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Necesidades nutricionales en personas de edad avanzada

Necesidades nutricionales en personas de edad avanzada

El envejecimiento es un proceso progresivo natural del ser humano, que cada persona experimenta con diferente intensidad. En la actualidad, es difícil establecer el comienzo de esta etapa de la vida en función exclusiva de la edad, debido a la creciente longevidad que se observa en las sociedades occidentales. No obstante, se considera que una persona es anciana a partir de los 65 años, reservando el término de muy anciano para las que superan los 80 años.

Necesidades nutricionales en personas de edad avanzada

AUTORES

Almudena Domínguez Pérez.

Experto en Nutrición y dietética humana por la Universidad de Cádiz. Experto en Enfermería en Urgencias y Emergencias por la Universidad de Madrid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de La Laguna.

Carmen Peinado Antón.

Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Granada.

Sergio Ruiz de la Hermosa Carrascosa.

Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomado en Enfermería por la Universidad de Valencia.

Paula Lorente del Pozo.

Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de valencia.

Verónica Esperanza Arjona Prieto.

Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Granada.

RESUMEN

Este aumento de la longevidad y, consecuentemente, la expectativa de vida se atribuyen a la mejora de los estándares de nivel de vida, a la disminución de la mortalidad infantil y a una mejora de los cuidados médicos, en esto último, la nutrición juega un papel muy importante.

Las necesidades nutritivas del ser humano son diferentes en función de la etapa de la vida en la que se encuentra. Por este motivo, la alimentación deberá ser adecuada y adaptarse a cada situación fisiológica de la vida del individuo. A partir de los 40 años, el metabolismo basal disminuye progresivamente. A los 70 años, la reducción es del 30%. Las personas que llegan a una cierta edad se enfrentan a problemas físicos, psíquicos y sociales que derivan de cambios biológicos propios de la edad. En muchas ocasiones, estos problemas no se pueden resolver por completo, pero sí paliar, permitiendo así una mejora en la calidad de vida.

PALABRAS CLAVE: Nutrición, envejecimiento, necesidades nutricionales, dieta, cambios fisiológicos y malnutrición.

INTRODUCCIÓN

Debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de fecundidad, la proporción de personas mayores de 60 años está aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países. El envejecimiento de la población puede considerarse un éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico, pero también constituye un reto para la sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar al máximo la salud y la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad.

Muchas veces en la vejez se necesitan cuidados e incluso se llega a la necesidad de depender de otra persona. Todo esto resulta difícil de aceptar y más en aquellas personas que siempre han sido muy independientes. De hecho, es bastante frecuente la aparición de depresiones en ancianos. Por esta razón, requieren en primer lugar una aceptación de su propia persona y, en segundo lugar, una adaptación a los cambios que están sufriendo.

Se considera que una persona empieza el período de la vejez a partir de los 65 años de edad, es decir, coincide con la edad de jubilación, aunque esta aseveración es poco precisa, ya que el envejecimiento no afecta por igual a todo el mundo. Hay personas que a pesar de ser ancianas se encuentran en un excelente estado de salud, y ello, al reflejarse en su persona, les hace parecer más jóvenes.

El envejecimiento afecta de forma muy importante y a veces severa a los procesos de la digestión, absorción, utilización y excreción de nutrientes. Esto va a condicionar las estrategias dietéticas, nutricionales y culinarias de las personas o colectivos de edad avanzada.

A lo largo de nuestra vida diversos factores influyen en este proceso diferencial. Es evidente que existe una dotación genética (factor endógeno) que está presente desde el nacimiento y contra la que poco se puede hacer; sin embargo, sí que se pueden modular algunos factores exógenos (personales, sociales y ambientales) que están directamente implicados en la aparición más o menos tardía del deterioro físico e intelectual que se asocia con el proceso del envejecimiento.

La alimentación es uno de los factores exógenos que puede actuar acelerando, retrasando o atenuando las alteraciones y patologías físicas y mentales que caracterizan esta etapa. Por este motivo, una alimentación equilibrada, variada y saludable, mantenida durante toda la vida, puede ayudar a mejorar la autonomía y calidad de vida del anciano.

CAMBIOS BIOLÓGICOS QUE APARECEN CON LA EDAD Y AFECTAN A LA NUTRICIÓN

Con el paso de los años, la composición corporal de una persona va evolucionando progresivamente. Estas variaciones no se evidencian en todas las personas a la misma edad y con la misma intensidad, ya que van produciéndose a un ritmo diferente.

Los cambios que sólo obedecen al paso del tiempo y que tienen carácter universal, progresivo e irreversible que se evidencian en esta etapa, con relación a una persona adulta joven son los siguientes:

  • Composición corporal: La masa magra disminuye un 6,3% cada diez años a partir de los 30 años, a expensas principalmente del tejido muscular. La masa ósea también se reduce entre el 8 y el 16%, especialmente en las mujeres en los dos años siguientes a la menopausia, y que concluye en una mayor fragilidad ósea y mayor riesgo de osteoporosis. Este hecho se ha relacionado con la hipertensión, alteraciones biliares, hiperlipemias, etc.
  • Metabolismo basal: Disminuye progresivamente a partir de los 40 años, con un 5% hasta llegar a los 70 años, con una reducción de un 30%. Se observan modificaciones de colesterol y lípidos plasmáticos, aumentando sus valores, de síntesis y degradación proteica, así como alteraciones de la glucemia, produciéndose intolerancia a la glucosa en personas que no han sido diabéticas, traduciéndose así en una intolerancia a los hidratos de carbono.
  • Cambios en el sistema cardiovascular: El principal problema que se produce es el endurecimiento de las paredes arteriales, debido a la pérdida de