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El perímetro de la muerte. Obesidad y complicaciones

Miscelánea

  • Mayor riesgo quirúrgico y anestésico.
  • Agilidad física reducida y mayor propensión a accidentes.
  • Interferencias en el diagnóstico de otras enfermedades.

Clasificaciones de la obesidad

Evaluar la distribución regional de la grasa ha sido el índice más ampliamente usado para clasificar anatómicamente a la obesidad en androide y ginecoide. La medición se realiza con una cinta métrica en la circunferencia del abdomen y las caderas, en posición de pie. La cintura se mide por debajo del reborde costal y por encima de la cresta ilíaca, tomándose la menor medición a este nivel. Se considera como circunferencia glútea la mayor medición realizada a nivel de la prominencia glútea

El índice cintura cadera se calcula de acuerdo a la siguiente fórmula:

ICC = circunferencia abdominal/circunferencia glútea

La obesidad androide o central se caracteriza por un acumulo de grasa en tronco y abdomen, con un valor de ICC mayor de 1,0 para hombres y mayor de 0,85 para mujeres. La ginoide o periférica, distribuye la grasa fundamentalmente en el área glúteo-femoral, con valores de ICC inferiores a los mencionados previamente para cada sexo. La obesidad androide se asocia a una serie de complicaciones metabólicas, tales como hiperinsulinismo, diabetes mellitus tipo II, dislipidemia, gota, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.

Si el perímetro de la cintura es superior a 94-102 cm en el caso de los hombres y a 80-88 cm en las mujeres, significa que hay un exceso de grasa abdominal, que puede suponer un mayor riesgo de padecer problemas de salud, incluso aunque su índice de masa corporal (IMC) sea normal.

Normalmente, la distribución de grasa en los hombres obesos es en forma de «manzana»(androide) y en las mujeres en forma de «pera»(ginioide).

En los últimos años se ha clasificado la obesidad:

  • En función de la celularidad del tejido adiposo:
    • Obesidad hipertrófica.
    • Obesidad hiperplástica.
    • Mixta
  • En función de la historia evolutiva:
    • Obesidad a lo largo de toda la vida.
    • Obesidad desarrollada en la vida adulta.
  • En función de la distribución de la grasa corporal:
    • Obesidad de distribución homogénea.
    • Obesidad abdominal.
    • Obesidad subcutánea.
    • Obesidad visceral.
    • Obesidad glúteo-femoral.

Prevención de la obesidad

Mantener un régimen alimenticio sano, bajo en grasa y azúcar, tanto como el ejercicio incorporado en la vida cotidiana, son buena práctica para evitar el aumento de peso.

Hoy en día la obesidad ocupa una parte muy importante de la salud pública y se está llegando a considerar una epidemia en los países desarrollados por el aumento tan exponencial que está teniendo.

Es necesaria la participación activa de muchos colectivos, como los gobiernos, los profesionales de la salud, la industria alimenticia, los medios de comunicación y los consumidores para fomentar un consumo de dietas sanas y un aumento de la actividad física, que contribuyan a controlar el sobrepeso y la obesidad. Esta responsabilidad compartida consiste en ayudar a potenciar dietas saludables que sean bajas en grasas y altas en carbohidratos complejos y que además contengan grandes cantidades de frutas y verduras frescas.

Es claramente necesario poner un mayor énfasis en los beneficios de la actividad física, especialmente si se tiene en cuenta la creciente urbanización y envejecimiento de la población y el aumento paralelo de tiempo dedicado a actividades sedentarias.

Tratamiento de la obesidad

El éxito del tratamiento de la obesidad depende del interés y entusiasmo del equipo que lo trata y de la cooperación motivada del paciente obeso. La relación médico-paciente es en esta enfermedad más importante que en otras, ya que puede actuar de factor limitante.

El tratamiento médico de la obesidad se basa en la aplicación combinada de las siguientes medidas:

  • Reducción de la ingestión de calorías:si la persona se alimenta en exceso, es preciso reducir el aporte calórico para convertir el balance energético de positivo a negativo. Existen múltiples tipos de dietas para adelgazar que han demostrado su eficacia, pero siempre es necesario consultar con un endocrino, para obtener una dieta personalizada.
  • Aumento del gasto energético:en los pacientes que, además de tener un excesivo aporte calórico, tienen una forma de vida esencialmente sedentaria, debe asociarse la práctica de ejercicio físico, que habrá de ser constante y progresivo.
  • Empleo de fármacos:se han empleado diversos tipos de fármacos en el tratamiento de la obesidad unos actúan inhibiendo parcialmente la acción de la lipasa pancreática. Otros a su vez, inhibe la recaptación de serotonina y noradrenalina, incrementando el gasto calórico. Tanto unos como otros consiguen el objetivo de facilitar una pérdida moderada de peso, empleados simultáneamente con dietas moderadamente hipocalóricas. Bajo ningún concepto puede recomendarse el empleo de píldoras adelgazantes que producen graves complicaciones endocrinológicas, cardiovasculares, electrolíticas y neuropsiquiátricas.
  • Psicoterapia reglada:los resultados se obtienen mediante el empleo de técnicas de modificación de conducta, perfectamente estandarizadas, siendo los resultados más satisfactorios en aquellos paciente menos influenciables y dependientes de sucesos exteriores a ellos en el condicionamiento de su comportamiento alimenticio.
  • Medidas de tratamiento quirúrgico:las posibilidades abarcan varios enfoques fisiopatológicos diferentes. Se puede actuar en la desconexión del eje hipotálamo-digestivo, consiguiéndose disminuciones significativas del apetito. También pueden utilizarse técnicas dirigidas a conseguir la disminución del volumen gástrico. El by-pass gástrico puede aplicarse dentro de las técnicas derivativas.

Conclusiones

Se debería evitar las dietas milagrosas o maravillosas que limitan drásticamente la ingesta de calorías o la variedad de alimentos que se pueden consumir, ya que normalmente conllevan una falta de importantes nutrientes, y/o son difíciles de mantener durante periodos prolongados. Además, no enseñan unos hábitos alimenticios correctos y pueden convertirse en lo que se conoce como dieta yo-yo (adelgazar y engordar bruscamente, como consecuencia de hacer dietas y después comer en exceso). Estas dietas yo-yo pueden resultar a largo plazo peligrosas para la salud tanto física como mental. No hay que fijarse objetivos demasiado optimistas al hacer una dieta ya que una pérdida del 10% respecto al peso inicial ya nos aporta beneficios significativos.

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