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Ontogénesis familiar y la presencia de pareja en adultos mayores con fractura de cadera

Ontogénesis familiar y la presencia de pareja en adultos mayores con fractura de cadera

El estudio de la relación de pareja ante el envejecimiento de sus protagonistas es motivo de reflexión en el campo de la psicología social por las diversas transiciones que estos enfrentan en las últimas etapas del ciclo de vida.

Ontogénesis familiar y la presencia de pareja en adultos mayores con fractura de cadera

Omaira Burneo-Yaguana 1, Cleyne Rodríguez-Pardillo 2 y José González-Estrella 3.

1 Posgradista R3 de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad Nacional de Loja.

2 Médico Familiar y Docente del Posgrado de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad Nacional de Loja.

3 Asesor Magister en Desarrollo Sostenible, Docente Asesor de Investigación y Gestión en Salud, Programa de Especialización de Medicina Familiar y Comunitaria.  Universidad Nacional de Loja. .

*Auspiciado por el Programa de Posgrado de Medicina Familiar y Comunitaria de La Universidad Nacional de Loja, en Convenio con el Ministerio de Salud Pública del Ecuador y Financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo.

** Revisado por el Doctor Oscar Sarango Médico Cirujano.  Docente del Área de Medicina Humana de la Universidad Nacional de Loja.

  1. RESUMEN

Se realizó un estudio de enfoque cuantitativo, no experimental transversal de alcance correlacional en la provincia de Loja durante el 2016, el universo estuvo constituido por los adultos mayores con fractura de cadera, la muestra se conformó con todos los que fueron ingresados en los hospitales regionales y clínicas particulares de la provincia de Loja con un total de 45 pacientes, fueron excluidos los que presentaban alguna patología psiquiátrica o se encontraban institucionalizados en asilos, se estableció la relación entre la ontogénesis y la presencia o no de pareja sin establecer relación de causalidad, se utilizó una encuesta previa realización de prueba piloto en población con similares características, y firma del consentimiento informado considerando la declaración de Helsinki por parte del paciente y uno de sus familiares, la información tabulada y analizada en el programa informático SPSS (Statistical Package for the Social Sciencies) versión 16, utilizando la prueba no paramétrica del chi-cuadrado se determina asociación entre las variables, para la interpretación de los resultados el valor de p debe ser <0,05 para que la relación estadística sea significativa.

Palabras clave: familia, soledad, envejecimiento, pareja, ciclo de vida.

  1. INTRODUCCIÓN

Globalmente la esperanza de vida está aumentando y con ello están aumentando también las enfermedades y condiciones asociadas al envejecimiento.  Una de esas condiciones es la fractura de cadera.  Se estima que número de fracturas de cadera aumentará desde los 1. 7 millones del año 1990 a aproximadamente 6. 3 millones para el año 2050 (Oden, McCloskey, Kanis, Harvey, & Johansson, 2015, p.  2243 – 2248).  América latina no es ajena a este fenómeno, pues la proporción de adultos mayores también va en aumento; se estima que dentro de 50 años el 75% de la carga global de las fracturas de cadera provendrá de países en desarrollo (Negrete-Corona, Alvarado-Soriano, & Reyes-Santiago, p.  352-62).

En el Ecuador la tasa de incidencia anual bruta de fracturas de cadera es del 49. 5 por cada 100 000 personas (34. 8 por cada 100 000 hombres y 63. 2 por cada 100 000 mujeres) (Orces, 2009, p.  438-442).  Dentro de los factores que incrementan el riesgo de fracturas se han descrito: la reducción en la resistencia ósea – relacionada con la edad –, el incrementado riesgo de caídas de los adultos mayores (Orces, 2009, p.  438-442), condiciones médicas crónicas, ciertos medicamentos como la cortisona, problemas nutricionales, falta de calcio y vitamina D, trastornos alimenticios graves, como la anorexia nerviosa y la bulimia, la inactividad física y consumo de tabaco y alcohol (LeBlanc, Muncie, & LeBlanc, 2014, p.  945-51).  No obstante existen factores contextuales que inciden en una mayor frecuencia de esta condición; por ejemplo, es remarcable que los pacientes institucionalizados tienen una incidencia tres veces mayor de sufrir este tipo de fracturas que aquellos que viven en la comunidad (Muñoz et al., 2008, p.  73-81).

A nivel individual, como consecuencia de esta patología, existe un alto riesgo de morbilidad y mortalidad, siendo además una gran carga económica y social por las repercusiones funcionales que acarrea; de hecho, el 29% de los adultos mayores con fractura de cadera no alcanzan sus niveles de funcionalidad previos a la fractura un año después de la misma (Bertram, Norman, Kemp, & Vos, 2011, p.  365-70), lo que condiciona una mayor utilización de servicios sanitarios y conlleva elevados costos de tratamiento y cuidados posteriores.

Cada persona de la familia no es un ente separado sino que forma parte de un sistema.  Cualquier proceso de salud – enfermedad o algún otro problema afectará a toda la familia y a la sociedad.  Los médicos de familia no debemos olvidar esto, ya que la superación fracaso de cada paciente o familia se fundamenta en su dinámica familiar adecuada(Espinal I.  Gimeno A.  Gonzales F., 2006, p.  1-14). Para la atención integral no solo del paciente sino de la familia existen medios gráficos de valoración que ofrecen una apreciación esquemática de la familia y sus relaciones lo que nos ayuda a valorar: su interrelación y dinámica familiar; los puntos débiles y fuertes de la familia, así como su desarrollo histórico, son un elemento importante de diagnóstico para el médico familiar, en el proceso salud – enfermedad del paciente por lo que representan elementos indispensables en la atención del primer nivel y en la atención primaria de salud en general (Suárez Miguel, 2014, p.  53-57).

