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Miocardiopatía periparto. Presentación de un caso clínico

12 horas por 6 meses, vía oral.

Como se comentó previamente, estas pacientes presentan un alto riesgo de trombosis y tromboembolia por: el estado hipercoagulable propio del embarazo y el estasis sanguíneo secundario a la disfunción severa del VI, en especial con Fracción de eyección (FE) menor a 35%, por lo tanto se considera adecuado el tratamiento anticoagulante en esta situación.

Hay limitados estudios sobre el uso de fármacos inmunosupresores tales como la azatioprina y esteroides, y han mostrado resultados mixtos. El uso de estos agentes deben reservarse hasta que haya más estudios que demuestren beneficios y quizás debería limitarse a los pacientes con comprobada miocarditis linfocítica por biopsia.

El trasplante cardiaco es la única opción en las pacientes que no mejoran con el tratamiento convencional.

El seguimiento de estas pacientes se hace con controles clínicos periódicos sumado a imágenes ecocardiográficas durante la 1ª semana y cada 6 meses, luego del parto o hasta mejoría de la Función sistólica del ventrículo izquierdo (FSVI) o meseta en la misma.

El mejor momento para suspender los IECA o bloqueadores beta es desconocida. Sin embargo, uno o ambos de estos medicamentos deben mantenerse al menos durante 1 año.

Se debe proveer asesoramiento multidisciplinario para futuros embarazos, ya que es alta la frecuencia de desarrollo de una nueva miocardiopatía periparto en embarazos subsiguientes. Entre aquellas mujeres que la Fracción de eyección (FE) retorna a valores normales, el riesgo en embarazos siguientes de falla cardíaca es menor que en aquellas con baja Fracción de eyección (FE) persistente, pero aún mayor que en la población general

El pronóstico de las mujeres que padecen miocardiopatía periparto parece depender de la normalización de la función sistólica del ventrículo izquierdo en los 6 meses posteriores al parto.

Los trabajos que estudiaron el pronóstico observaron que, en las pacientes que tienen síntomas más allá de las dos primeras semanas el pronóstico es pobre. Se agrava el mismo cuando se suman las características mencionadas como factores de riesgo.

Esta entidad tiene una mortalidad del 25-50%. Con una recuperación completa en la mitad de las pacientes. La recuperación de la Fracción de eyección (FE) por encima de 50% ocurre en aquellas pacientes que debutan con Fracción de eyección (FE) mayor a 30%.

Hay parámetros predictores de disfunción VI persistente: como el debut de insuficiencia cardiaca congestiva (ICC) con Fracción de eyección (FE) < a 30%, Frac. acort < 20%, DDVI > 60mm, Troponina T elevada.

Conclusiones:

 La miocardiopatía periparto es una entidad que se conoce desde aproximadamente 80 años, con una incidencia baja, por lo que la mayoría de los datos provienen de series de casos clínicos.

Afecta a mujeres sanas en el último mes de embarazo o en los 5-6 meses posteriores al parto, debutando con síntomas de disfunción ventricular izquierda.

El tratamiento es el de la insuficiencia cardíaca, con requerimiento de inotrópicos en algunos casos.

La mitad de las pacientes evolucionan con mejoría de la función ventricular en los 6 meses posteriores al parto, pero la otra mitad tiene peor pronóstico, con alta morbilidad y mortalidad, quedando como única opción de tratamiento el trasplante cardíaco.

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