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Nutrición enteral, sondaje nasogástrico y cuidados de Enfermería

Nutrición enteral, sondaje nasogástrico y cuidados de Enfermería

La nutrición enteral (NE) es una técnica que consiste en la administración de fórmulas enterales por vía digestiva, mediante una sonda que puede ser nasoentérica o a través de una ostomía. Tiene como finalidad evitar o corregir la desnutrición de los pacientes que lo necesiten, debido a la incapacidad por cualquier motivo de poder cubrir dicha necesidad por vía oral y siempre que su tracto digestivo tenga una funcionalidad correcta( parcial o total). (1,2)

Nutrición enteral, sondaje nasogástrico y cuidados de Enfermería

Autores: Eugenio Alfaro Martínez 1, David Delgado Sevilla 2, Belén Fernández Castro 1, Pablo José Oltra López 1, Vanessa Periñan Carmona 1, María Dolores Moreno Nieto 1

  1. Diplomado/a universitario en Enfermería.
  2. Master universitario en Investigación en Ciencias de la Salud. Enfermero en Servicio Aragonés de Salud.

No existe conflicto de intereses entre los autores.

Palabras clave: Enfermería, nutrición enteral, sonda nasogástrica, cuidados.

Autor principal: Eugenio Alfaro Martínez.

INTRODUCCIÓN

La inmunidad del ser humano está totalmente relacionada con el estado nutricional, por lo tanto en estados de malnutrición hay mayor riesgo de sufrir infecciones intrahospitalarias, y diversas enfermedades. Teniendo en cuenta esto, podemos imaginar la importancia que tiene la prevención o corrección de estas deficiencias a través de este tipo de nutrición. (3)

La vía enteral es la forma más fisiológica para el aporte de nutrientes, cuando no podemos optar por la vía oral. Siempre que podamos utilizar el aparato digestivo para realizar cualquier tipo de nutrición, hemos de priorizar su elección (4), además la nutrición enteral tiene otra serie de ventajas como son:

  • Efecto trófico: Los nutrientes actúan dentro de nuestro sistema digestivo evitando la atrofia de las vellosidades.(1)
  • Efecto barrera: El intestino juega un papel modulador del catabolismo proteico, limita la implantación y proliferación de gérmenes, y modula el sistema inmunológico.(5)
  • Mayor seguridad: Con el uso de la nutrición enteral se evita el riesgo de infecciones por catéter.(5)
  • Menor número de complicaciones y si las hay, son generalmente de menor gravedad.(5)
  • Es menos costosa y más fácil de administrar, ya que no requiere las técnicas complejas de asepsia ni el personal sanitario que se necesita para la nutrición parenteral.(5)

El gran avance de la nutrición enteral en los últimos tiempos ha hecho posible que muchos pacientes puedan mantener un estado nutricional adecuado con la administración de fórmulas enterales, y que este tratamiento se pueda prolongar en el tiempo, continuándose en el domicilio particular, con las consiguientes ventajas en la calidad de vida de los pacientes y el ahorro en los costes de hospitalización. (5)

La nutrición enteral tiene un alto coste tanto personal y económico para las instituciones, por ello es muy importante establecer una correcta indicación y elección de la fórmula, vía y método de administración antes de llevar a cabo cualquier procedimiento. (6)

INDICACIONES (5-7)

La nutrición enteral está indicada en aquellos pacientes que no pueden, no deben o no quieren comer por vía oral y cuyo intestino funciona correctamente. No es imprescindible que el tubo digestivo esté totalmente funcionante para poder iniciar una nutrición enteral, será suficiente con mantener una mínima actividad funcional del mismo, con capacidad absortiva, para iniciar este tratamiento.

  • Cuando el tracto gastrointestinal (TGI) no es capaz de utilizar óptimamente los nutrientes si son administrados por vía oral: diarrea grave, síndrome de intestino corto.
  • Cuando las necesidades están muy aumentadas y el paciente no es capaz de cubrirlas con la ingesta (pacientes quemados, mal nutridos).
  • Cuando el paciente no es capaz de deglutir por alteraciones mecánicas: lesiones traumáticas, tumores en cabeza o cuello, cirugía maxilofacial…
  • Alteraciones neuromotoras en la deglución: tumores cerebrales, disminución de la conciencia, alteraciones en el Sistema Nervioso….
  • Negación en el consumo de alimentos: enfermedades psiquiátricas como anorexia o alzheimer.

