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Lesiones gástricas en la enfermedad de Chagas

coronarias y las reumatológicas, con 5 pacientes para un 25 %, lo cual coincide con los resultados obtenidos por otros autores. (54, 55)

Los pacientes de la tercera edad por lo general son los mayores consumidores de antiinflamatorios no esteroideos, por sus antecedentes patológicos frecuentes de enfermedades cardiovasculares, reumatológicas, etc. cuya injuria a la mucosa gástrica justifica la presencia de inflamación crónica, unido a ello la acción erosiva de la infección chagásica, ocasionaría mayor número de casos con úlceras y gastritis.

Tabla 5. Factores de riesgo presente en los pacientes positivos de Chagas.

FACTORES DE RIESGO – Número de pacientes – %

AINEs – 10 – 50%

Café – 10 – 50%

Enfermedades Crónicas No Trasmisibles (coronarias y reumatológicas) – 5 – 25%

Tabaquismo (chimo) – 8 – 40%

Alcohol – 8 – 40%

Ulcera péptica – 1 – 5%

Fuente: Plantilla de recogida de datos.

Diversos autores, como Ruiz y Velasco (25, 56), plantean como factor de riesgo de adquirir la enfermedad, el vivir en el área rural donde es endémica la enfermedad de Chagas y aunque la mayoría de la población mundial vive en las ciudades, forman parte de este grupo personas provenientes de estas zonas. (19, 20)

Este trabajo se realizó en Trujillo, área endémica de la Enfermedad de Chagas en Venezuela, donde Sandoval y colaboradores estudiaron la seroprevalencia en ocho comunidades rurales de este estado. De 647 personas investigadas, que representan el 41% de la población residente en viviendas no colonizadas por Rhodnius prolixus, 124 personas resultaron reactivas, lo que equivale al 19,2% y corrobora los resultados obtenidos por otros autores, en la misma área geográfica, desde décadas pasadas. (57, 58, 59,60)

Expertos de la Organización Mundial de la Salud señalan que las zonas de riesgo para la transmisión vectorial en la mayoría de los países de América Latina se ubican en las áreas rurales, donde existe una alta proporción de viviendas en condiciones precarias y una convivencia estrecha con el vector”. (61)

En el gráfico 5 se expone el tipo de vivienda de los pacientes con serología positiva para el Trypanosoma cruzi y se observó que el 85% de los casos, equivalente a 17 pacientes, vivían en casas construidas con materiales como: bloque o ladrillo, techo de concreto o láminas de zinc. Sólo 3 pacientes (15%) residían en viviendas construidas con otros materiales que no eran de mampostería, por lo que no se encontró asociación entre la serología positiva para el Trypanosoma cruzi y el tipo de vivienda. A pesar de que Trujillo es una comunidad rural, está provista de acueducto, servicio eléctrico, calles pavimentadas y alternan las áreas de zona boscosas con urbanizaciones.

El tipo de construcción de las viviendas de los pacientes estudiados eran casas hechas con materiales como: bloques o ladrillos y techadas con láminas de zinc o concreto y no los ranchos construidos con materiales de desecho, que componen el hábitat adecuado para los triatominos vectores (62, 63,64),

Serrano y colaboradores encontraron resultados similares en Costa de Oro, al determinar la seroprevalencia de infección por Trypanosoma cruzi en un trabajo de campo en 2 poblaciones rurales, (65) donde elíndice de infestación fue del 100% en el lugar y de 10,9 por ciento, en las casas. En relación con las características de las viviendas encuestadas, fueron más frecuentes las casas con paredes de bloque (78,3%), con techos de zinc (51,7%) y piso de cemento (95%). Solo el 13% de todas las viviendas eran ranchos con paredes de bahareque, por lo que no se asocia la serología positiva para el Trypanosoma cruzi, con los materiales que se utilizan para la construcción de las viviendas.

Estos mismos resultados son descritos por Cannova al estudiar un sector rural de Carabobo. (66)

Castillo describe la asociación entre el tipo de viviendas y la seropositividad, pues en su serie encontró que todas las personas positivas al Trypanosoma cruzi vivían en chozas con paredes de barro y techo de paja. (67)

A similares conclusiones llegaron Travieso y Bonfante-Garrido al realizar un estudio seroepidemiológico en la localidad de Caballito, Estado Lara donde todas las personas seropositivas vivían en chozas con paredes de barro, techos de paja y techos de zinc (68)

Se plantea que la no existencia de la Enfermedad de Chagas en la Amazonía se corresponde con que la población indígena tiene un tipo de vivienda abierta que no resulta adecuada para su colonización por los vectores, a pesar de que en ellas utilizan materiales que son propicios para la presencia de estos. (69) Opinamos que las personas que residen en áreas endémicas para la Enfermedad de Chagas, están en riesgo de adquirirla aunque sus viviendas posean los materiales de construcción adecuados, por lo que concuerda con las conclusiones a las que llegaron los trabajos de otros investigadores (65, 70, 71) que demuestran la necesidad de la identificación de otros factores de riesgos en relación con el hábitat de los triatominos, que permitan la transformación de la vivienda haciéndola no apta para la colonización por los insectos vectores y así evitar la transmisión de esta parasitosis.

 

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Enfermedad de Chagas. Lesiones gástricas. Vivienda

Grafico 5. Tipo de viviendas de los pacientes con anticuerpos positivos de Enfermedad de Chagas.