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La figura del mediador intercultural en la relación terapéutica

La figura del mediador intercultural en la relación terapéutica

RESUMEN

Introducción: La inmigración es un fenómeno relativamente reciente en nuestro país, aunque ha adquirido dimensiones muy importantes en los últimos años y representa actualmente un desafío para el sistema sanitario. La competencia intercultural de las instituciones sanitarias en general y su capacidad de atender del mejor modo posible a sociedades culturalmente diversas es aún escasa.

La figura del mediador intercultural en la relación terapéutica

Autor: Garrido-Piosa, María.

Diplomada en Enfermería. Máster en Ciencias de la Enfermería de la Universidad de Huelva.

Objetivo:

1) Identificar la importancia del mediador intercultural en la relación terapéutica,

2) Describir los conocimientos, las competencias, las funciones y las tareas que debe de tener el mediador intercultural.

Material y Método: Revisión de publicaciones y lectura crítica-reflexiva a través de bases de datos mediante la utilización de palabras clave.

Resultados: los profesionales sanitarios no pueden abarcar un conocimiento en profundidad de todas las culturas de su entorno. Debido a esta incapacidad para abarcar un conocimiento en profundidad de todas las culturas, se propone la figura del mediador intercultural. Esta figura ha ido desarrollándose como un instrumento para atender a poblaciones culturalmente diversas.

Conclusiones: El mediador intercultural es una figura que servirá de puente entre ambas culturas. Dicha figura debe reunir serie de conocimientos de carácter multidisciplinar que le permita poseer un conocimiento holístico y sistémico de la realidad sobre la que actúa.

Palabras claves: inmigración, mediador intercultural, cultura

Keywords: immigration, intercultural mediator, culture

INTRODUCCIÓN

La inmigración es un fenómeno relativamente reciente en nuestro país, aunque ha adquirido dimensiones muy importantes en los últimos años y representa actualmente un desafío para el sistema sanitario. Una de las preocupa­ciones políticas más importantes del fenómeno social que supone la inmigración creciente es la capacidad del sistema sanitario para hacer frente a la llegada de los inmigrantes y a sus necesida­des. Las características diferenciales de la población que llega, su cultura, su religión, su manera de interpretar la salud y la enfermedad pueden requerir una adaptación del sistema para afrontar la situación de la forma más adecuada posible. Sin embargo, la competencia intercultural de las instituciones sanitarias en general y su capacidad de atender del mejor modo posible a sociedades culturalmente diversas es aún escasa. Y, además, carecen de un modelo consensuado desde el que afrontar la diversidad. (Ministerio de sanidad, política social e igualdad, 2011; Berra, Elorza-Ricart, Bartomeu, Hausmann, Serra-Sutton y Rajmil, 2004)

Según datos de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones), en la actualidad se calcula que la cifra de migrantes internacionales en el mundo asciende a 214 millones, un 3,1% de la población mundial, de los cuales un 10-15% corresponde a migrantes ilegales.

Si bien, en España, la inmigración es un hecho bastante reciente en comparación con otros países europeos, ha sido muy intensa en la última década, pasando de ocupar la posición número 21 de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) con mayor número de migrantes internacionales en el año 2000, a la 8 en 2010. ((Ministerio de sanidad, política social e igualdad, 2011)

Andalucía en concreto se ha convertido en un destino preferente para los inmigrantes, atraídos durante estos años anteriores por el reclamo de mano de obra para la construcción, los servicios y la agricultura.

Por tanto, el crecimiento exponencial de la inmigración en la última década y su constante progresión es uno de los factores que mayor impacto están teniendo a nivel social, económico, cultural y sanitario, planteando nuevos retos en los servicios públicos. Los profesionales de salud carecen de la formación para atender a la población que asiste a las consultas, los cuales tienen la característica de presentar una diversidad cultural que ha de tenerse en cuenta a la hora de la relación terapéutica.

OBJETIVOS

  • Objetivo general

–               Identificar la importancia del mediador intercultural en la relación terapéutica.

  • Objetivo específico

– Describir los conocimientos, competencias, funciones y tareas que debe poseer y desempeñar el mediador intercultural.

MATERIAL Y MÉTODO

Revisión de publicaciones y lectura crítica-reflexiva a través de bases de datos mediante la utilización de palabras clave.

RESULTADOS

1. CONCEPTO DE CULTURA

La cultura de una sociedad es lo que se recibe como herencia de sus antepasados, en forma de tradiciones, costumbres y símbolos, los cuales son modificados o sumados a nuevos esquemas aprendidos durante un lapso de tiempo determinado (Hernández, Olivia, Almela y Grado, 2010). De este modo, todos los seres humanos somos culturales en la medida en que vivimos en sociedad. La cultura es la forma adaptativa de nuestra especie que muestra y ha mostrado a lo largo de la historia una gran diversidad. Cada sistema cultural supone normas, valores, cánones, formas estéticas y modelos de persona (masculinidad y feminidad, por ejemplo) específicos, entre otros aspectos ((Ministerio de sanidad, política social e igualdad, 2011).

En el contexto sanitario, la importancia de la cultura está relacionada con diferentes aspectos. La cultura, como estilo o forma de vida, puede estar involucrada en la etiología de determinadas enfermedades, así como en la percepción e identificación del malestar, en el curso, el pronóstico y el tratamiento de las enfermedades y los trastornos mentales (Kleinman, 1988; Martinez-Hernaez, 2006). En la medida en que todos somos seres culturales, factores como la dieta, los estilos