CONTRAINDICACIONES (7)

La nutrición enteral está contraindicada cuando el TGI no funciona correctamente o no hay posibilidad para acceder a él; también si quisiéramos dejarlo en reposo, como podría ocurrir en estos casos: obstrucción intestinal total, perforación intestinal, vómitos incoercibles, íleo severo, hemorragia digestiva aguda, fístulas entéricas altas e incapacidad para absorber nutrientes como ocurriría con diarreas muy graves.

SONDAS DE ALIMENTACIÓN Y VÍAS DE ACCESO

Sondas de Alimentación

Las más utilizadas son las sondas de poliuretano o de silicona con conexión EN-Lock, ya que están hechas de un material resistente a los jugos gástricos, por lo que serán de mayor duración, además son de menor diámetro, más flexibles, blandas, radiopacas y con todo esto más cómodas para el paciente. (8)

Vías de Acceso (1, 5, 7)

La elección de la vía de acceso depende de de la duración del tratamiento que se prevea vaya a necesitar el paciente, del funcionamiento del tubo digestivo en sus distintas secciones, si existe riesgo o no de aspiración y de la situación clínica y actual del paciente.

-Mediante técnica no invasiva:

  • Nasogástrica. Es el acceso enteral más simple y común a corto plazo (hasta seis semanas aproximadamente de duración). Indicada en pacientes con mínimo reflujo gastroesofágico y buen vaciamiento gástrico. Se inserta por la nariz y llegará hasta el estómago; la confirmación de su colocación se realiza insuflando aire por ella, auscultando en el epigastrio y aspirando el contenido gástrico (estos métodos no son totalmente fiables). Ante la duda, siempre debe realizarse una radiografía de tórax y abdomen. Las posibles complicaciones son menores, como la irritación nasal o sinusitis, por una mala colocación nasal. Entre sus ventajas; bajo coste, mayor seguridad en la administración de fármacos que otras. Los inconvenientes; incómodas, a menudo extracción involuntaria, obstrucciones.
  • Nasoduodenal o nasoyeyunal. Indicada en nutrición a corto plazo, en pacientes que no toleran la nutrición enteral gástrica o porque existe dificultad en el vaciamiento gástrico, con riesgo de reflujo gastroesofágico y aspiración pulmonar. Se pueden utilizar técnicas de endoscopia para su colocación, aunque se pueden directamente en la cama, introduciéndolas por la nariz llegarán hasta el duodeno o yeyuno en cada caso, favorecidas por el peristaltismo del propio organismo. Entre las ventajas: disminuyen el reflujo gastroesófagico y el riesgo de aspiración. Los inconvenientes; incómodas y difíciles de colocar.

-Mediante una técnica invasiva:

  • Gastrostomía. Consiste en la apertura de un orificio en la pared anterior del abdomen para introducir una sonda de alimentación en el estómago; siempre que el estómago no este afectado, halla un vaciamiento gástrico normal y un reflujo mínimo. Indicada en pacientes candidatos de nutrición enteral prolongada (más de 6 semanas), o que tengan estenosis esofágicas que impidan la introducción de una sonda nasogástrica. Existen varias técnicas:
    • Gastrostomía endoscópica percutánea (GEP), Dirigida por endoscopia. Las indicaciones son las mismas que en las gastrostomías, y las más comunes en este caso son:
  • enfermedades neurológicas como accidente cerebro vascular (ACV), demencia, tumor cerebral, traumatismo craneoencefálico grave…
  • lesiones en la cavidad oral, faringe, laringe y esófago que originen disfagia mecánica.
    • Gastrostomía radiológica percutánea (GRP), dirigida por radiología. Considerada como un procedimiento rápido, seguro y eficaz. No requiere anestesia general. Las indicaciones y contraindicaciones son similares a las de la GEP, no obstante, en pacientes con obstrucción mecánica de la cavidad oral, faringe y esófago, se necesitaría una sonda de menor calibre que el diámetro del endoscopio, lo que puede dar lugar a que se obstruya más fácilmente.
    • Gastrostomía quirúrgica. Consiste en la colocación de una sonda en el estómago mediante cirugía. Está indicada en aquellos pacientes que precisan soporte nutricional a largo plazo por vía enteral, en los que no se pueden utilizar técnicas menos invasivas, como la endoscópica o la radiológica. Suelen tener más complicaciones que las anteriores y también más riesgos asociados a la anestesia. Las técnicas más utilizadas son la de Stamm, Witzell o de Janeway.

