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Muerte de Vincent van Gogh. Últimas cartas, últimas telas y arma de fuego

subconsciente colectivo de la superstición occidental. Comprendiéndose, así, que Vincent ocultara el felino bajo una discreta capa de pintura en la copia que supuestamente regaló a la viuda de Daubigny (73).

Encaramando las colinas del cementerio que dominan los horizontes de la meseta del Vexin, y descendiendo luego hacia el Montcel con el viento soplando en los campos de maíz, se siente la fuerte impresión de la panorámica de Auvers que Vincent pintaría con posterioridad al jardín de Daubigny. En el lienzo de la villa, de textura simplificada y formato cuadrado (43×50 cm), la intencionada distorsión de la perspectiva acentúa el efecto del altiplano, convergiendo el punto de fuga en el alto del cementerio situado, al fondo, detrás de la iglesia. Donde Vincent será enterrado días después de ejecutar la obra: vibrante despedida de Auvers abrazando la profundidad del valle en el inmenso Vexin.

Figura 10. Vista de Auvers: pintura y fotografía (principios del siglo XX) desde el valle.

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Vista de Auvers: pintura y fotografía

Siguiendo el catálogo razonado de Hulsker, la última pintura de van Gogh atañe a “Gavillas de trigo”: manojos amontonados en haces que se ataban a una cuerda de paja durante la siega del trigo con la hoz. La tela de colores complementarios e inquieta factura fue realizada un luminoso día de julio, lejos de los cielos nublados que la precedieron, en un campo de trigo situado detrás del castillo. Frente al discreto muro que flanqueaba el recinto de la cara norte: visible en la obra y, también, en el boceto de una campesina; en el reflejo violáceo del único crepúsculo de Auvers a la zaga del Château (JH 2040), o en una foto de archivo (74). La ausencia de segadores y las gavillas proyectando una sombra larga y clara hacia la derecha, sugieren que la pintura se ejecutó al brotar un soleado día festivo. ¿Fue ésta la tela en la que Vincent trabajó la temprana mañana de su último domingo? ¿Fue ése el lugar al que regresó por la tarde con un revólver para acabar con su vida?

Figura 11. “Gavillas de trigo” y boceto de segadora frente al muro del recinto norte del Château.

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“Gavillas de trigo” y boceto de segadora

Sea como fuere, “Gavillas de trigo” es una de las obras más esotéricas y metafóricas de Vincent, más allá de la pretendida objetividad o lirismo de los elementos reales, y cercana al planteamiento del simbolismo bíblico al que el artista recurría, por su experiencia mística, como mensaje profético: “Los cadáveres de los hombres caerán como estiércol sobre la faz del campo, y como gavillas tras el segador, y no habrá quien las recoja” (Jeremías 9:22). “Ya el segador recibe salario y recoge fruto para la vida eterna, para que el que siembra se regocije juntamente con el que siega” (Juan 4:36).

Después del funeral, Theo, abatido, repartía desinteresadamente telas de Vincent entre los asistentes. Delatando, tal vez, un sentimiento de culpa o pesadumbre por acumular tan generosa ofrenda (75). Porque Vincent reprobaba que las obras de los pintores muertos valieran más que las de los vivos, y sintiéndose una carga familiar consumó el deseo de saldar con su producción artística, incomprendida en vida, las deudas contraídas con Theo.

Figura 12. De izquierda a derecha: Asistentes al entierro de van Gogh (tela de É. Bernard); el artista en su lecho de muerte (dibujo de Gachet) y tumbas de Vincent y Theo en el cementerio de Auvers.

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Asistentes entierro de van Gogh. Artista en su lecho de muerte. Tumba de Vincent y Theo

VI. En busca de la evidencia…

La exploración histórica de la herida de bala de Vincent, compatible con un disparo a corta distancia (inferior a la longitud del brazo), los relatos testimoniales y los antecedentes de conductas para-suicidas previas, respaldan el acto suicida. Pero sorprende que al artista lo enterraran, a una década del siglo XX, sin un examen forense post-mortem; ciñéndose el certificado de defunción a la formalidad de un registro en el ayuntamiento sin precisar la causa de la muerte.

En la actualidad, la autopsia médico-legal es obligada en cualquier país de la UE ante una muerte violenta por arma de fuego con sospecha o indicios de criminalidad, y no puede ser rechazada por los familiares. En el caso van Gogh, la desaparición del revólver, la ausencia de una nota escrita con el