diagnóstico de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Algunos de los procedimientos psicométricos empleados más frecuentemente para valorar la insatisfacción con la imagen corporal son: el Body Shape Questionnaire (BSQ) de Cooper, Taylor y Fairburn de 1987, diseñado con el objetivo de medir la preocupación por el peso y la imagen corporal, la insatisfacción producida por el propio cuerpo, el miedo a engordar, la autodesvalorización por la apariencia física, el deseo de perder peso y la evitación de las situaciones en las que la apariencia física pueda atraer la atención. Se trata de 34 ítems divididos en cinco categorías: preocupación por el peso en conexión con la ingesta, preocupación por los aspectos antiestéticos de la obesidad, insatisfacción y preocupación corporal general, insatisfacción corporal respecto a la parte inferior del cuerpo: muslos, caderas y nalgas y empleo del vómito o laxantes para reducir la insatisfacción corporal.

El Body Attitudes Test (BAT) descrito por Coppennolle, Probst, Vandereycken y Vanderlinden en 1995, está avalado por buenos resultados psicométricos, y aunque está inicialmente previsto para utilizarse en pacientes con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) también ha sido utilizado en población no patológica. Los 20 ítems que tiene se agrupan en tres factores principales: Apreciación negativa del tamaño corporal, Pérdida de familiaridad con el propio cuerpo e Insatisfacción corporal general.

Para evaluar la práctica de conductas patológicas en relación a la alimentación, pueden utilizarse dos cuestionarios, empleados habitualmente en la práctica clínica. El Eating Attitudes Test (EAT), de Garner y Garfinkel (1979), con 40 ítems, o su versión reducida, con 26, en el que se recogen pensamientos, sentimientos y actitudes en relación a la alimentación. Este instrumento puede utilizarse en una primera fase de screening, aunque sus autores recomiendan que si se emplea con esta finalidad se complemente con otros cuestionarios que aborden otros factores de riesgo.

El Eating Disorders Inventory (EDI), de Garner, Olmsted y Polivy (1983) consta de 64 ítems y está diseñado para evaluar distintas áreas cognitivas y conductuales características de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), agrupadas en 8 categorías diferentes: “impulso a la delgadez”, “sintomatología bulímica”, “insatisfacción corporal”, “inefectividad y baja autoestima”, “perfeccionismo”, “desconfianza interpersonal”, “conciencia interoceptiva” y “miedos a la maduración”.

Para evaluar la sintomatología depresiva lo más empleado es el Beck Depression Inventory (BDI)