Cuando los familiares acompañan a los pacientes a la entrevista clínica es muy importante y los médicos familiares deben tomarlo muy en cuenta, ya que se ha comprobado que el apoyo de la familia, en especial en patologías de impacto.  Se ha evidenciado que mejorar la comunicación con el paciente y la familia que generalmente se considera que son los cuidadores e intervienen en la toma de decisiones participativas, logrando mayor satisfacción del paciente.  Las familias desempeñan un papel esencial en la salud y enfermedad de las personas, hasta el punto de que el apoyo familiar puede afectar a los resultados en salud del individuo, y en ocasiones la enfermedad surge en momentos de crisis familiar o puede generarla (Turabián & Pérez, 2016, p.  206-213).

Respecto a la salud familiar, la Organización Mundial de la Salud considera que «es un hecho que determina y está determinado por su capacidad de funcionamiento efectivo como unidad biopsicosocial en el contexto de una cultura y una sociedad».  Es así que la salud familiar describe su funcionamiento como unidad para procurar la salud y el bienestar de sus miembros, tomando en cuenta sus necesidades e interacciones entre el individuo, la familia y la sociedad lo que es un gran apoyo para la solución a problemas o la capacidad para afrontar y adaptarse a situaciones de crisis(Lewandowski, Co-investigator, & Lewandowski, 2015, p.  1689-1699).

El estudio de la relación de pareja ante el envejecimiento de sus protagonistas es motivo de reflexión en el campo de la Psicología Social por las diversas transiciones que estos enfrentan en las últimas etapas del ciclo de vida (Dra.  Ruth Nina Estrella Universidad de Puerto Rico rvnina@uprrp. edu).

Después de una fractura de cadera, y una vez realizada una cirugía de reemplazo, las intervenciones de rehabilitación que se desarrollan para mejorar el funcionamiento de los pacientes; por ejemplo, incrementando la capacidad ambulatoria, promoviendo la recuperación funcional, el equilibrio y la fuerza, tiene un impacto significativo en diversas capacidades funcionales del paciente (Auais, Eilayyan, & Mayo, 2012, p.  1437-1451).  Desde luego, estas actividades se desarrollan con el apoyo de cuidadores, los mismos que usualmente son los mismos familiares de los pacientes.

A pesar de estos avances existe evidencia de que se produce una reducción de la capacidad funcional y esta, a su vez, se asocia con una reducción significativa de la calidad de vida (Glozman, 2004, p.  183-96).  Esto representa un desafío en la vida de los pacientes y sus cuidadores; desafortunadamente es poco frecuente que los clínicos aborden los problemas que se suscitan en el seno de la familia del afectado.  Ciertamente, el rol de los cuidadores, especialmente aquellos que son familiares, no debe ser subestimado ya que los mismos, no sólo proporcionan ayuda práctica, sino que también motivan a los afectados a recuperarse (Nahm, Resnick, Orwig, Magaziner, & DeGrezia, 2010).

El cuidado de un familiar adulto mayor con fractura de cadera, durante un período prolongado, provoca una mejora en el desempeño de los cuidadores hacia el afectado; no obstante, este cuidado prolongado provoca también un impacto negativo en la salud general percibida y en la salud mental de esos mismos cuidadores; Yea-Ing y colaboradores demostraron que las puntuaciones de los cuidadores en los dominios de la salud general y de la salud mental fueron significativamente menores a los 12 meses en comparación al primer mes después del alta del paciente (Shyu, Chen, Liang, & Tseng, 2012, p.  658-666).

Además existe evidencia de que tener un paciente con fractura de cadera repercute negativamente sobre la salud mental de los familiares (Rodríguez, 2004).  Por otro lado, se ha demostrado que la afectación de la salud mental de los cuidadores y familiares repercute en una peor y más prolongada recuperación del paciente (H. -Y.  et al., 2015, p.  452-458).

Existe poca evidencia en cuanto a cómo los cuidadores familiares influyen en la recuperación de los adultos mayores que se recuperan de esta patología (H. -Y.  et al., 2015, p.  452-458); pero está demostrado que ellos se enfrentan un intenso estrés, carga emocional, y diversas dificultades para sobre llevar este proceso de adaptación (Lin & Lu, 2005, p.  507-20).  La carga del cuidador y su estrés asociado representan un impacto negativo en su salud percibida y mental (Schulz & Sherwood, 2008 p.  23-27) y han sido negativamente correlacionados con el estado funcional de los miembros mayores de la familia (Lin & Lu, 2005, p.  507-20).

En suma, es claro que la fractura de cadera predispone al paciente y su familia a una cadena de eventos que obligan a la familia a buscar mecanismos de adaptación acordes a las nuevas necesidades del paciente.  Este proceso adaptativo no siempre es exitoso para todos los miembros de la familia, lo que implica una disrupción en el equilibrio del sistema familiar, con el potencial riesgo de traducirse en una crisis familiar (H. -Y.  et al., 2015, p.  452-458).

El objetivo de este estudio es determinar la interrelación entre los factores familiares y una de los determinante sociales en adultos mayores con fractura de cadera, con la finalidad de investigar una problemática frecuente y poco estudiada como son el abordaje de estos pacientes, la problemática clínica y su relación bio-psico-social, que es una de las tareas del médico de familia moderno.  Consideramos que el resultado de esta investigación se alinea con ese abordaje holístico, ya que permitirán comprender cuál y en qué medida es el determinante social del paciente adulto mayor con fractura de cadera que se asocian con la ontogénesis familiar.