Contraindicaciones comunes a todas: Supervivencia esperada del paciente de aproximadamente 6-8 semanas, alteración grave de la coagulación, procesos infecciosos graves, insuficiencia cardiaca o respiratoria descompensada, ascitis, peritonitis, obesidad mórbida, hipertensión portal, tumores en el trayecto.

Ventajas: Cómodas, permanentes y reversibles, al estar ocultas los pacientes se sienten mejor, disponen de mayor diámetro que las sondas nasogástricas por lo que se obstruyen menos y permiten administrar alimentos más densos. Tienen una mejor transición de la nutrición enteral al comienzo de la alimentación oral.

  • Yeyunostomía. Indicada en pacientes que requieran una nutrición a largo plazo y este contraindicada la gastrostomía. Está contraindicada en casos de obstrucción intestinal total, fístulas digestivas altas, obesidad mórbida, ascitis masiva y diálisis peritoneal. Una ventaja importante de las yeyunostomías con respecto a las gastrostomías es que disminuyen el reflujo gastroesofágico y tienen menor riesgo de aspiraciones.

SONDAJE NASOGÁSTRICO, PROCEDIMIENTO (4,5)

El sondaje nasogástrico consiste en la introducción de una sonda en el tracto intestinal a través de las fosas nasales, y que llega hasta el estómago. El personal que generalmente llevará esta operación a cabo son la enfermera/o y el técnico en cuidados auxiliares de Enfermería.

El material que necesitaremos para el sondaje es:

– Sonda de poliuretano

– Jeringas de 50ml

– Lubricante hidrosoluble

– Guantes no estériles

– Gasas

– Batea por si hubiera vómitos o secreciones

– Vaso con agua y pajitas para sorber

– Apósito para fijación de sonda o esparadrapo hipoalérgico

– Fonendoscopio para una primera comprobación

Procedimiento (en enfermos conscientes):

  • Miraremos los orificios nasales y dejaremos libre el que este en mejor estado y por el cual respire mejor.
  • Antes de comenzar, solicitaremos al paciente su colaboración para que trague cuando se lo indiquemos.
  • Si el paciente tiene prótesis dentales, se retiraran.
  • Limpiar la boca y los conductos nasales.
  • Examinar el estado de la sonda.
  • Medir la longitud de la sonda a introducir: se coge la parte distal de la sonda y se medirá desde la punta de la nariz hasta el lóbulo de la oreja y de ahí a la apófisis xifoides del esternón y marcamos la sonda. Insertaremos la sonda hasta el punto medio marcado. La mayoría de las sondas tienen marcas para facilitar esta operación
  • Lubricar la sonda con lubricante hidrosoluble.
  • Introduciremos la sonda por la fosa nasal seleccionada, suavemente, apuntando hacia abajo y hacia atrás. Cuando la sonda llegue a nasofaringe intentaremos girarla un poco y pediremos al paciente que incline ligeramente la cabeza. Si el paciente no puede tragar y lo consideramos necesario se le puede estimular con un traguito de agua a través de una pajita. Después seguiremos introduciendo hasta la marca fijada anteriormente.
  • Si la sonda no se introduce con facilidad, deberemos mirar dentro de la boca para descartar que la sonda haya hecho un bucle en su interior.
  • En la comprobación de la colocación de la sonda, el aspirado y la auscultación no son indicadores totalmente fiables de su correcta colocación. Comprobaremos de la siguiente forma:
    • Insuflar 20-50 ml de aire a través de una jeringa conectada a la sonda y auscultar con fonendoscopio en epigastrio (el aire en el estómago produce un sonido de gorgoteo).
    • Aspiración de contenido gástrico y medición del pH. Un valor de pH ácido, inferior a 5.5 es un indicador fiable de una colocación gastrointestinal.
    • Radiografía de tórax y abdomen
  • Procederemos a su fijación de la siguiente forma. Usaremos esparadrapo de tela. Fijaremos en la parte ancha en la nariz y enrollaremos las partes estrechas sobre la sonda. Para evitar que la sonda quede tirante y pueda dar lugar a algún stiron y su posible extracción involuntaria, haremos un bucle y lo fijaremos a la mejilla del paciente.