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Neumoescroto secundario a enfisema subcutáneo masivo de origen infeccioso

Neumoescroto secundario a enfisema subcutáneo masivo de origen infeccioso

RESUMEN

Podemos definir neumoescroto, como el acúmulo de aire u otros gases a nivel escrotal, originando habitualmente distensión del mismo.  Este signo resulta fácilmente diagnosticable con una exploración física rutinaria y puede ser debido  a procesos infecciosos potencialmente letales o secundario a técnicas diagnóstico-terapéuticas a nivel digestivo o torácico.  Presentamos el caso de un varón de 80 años, diagnosticado de neumoescroto secundario a enfisema subcutáneo masivo por proceso infeccioso a nivel inguinal.

Neumoescroto secundario a enfisema subcutáneo masivo de origen infeccioso.

Autor: Jiménez Parra, José David. FEA urología H. Rafael Méndez, Lorca (Murcia; España)

Coautores:

Ruiz Morcillo José Carlos, FEA urología H. Rafael Méndez Lorca.

Segura Sánchez Manuel José, FEA urología H. Rafael Méndez Lorca.

Berrio Campos Raquel, FEA urología H. Rafael Méndez Lorca.

Bitsunov Bitsunova Andrei, FEA urología H. Rafael Méndez Lorca.

La Iglesia Cabrerizo Ramón. Jefe servicio de urología, H. Rafael Méndez Lorca.

Palabras clave: neumoescroto; enfisema; infección.

INTRODUCCIÓN

El neumoescroto es un entidad infrecuente y fácilmente diagnosticable, en ocasiones secundario a patología significativa que podría comprometer la vida del paciente.

CASO CLÍNICO

Varón de 80 años de edad con antecedentes de hidrocelectomía bilateral y hernia inguinal derecha  que acude a urgencias por dolor inguinoescrotal izquierdo de reciente aparición.  A la exploración se evidencia un bultoma inguinal izquierdo, doloroso a la palpación sugestivo de hernia incarcerada, motivo por el cual es  intervenido de urgencia por parte del servicio de cirugía general.

A partir del tercer día postoperatorio presenta gran aumento del volumen escrotal junto con crepitación (imagen-1, al final del artículo) y secreción serosa fétida a nivel de herida quirúrgica. Ante los hallazgos anteriores se decide inicio de antibioterapia empírica con Imipenem + Metronidazol y realización de  TAC tóraco-abdomino-pélvico urgente, evidenciando un neumoescroto secundario a enfisema subcutáneo masivo desde región pélvica hasta nivel torácico (imágenes 2-5, al final del artículo).

El paciente es sometido a una nueva intervención quirúrgica en la que se evidenció una perforación intestinal a nivel de herida e infección secundaria a gérmenes productores de gas. Se realiza resección segmentaria ileal con reanastomosis, lavado profuso de herida  y colocación de drenajes subcutáneos a niveles abdominal y torácico. De forma posterior ingresa en unidad de cuidados intensivos para monitorización presentando una evolución lenta aunque progresivamente satisfactoria.

DISCUSIÓN

Podemos definir como neumoescroto al acúmulo de aire u otros gases a nivel escrotal originando habitualmente distensión del mismo.  Este signo, que resulta fácilmente diagnosticable con una exploración física rutinaria, puede ser debido a procesos infecciosos y potencialmente letales (Ej: Gangrena de Fournier), benignos (secundario a procedimientos diagnósticos-terapéuticos tanto digestivos como a nivel torácico)  e incluso espontáneo.

Existen estudios en los que se describe cómo la diseminación subcutánea del aire es el mecanismo patogénico más probable, incluso partiendo de fuentes alejadas de la región escrotal (1-2).  Otra vía por la cual el aire podría llegar al escroto sería la retroperitoneal, a través del canal inguinal. La diseminación intraperitoneal hacia la túnica vaginalis sería la más infrecuente (3).

Uno de los procedimientos más asociados a esta patología es la colonoscopia (4), probablemente secundario a laceraciones en la mucosa intestinal con paso de gas a retroperitoneo y de forma posterior a la región escrotal. Se han descrito casos tras biopsia hepática, ERCP, esfinterotomía endoscópica, esofagoscopia (en relación con una perforación iatrogénica) y tras polipectomías (5-7).

Los pulmones y la cavidad pleural son otros orígenes habituales del neumoescroto, en relación con cirugía torácica, maniobras de reanimación cardiopulmonar, tras  intubación endotraqueal o traumatismos a dicho nivel (8-11).

El diagnóstico es fundamentalmente clínico aunque podemos recurrir a pruebas de imagen como radiografía simple torácica/abdominal  o tomografía computerizada, de cara a valorar el posible origen (12-13).

El tratamiento dependerá de la causa subyacente pudiendo optar desde medidas conservadoras hasta quirúrgicas, como en nuestro caso.