Inicio > Dermatología y Venereología > El paciente con dermatitis atópica

El paciente con dermatitis atópica

El paciente con dermatitis atópica

Es frecuente hablar de la atopia como símil del termino alergia, sin embargo tienen varias diferencias.

Atopia integra un fallo en el sistema inmunológico del individuo con respuesta ante elementos inespecíficos y no dañinos para el organismo y tiene principalmente un componente hereditario de transmisión vertical progenitores-descendencia.

El paciente con dermatitis atópica

Autores:Sara Sasal Pérez. DUE. Digestivo. Hospital Clínico Universitario. ZaragozaDiana Modrego Iranzo. DUE. Cirugía Hepatobiliar. Hospital Universitario Miguel Servet. ZaragozaEva Cristina Martínez Donoso. DUE. Atención Continuada Ariza. ZaragozaRaúl López Blasco. IIS Aragón. Coordinador Unidad EECC, Nefrología. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.

Resumen:
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que, aunque es benigna, puede llegar a alterar notablemente la calidad de vida del paciente que la padece. Se conoce su relación con alergias alimentarias, factores ambientales, dietéticos… Es una enfermedad crónica que no tiene cura en la actualidad, aunque hay una serie de medidas que ayudan al paciente a mejorar su calidad de vida. Enfermería tiene una función fundamental al conocer los factores modificables de la conducta del paciente y su relación con el entorno, por lo que es función de la enfermera ayudar al paciente en este aspecto.

Palabras Clave: dermatitis atópica, eccema, prurito.

Introducción:

En contraposición la alergia, es una respuesta inmunológica ante un alérgeno específico, con una generación de anticuerpos tras una primera exposición, que se expresan en consecutivas exposiciones ante el antígeno.

El término atopia fue utilizado por primera vez por Coca, en 1923, para describir un grupo de manifestaciones asociadas: dermatitis atópica, asma y rinitis. Sin embargo, no fue hasta 1980 cuando Hanifin y Rajka publicaron los criterios clínicos que permiten establecer el diagnóstico de la dermatitis atópica tal y como hoy en día se conoce.

Definición del problema

Enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que se caracteriza por lesiones eccematosas de distribución característica, piel seca y picor intenso. La dermatitis atópica es benigna pero puede llegar a alterar mucho la calidad de vida. Actividades como el sueño, trabajo y estudios se ven afectadas.

El curso fluctuante de la enfermedad hace que períodos libres de síntomas se sigan de exacerbaciones de la enfermedad más o menos intensas

El término eczema es general para cualquier tipo de dermatitis o inflamación de la piel. La Dermatitis Atópica es la clase de eczema más severa y crónica (de mayor duración). Aunque el término eczema es usado con frecuencia para la dermatitis atópica, pero hay muchas otras enfermedades de la piel que también son eczemas

Prevalencia:

La prevalencia de la dermatitis atópica en la población general es difícil de precisar, pero se calcula que en los países desarrollados entre el 15% y el 30% de los niños sufren la enfermedad. Un 60% de los casos son diagnosticados antes del año de edad, y en torno al 85% debutan antes de los 5 años de vida

La prevalencia de la DA es mucho mayor en países industrializados como Estados Unidos, Europa occidental, Japón o Australia que en regiones con una cultura agrícola marcada como China, Europa del este, Asia central y países africanos en vías de desarrollo.

Existen datos de agregación familiar, de tal forma que la prevalencia de DA en niños con familiares de primer y segundo grado afectos puede llegar a ser del 39% y del 19%.

Etiología:

En un 80% de los casos se asocian a enfermedades atópicas (asma bronquial y rinoconjuntivitis), y en la que intervienen tanto factores constitucionales, como una mayor sensibilidad inmunitaria, y alteraciones genéticas.

En algunos casos es posible demostrar la existencia de una alergia a uno o varios alimentos o a otros alérgenos (ácaros del polvo doméstico, epitelios de animales, etc.). Sin embargo, en un 16-25% de las DA no se hallan enfermedades alérgicas y tienen niveles bajos de IgE

La DA se asocia con alergia alimentaría (AA) como condiciones que con frecuencia señalan el comienzo de la denominada «marcha alérgica», que se caracteriza por diferentes manifestaciones atópicas relacionadas y sucesivas a lo largo de la vida del individuo. Comúnmente DA y AA coexisten en mayor medida en los pacientes que presentan DA de comienzo precoz, agresiva y persistente. La asociación de DA y AA se estima en alrededor del 35% de los niños que presentan DA.

La incidencia es similar en ambos sexos, pero existen diferencias étnicas y geográficas muy significativas que sugieren la participación de factores ambientales en la aparición de la enfermedad.

