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Morbilidad y mortalidad en la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes

objeto a estudio, se localizaron los datos previos en el libro de registro y de las Historias Clínicas Individuales, de las variables seleccionadas. Los datos fueron llevados a sábanas de vaciamiento con el fin de evitar posibles repeticiones y omisiones. Procesamiento de datos: PC dual core 2.0; ambiente Windows 2007, software SPSS (Stadistical Package for Social Sciencies) versión 15.1.1. Textos (Microsoft Office Excel 2007). Análisis estadístico: porcentaje como unidad de medida y prueba de Chi Cuadrado, estableciéndose significación estadística si p=0,00 (-0.05).

Operacionalización de variables:

Primeramente se analizaron las variables: Edad y Sexo. Luego se determinaron las principales patologías que provocaron fallo de alguna función vital que motivó su atención en la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes (UCIE). Señalar que se consideró para los efectos del estudio como diagnóstico inicial la impresión diagnóstica al momento del ingreso en dicha unidad; las mismas se reagruparon hasta determinar las más frecuentes por orden de aparición. Por último, se estableció la relación posible de la mortalidad precoz con las causas más frecuentes que motivan soporte ventilatorio, con las formas de evacuación utilizadas hacia la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes (UCIE), con la edad y con el tiempo de estadía.

Resultados y discusión:

Existió un franco predominio en el grupo de edad de 63 y más años con 1533 casos (58%) y los hombres prevalecieron con un 54%, (TABLA 1.- Distribución poblacional según edad y sexo en la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes del Hospital Universitario Arnaldo Milián Castro, Villa Clara, años 2008 y 2010. – Ver archivo de Anexos, al final del artículo). Las cifras obtenidas coinciden con datos de la literatura internacional revisada como Cabadés, O´Callaghan, España (2007) (7); y en Cuba, como los realizados por Pereda González(8); y Ortiz J(6). Otras investigaciones realizadas en nuestro país, 2007, muestran datos diferentes en cuanto a edad, predominan los grupos de 15 a 40 años (9) no así en el sexo.

Ortiz Jiménez (6) plantea que en la tercera edad los pacientes se vuelven más propensos a procesos patológicos que llevan al encamamiento y a la ventilación mecánica.

A criterio del autor el incremento de la edad trae aparejado un proceso de envejecimiento multiorgánico del cual no escapan el corazón y el sistema arterial, produciendo una disminución en la efectividad del trabajo de su bomba; además, en el sexo masculino aparecen con mayor frecuencia los factores de riesgo coronario, tales como la hiperlipidemia, la hipertensión arterial, el hábito de fumar y el estrés.

Dentro de las enfermedades que más se atendieron predominó la cardiopatía isquémica dolorosa con un 29.3%, seguidas de las arritmias y la enfermedad cerebrovascular grave (19.4% y 10,5%), respectivamente. Posterior los politraumatismos (7.8%) (TABLA 2.- Distribución de las patologías más frecuentes en la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes del Hospital Universitario Arnaldo Milián Castro, Villa Clara, años 2008 y 2010 – Ver archivo de Anexos, al final del artículo).

Las enfermedades cardiovasculares constituyen un desafiante problema de salud, han sido la principal causa de muerte en el mundo, y Cuba no es la excepción, coincidiendo nuestra investigación con estudiosos del tema (8, 10, 4) lo que propicia que se instauren mecanismos de actuación rápida y se creen sistemas de urgencias médicas, para lograr que el paciente reciba asistencia especializada de inmediato (11, 12, 14).

Las enfermedades cerebrovasculares con tendencia creciente, ha sido la tercera causa de muerte en países desarrollados (4) y en nuestro país (14, 16, 4), siendo superada nuevamente por la cardiopatía isquémica. Pereda G, R (2007) (8) reporta datos similares. El politraumatismo es la primera causa de muerte dentro de las primeras cuatro décadas de la vida (15), sólo superada por el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y respiratorias (4).

 Estos resultados distan de los encontrados por Fernández C, O (2008) y Ortiz J, Y, et al (2010) (6) que reportan en su estudio que las enfermedades cerebrovasculares constituyeron la segunda causa de muerte superada solo por la cardiopatía isquémica (13).

Al observar la relación de la mortalidad precozcon las situaciones críticas, se estableció que fallecen más por insuficiencia respiratoria aguda (62.6%), seguida por paro cardiorrespiratorio (PCR) y estado de shock con un 37.9% y 5.4%, respectivamente. Los politraumatismos, cuarto lugar (3.4%) (TABLA 3.- Mortalidad precoz y situaciones críticas en la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes del Hospital Universitario Arnaldo Milián Castro, Villa Clara, años 2008 y 2010. – Ver archivo de Anexos, al final del artículo).

 La insuficiencia respiratoria, alteración con riesgo para la vida (16), sus trastornos pueden incluir alteraciones del intercambio de gases, reducción de la ventilación o ambos. Los adelantos terapéuticos en aspectos como la ventilación mecánica y las medidas de apoyo de las vías respiratorias han mejorado su pronóstico en los últimos decenios (17).

Caballero López, A (18) hace referencia que la actuación ante una parada cardiorrespiratoria constituye la emergencia médica que más ansiedad produzca al médico en urgencias, así como a su personal auxiliar y a los familiares del paciente, independiente de su lugar de ocurrencia. Una respuesta rápida y estructurada secuencialmente es fundamental para que la resucitación cardiopulmonar sea exitosa (18). El shock, afección potencialmente mortal que puede causar daño en múltiples órganos, requiere tratamiento médico inmediato y puede empeorar muy rápidamente (19).

Neira, J A y Gómez, M A (15), señalan que todo traumatizado grave se deteriora progresivamente, y por ende, las maniobras salvadoras de vida deben realizarse antes de alcanzar un conocimiento definitivo de la patología de base, donde los más grandes avances se han dado en la atención médica prehospitalaria y en la reanimación inicial en el área de urgencias (15).

El autor plantea que la comprensión de los factores de riesgos asociados con las afecciones cardiacas, respiratorias, endocrinas y accidentes, han permitido la labor preventiva educativa más efectiva en dependencia del grado de disciplina individual, colectiva y familiar que se logra, importancia rectora del médico de familia y el peso de su influencia en la mayor fracción estadística modificable en estas