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Pancreatitis aguda biliar. A propósito de un caso clínico

Figura 2. TC multifásica en fase arterial, dismorfismo con múltiples septos hacia el interior de la vesícula biliar.

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TC multifásica. Fase arterial
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TC. Septos en vesícula biliar

Figura 3. Colangiorresonancia: ectasia de la vía biliar intra y extrahepática.

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Colangiorresonancia. Ectasia vías biliares

Al evaluar el cuadro clínico y el dosaje de amilasa sérica elevada más de 3 veces su valor normal, se confirmó el diagnóstico de Pancreatitis Aguda por medio de estudios de imagen, específicamente con la ecografía que muestra dilatación de la vía biliar, la presencia de barro biliar, litiasis vesicular y se corrobora con la presencia de un patrón colestásico definido en sus exámenes de laboratorio. La TAC contrastada tiene una sensibilidad y un valor predictivo positivo para detectar la necrosis pancreática entre 4 y 10 días después del inicio de los síntomas, sin embargo en la paciente no demostró ningún tipo de alteración que nos ayude para clasificarla y establecer el índice de severidad tomográfica con correlación con necrosis, mortalidad y complicaciones locales.

 

Discusión

La pancreatitis aguda biliar es una patología caracterizada por la inflamación aguda del páncreas debido a la migración y/o impactación de un cálculo en la vía biliar. Las lesiones en páncreas pueden variar desde edema hasta necrosis y está asociada a la evidencia de litiasis o presencia de barro en la vesícula biliar o alguna alteración en la vía biliar que explique la colestasis.

En cuanto al cuadro clínico de esta patología, se sospecha de pancreatitis aguda biliar cuando se presente un dolor abdominal intenso en epigastrio, con irradiación en banda, o hacia la espalda, frecuentemente este dolor es de tipo urente y constante. El dolor intenso frecuentemente no cede con analgésicos, es recurrente y de tipo persistente. Otros síntomas que se pueden presentar son la distensión abdominal, vómitos, fiebre, taquicardia, entre otros.

A la exploración física los pacientes se muestran con facies de angustia, dolorosa, así como palidez y diaforesis. Cuando se presente ictericia se debe hacer sospecha de un cálculo que esté localizado en la vía biliar. A la palpación existe dolor, que puede ser difuso o con predominio epigástrico. A la auscultación se escuchan los ruidos intestinales disminuidos o abolidos.

El diagnostico de pancreatitis aguda biliar se confirma con una serie de elementos: mediante el cuadro clínico y el valor de amilasa o lipasa sérica. La amilasa sérica debe estar elevada tres veces el límite superior de su valor normal, recordando que esta se eleva a las 8 horas del inicio del dolor y persiste solo hasta las primeras 48 horas. Si este examen no se logró realizar durante este periodo de tiempo, se recomienda usar como alternativa la lipasa sérica, la cual muestra un valor elevado dos veces el límite superior de su valor normal y este se detecta más allá de las 92 horas de iniciados los síntomas.

La ecografía determinaría su etiología, es decir si es de origen biliar o no. La ecografía debe mostrar litiasis vesicular, coledocolitiasis, dilatación de las vías biliares con o sin cálculos o presencia de barro biliar.

En este caso presentado, el diagnóstico de la paciente se corroboro mediante su cuadro clínico característico de dolor abdominal súbito, de carácter transfictivo, constante, en intensidad de 8/10, con predominio en epigastrio y hemicinturón izquierdo, con irradiación hacia hombro izquierdo y espalda, así como la amilasa sérica elevada más de tres veces el limite mayor de su valor normal y el examen ecográfico que muestra dilatación de la via biliar, la presencia de barro biliar, litiasis vesicular y se corrobora con la presencia de un patrón colestásico definido en sus exámenes de laboratorio

Bibliografía

  1. Feldman, M. Friedman, L. Brandt, L. Sleisenger y Fordtran: Gastrointestinal and Liver Disease (2010); Saunders
  2. J Villalobos Pérez. Introducción a la gastroenterología (2006); Tercera edición.
  3. Eduardo Pérez, Torres, Juan Miguel Abdo Francis. Gastroenterología; Primera Edición, (2012); McGraw-Hill.