Los ambientes fríos y las ciudades contaminadas incrementan las opciones de que una persona padezca dermatitis atópica. Es muchísimo más prevalente en el mundo occidental y los casos son significativamente más frecuentes en las ciudades que en el campo. Los climas fríos también parecen incrementar el riesgo. Por ejemplo, los niños jamaicanos tienen el doble de probabilidades de sufrir dermatitis atópica si crecen en Londres (donde la contaminación es alta y las temperaturas relativamente bajas) que si viven en Jamaica.

Fisiopatología:

Hay dos hipótesis, una sostiene que el defecto primario reside en una alteración inmunológica que provoca la sensibilización del individuo mediada por la IgE, siendo la alteración de la función barrera una mera consecuencia de la inflamación local.

Según la otra hipótesis, la anomalía intrínseca residiría en las células epiteliales, y los trastornos inmunológicos serían un epifenómeno. En todo caso, la patogénesis de la DA es compleja y multifactorial, por lo que para entender su fisiopatología es necesario un estudio profundo y multidisciplinar.

Valoración enfermera:

La valoración de Enfermería tiene como objetivo recoger y registrar los datos del paciente

Historia:
Antecedentes biológicos como la edad entre 18 y 65 años, de raza mediterránea en el grueso de la población sin omitir poblaciones de inmigrantes mayoritarias. Antecedentes familiares y genéticos dado el componente de herencia atópico que presenta la DA.

Antecedentes de enfermedades que puedan empeorar o agravar la situación del paciente, tales como enfermedades autoinmunes, infecciones pasadas, trastornos hormonales, intervenciones quirúrgicas o traumatismos que dejen cicatriz.

Antecedentes alimenticios como usos de dieta, alergias diagnosticadas, gustos culinarios, patrón de alimentación.

Antecedentes farmacológicos como reacciones adversas a medicamentos, intoxicaciones por mal uso de fármacos prescritos

Antecedentes socioeconómicos, como la ocupación laboral, rendimiento académico, relaciones afectivas con el círculo familiar, amistades, integración escolar, nivel de conocimientos, hábitos tóxicos y de higiene, y problemas de comunicación.

Problema actual:

El paciente acudirá a la consulta por el malestar que genera el prurito y el descubrimiento de lesiones cutáneas en la piel.

Se debe de valorar el inicio, duración e intensidad del prurito, la localización, el lugar afectado, aspecto y dimensiones. Velocidad de propagación y las lesiones anteriores similares.

Factores que empeoran o mejoran el problema como el uso de ropa y productos de higiene inadecuados y su relación con síntomas específicos picor, dolor, prurito y sistémicos fiebre, malestar general, insomnio, ansiedad, enfado.

Datos objetivos con aparición de heridas y sequedad de la piel.

Valoración física:

Se realizara un examen completo de la piel, mediante la inspección y palpación, en especial, de las zonas más predispuestas a las lesiones en DA según la edad, donde el paciente manifieste mayor frecuencia e intensidad de prurito. Valoración de las mucosas, pelo, uñas y glándulas sudoríparas y sebáceas. Valorar: color, aspecto, marcas vasculares, limpieza, humedad y temperatura y especialmente las zonas no expuestas y cubiertas por la ropa o pliegues cutáneos.

La clínica más frecuente cursa con:

  • Prurito: Síntoma molesto que provoca un deseo de rascado de la zona afectada. Se debe tener en cuenta la edad del paciente para conocer las limitaciones de movimiento.
  • Xerosis: Piel seca, áspera, y enrojecimiento
  • Eczema: Irritación en la piel
  • Liquenificación: engrosamiento de la epidermis con acentuación de los pliegues de la piel secundaria al rascado crónico.

Entre las más comunes se incluyen lesiones eccematosas recidivantes o crónicas, muy pruriginosos, con una distribución típica según la edad. En el adulto joven la dermatitis atópica tiende a comprometer las superficies flexoras, además de las manos y los pies.

El prurito crónico lleva al rascado que es responsable de la producción inicialmente de lesiones primarias como eritema, pápulas y vesículas y luego de cambios secundarios como erosiones, alteraciones pigmentarias y aumento del grosor y cuadriculado normal de la piel (liquenificación).

La sequedad de la piel o xerosis es una manifestación característica de esta enfermedad. Además, existen ciertos estigmas que aunque inespecíficos suelen ser frecuentes en estos pacientes como la hiperlinearidad palmo-plantar, pliegue Infraorbitario, dermografismo blanco, palidez facial, hiperpigmentación periorbita-ria, disminución o ausencia del borde lateral de las cejas, línea de implantación baja del pelo e hiperqueratosis folicular

A tener en cuenta: Minusvalías, trastornos motores, incapacidades o deficiencias en la movilización