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Micetoma. Revisión bibliográfica

de la enfermedad.

Desarrollo

La maduromicosis o micetoma es una enfermedad crónica de evolución lenta y progresiva, comúnmente se asocia a pequeños traumatismos donde el material contaminado proveniente del suelo se pone en contacto directo con la piel. Predomina en hombres, especialmente en campesinos. Aparece con mayor frecuencia en pies, piernas, manos y antebrazos, pero pueden presentarse en toda zona expuesta a inoculaciones con material contaminado (espinas, ramas, etc.).(7,8)

La evolución clínica de este paciente, coincidió con otros reportes que plantean que las infecciones por hongos se instalan de una forma lenta y progresiva, producen múltiples fístulas por donde segrega material purulento y dejan un miembro inútil por la gran destrucción de los tejidos tanto óseos como de partes blandas.(7)

Se describen pocos casos en la literatura, la mayor casuística es la reportada por Chávez (8), 16 pacientes (14 varones y dos mujeres), tres procedentes de Perú, con lesiones en brazos y piernas, 12 de éstos catalogados como eumicetoma.

Se notificó un hombre de 71 años procedente del estado de México que a partir de un traumatismo con una espina desarrolló proceso en el pie izquierdo de seis años de evolución, se obtuvo una excelente respuesta clínica a las ocho semanas de tratamiento con trimeto-prim-sulfametoxazol más amikacina durante tres semanas.(9)

Se presentó un paciente con un micetoma del miembro superior. Se expusieron los síntomas, los hallazgos imagenológicos y el tratamiento paliativo al que fue sometido. En el paciente estudiado la infección comenzó después de haber recibido una pequeña herida en la piel del antebrazo derecho en una zona rural de la provincia de Pinar del Río, esto coincidió con lo planteado por la literatura consultada. (10)

Guevara presenta un caso de un agricultor peruano, con un micetoma del pie Izquierdo que igualmente evolucionó lentamente hacia la incapacidad en varios años. (11)

El cuadro clínico de este paciente, su evolución, el aspecto óseo distintivo final, así como la deformidad del pie derecho, coincide con reportes previos, elementos que se producen por la poca importancia presentada por el paciente al ser un padecimiento crónico y lentamente progresivo.

Los micetomas se presentan con una frecuencia muy baja a pesar de su distribución cosmopolita, los pies son el lugar de asiento más frecuente aunque puede encontrarse en otras regiones; este paciente coincide con la literatura en la mayoría de los aspectos. (12)

Signos y síntomas del micetoma

El punto más normal de complicación es el pie. Sin embargo, también se aprecian lesiones en los hombros de los trabajadores que transportan pesos, o en el dorso de la mano, nalgas o espalda, donde quiera que exista oportunidad para la implantación a partir del suelo o espinos. Tal como indica el nombre de la enfermedad, la tumefacción e hinchazón representan un dato característico. La deformidad frecuentemente provoca cierto grado de incapacidad, lo cual impone el uso de muletas. Una segunda característica es el drenaje de los senos; la presencia de gránulos en el pus. (13)

Sorprende que a pesar de la complicación subcutánea y ósea, el dolor resulte relativamente raro y característicamente transitorio. Por otra parte, no es frecuente encontrar casos con tales manifestaciones generales de infección como fiebre, escalofríos, sudoraciones y pérdida de peso. La linfadenopatía no es notable. (13)

Diagnóstico del micetoma

Es general, se evidencia por la aparición de la propia lesión. Sin embrago, el diagnóstico etiológico suele establecerse normalmente por detección de gránulos en secciones de tejido no coloreado o en una extensión de pus. Los gránulos de la E. mycetomi, Madurilla grises, P. jeanselmi tienen un color que varia del marrón al negro, mientras que los de la A. boydii, A. madurae y N. brasiliensis son de un color que varia del blanco al amarillo. (13)

Dado que los raspados superficiales casi siempre están contaminados por bacterias u hongos menos patógenos, es mejor utilizar material de biopsia para los cultivos. Tampoco es aconsejable fiarse sólo del uso de medios de cultivo en los que se ha inducido selectividad por adicción de antimicrobianos. Si se incluye cicloheximida se inhibirá la A. boydii y si se, incluye cloranfenicol o neomicina puede inhibirse la N. brasiliensis. Sin embargo, en muchos casos es difícil aislar un hongo a menos que se utilicen medios que incluyan agentes antibacterianos. Ocasionalmente, se encuentran lesiones en los pies o en otros lugares a partir de las cuales solo se logra cultivar bacterias (notablemente especies de Staphylococcus y de Streptococcus). Tal enfermedad en algunas ocasiones, ha sido denominada por el término atroz de botriomicosis. En todas cuantas raras ocasiones en que las lesiones debidas a la filariasis crónica (elefantiasis) quedan infectadas secundariamente y drenan de forma transitoria, esta enfermedad puede parecerse a un micetoma. (13)

Pronóstico del micetoma

El curso de la enfermedad es crónico y progresivo. En sus últimas fases las lesiones pueden resultar parcialmente incapacitantes, aunque el micetoma no suele provocar mortalidad. (13)

Tratamiento del micetoma

La amplia diversidad de los microorganismos normalmente aislados impide las generalidades sobre la quimioterapia. La Allescheria boyditi generalmente es resistente a la anfotericina B, aunque existen datos sobre la eficacia de los estrógenos, tanto en el aspecto experimental como en pacientes. Las especies de Nocardia son sensibles a las sulfamidas. (13)

Se ha escrito que algunas cepas de la M. mycetomi