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Análisis de la mortalidad de la enfermedad cerebral isquémica

Análisis de la mortalidad de la enfermedad cerebral isquémica.

La enfermedad cerebrovascular, como se tiende a denominar en la actualidad, no es un fenómeno accidental como parece indicar el desafortunado término “accidente cerebrovascular”, sino que constituye más bien el final de una cadena de eventos que se inician varias décadas anteriores, entonces encaja perfectamente la denominación de enfermedad que puede parecer súbitamente, denominada entonces “apoplejía”.

Análisis de la mortalidad de la enfermedad cerebral isquémica.

Dr. Alfredo Arredondo Bruce. MsC. Especialista de segundo grado en Medicina Interna, Profesor Auxiliar, Máster en Ciencias, Hospital Amalia Simoni. Camagüey. Cuba.

Dra. Edelsy del Campo León. Residente de tercer año de Medicina Interna. Hospital Amalia Simoni. Camagüey. Cuba.

Resumen.

Introducción.

Material y métodos. Se realizó un estudio experimental longitudinal prospectivo, donde se estudiaron todos los pacientes ingresados en el Hospital “Amalia Simoni” desde mayo del año 2010 hasta el año 2012, portadores de enfermedad cerebrovascular isquémica.

Desarrollo. En la muestra predominaron los pacientes en la séptima década de la vida, no existiendo una diferencia significativa entre el género, si en el color de la piel donde predomino la raza negra a pesar de la distribución racial de la población en la provincia de Camagüey, entre los factores de riesgo al igual que en que en otras investigaciones predomino la hipertensión arterial (HTA), la Diabetes Mellitus y el habito e fumar, aunque este último mostró cifras menores que el promedio de la población general, con predominó la enfermedad cerebrovascular (ECV) oclusiva.

Conclusiones. Dentro de las complicaciones las más frecuentes fueron las sepsis y el tromboembolismo pulmonar (TEP), las cuales también fueron las principales causas de muerte, las cuales pudieran ser prevenibles con intervenciones preventivas.

Palabras clave. Enfermedad cerebrovascular, sepsis, tromboembolismo pulmonar TEP

Introducción:

La enfermedad cerebrovascular (ECV), como se tiende a denominar en la actualidad, no es un fenómeno accidental como parece indicar el desafortunado término “accidente cerebrovascular” (ACV), sino que constituye más bien el final de una cadena de eventos que se inician varias décadas anteriores, aunque también puede aparecer súbitamente llamándose entonces “apoplejía” según Hipócrates, o el llamado Stroke de los anglosajones. (1,2)

La misma puede presentarse de dos formas: una forma hemorrágica, que representa el 15% de los casos, y que a su vez, dependiendo de su extensión y localización puede ser un hematoma intra parenquimatoso, hematoma lobar o una hemorragia sub aracnoidea. Del 15% que representa la forma hemorrágica, un 9% corresponde a hemorragia intracerebral (HIC) y un 6% a hemorragia subaracnoidea (HSA).

La otra forma es la isquémica, (incluyendo la isquemia cerebral transitoria) que representa el 85% de los casos, siendo sus etiologías las siguientes: (2)

  • 20% es por arteriosclerosis (Hipo perfusión – Embolia de origen aterogénico).
  • 20% es por embolismo cardíaco (Fibrilación auricular/Enfermedad vascular Tromboembólica).
  • 25% es por enfermedad de Arterias Penetrantes que determinan Infarto lacunar.
  • 30% es criptogenético (no se determinó la etiología).
  • 5% son inusuales (Estados protrombóticos – Disecciones – Arteritis – Drogas).

Las enfermedades cerebrovasculares constituyen una de las entidades más frecuentemente encontradas dentro de los procesos neurológicos a las que nos enfrentamos a diario en la práctica médica, fundamentalmente los isquémicos, los que son el objetivo de esta investigación. (1)

Hipócrates (460 a 370 BC) fue la primera persona en describir la apoplejía, al decir; «Los desacostumbrados ataques del adormecimiento y de anestesia son señales de la apoplejía inminente», más probablemente haciendo referencia a los ataques isquémicos pasajeros. Ya se conocía en aquellos tiempos que los soldados podían sufrir la parálisis en el hemicuerpo contrario a la zona afectada en la cabeza relacionadas con heridas de cabeza. (1)

 La apoplejía es el cuadro clínico dado por la pérdida aguda de perfusión sanguínea a un territorio determinado del cerebro, que resulta en isquemia y una pérdida correspondiente de la función neurológica. Clasificadas como hemorrágicas o isquémicas, las apoplejías se manifiestan típicamente con el inicio repentino de déficit neurológico focal, como la debilidad, el déficit sensorial, o los trastornos del habla. Las apoplejías isquémicas tienen un grupo heterogéneo de las causas, incluyendo la trombosis, la embolia, y la hipoperfusión, mientras que las apoplejías hemorrágicas pueden ser intra parenquimatosas o sub aracnoidea. (2, 3,4)

Gracias a los avances logados en los últimos años se ha logrado una mejoría importante en el resultado final de esta devastadora enfermedad. La nueva era en el cuidado de la apoplejía aguda empezó en 1995, cuando el National Institute of Neurologic Disorders and Stroke (NINDS) (Instituto Nacional de Enfermedades Neurológicas) y el Stroke Study Group, presentaron los resultados del uso precoz del activador del plasminógeno tisular (t – PA) en estos pacientes con un marcado beneficio en un grupo seleccionado de pacientes con infarto cerebral agudo,(1) el cual producía nuevas recanalizaciones gracias a su rápida administración, proponiendo el lema “el tiempo es cerebro” (3,5,6)

El cerebro es el organismo metabólicamente más activo en el cuerpo. Mientras que representa solamente 2% del cuerpo, requiere 15 – 20% del volumen de eyección cardíaco en reposo, para poder obtener la glucosa y el oxigeno necesarios para su metabolismo. Las apoplejías isquémicas resultan de los eventos que limitan o detienen el flujo de sangre, como embolia, trombosis in situ, o hipo perfusión. Cuando el flujo de sangre disminuye, las neuronas dejan de funcionar, aparece la isquemia neuronal irreversible y comienza la lesión cuando el flujo de sangre es menor de 18 ml / 100 mg / minutos. (3,7-12)

Los procesos involucrados en la lesión celular de la apoplejía son conocidos como la cascada isquémica. Muchos factores pueden llevar a la disfunción y muerte de célula, y otros están actualmente bajo estudio. Dentro de los primeros