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Soporte vital básico en pediatría. Como manejar la parada cardiorrespiratoria

Aproximando nuestro oído y mejilla a la boca del paciente: ver los movimientos torácicos y/o abdominales, oír y sentir el aire espirado. Esperar 10 segundos antes de determinar la ausencia de respiración.

a)                    Si respira: colocarlo en posición de seguridad, salvo que pueda agravar lesiones.

b)                    Si realiza movimientos tóraco-abdominales sin objetivarse salida de aire: reevaluar apertura de la vía aérea, ventilar, y si persiste sospechar obstrucción por cuerpo extraño.

c)                    Si no respira: ventilar.

En decúbito supino, manteniendo la apertura de la vía aérea, efectuar 5 insuflaciones lentas, de 1-1,5 segundos cada una, tomando aire entre ellas. Será boca/nariz-boca en lactantes y boca/boca en los mayores, pinzando la nariz con el pulgar e índice. El volumen debe ser el necesario para elevar el tórax como en una respiración normal, evitando volúmenes excesivos por riesgo de barotrauma y distensión gástrica. Si existe dificultad para ventilarlo, reevaluar apertura de vía aérea, y si persiste, sospechar obstrucción por cuerpo extraño.

6. CIRCULACIÓN

Debemos palpar el pulso braquial en lactantes y el carotídeo en los mayores. No debemos invertir más de 10 segundos en su comprobación.

a) Si existe pulso pero no respira, mantener ventilación de rescate (cada 3 segundos en lactantes, cada 4 segundos en niños, y cada 5 segundos en adolescentes y adultos).

b) Si no existe pulso o la frecuencia es inferior a 60 latidos/min en lactantes, en presencia de signos de mala perfusión, practicar compresiones torácicas alternándolas con la ventilación: 5 compresiones torácicas/ 1 insuflación (15 compresiones torácicas /2 insuflaciones si es un niño mayor de 8 años y estamos solos).

El masaje cardíaco consiste en una serie de compresiones torácicas rítmicas a nivel de la parte anterior del tórax que producen el “bombeo” de la sangre hacia los órganos vitales, para mantenerlos viables hasta el momento en que se restablezca la circulación espontánea. Para que las compresiones torácicas sean efectivas, el niño debe estar situado en posición supina sobre un plano duro, manteniendo la cabeza en posición que permita mantener la vía aérea permeable.

La relación compresión/ventilación recomendada para niños de cualquier edad es 15/2.

Para ello, las interrupciones en las compresiones deben ser las mínimas posibles.

La frecuencia de las compresiones debería ser de 100-120 por minuto.

El objetivo del masaje cardíaco es deprimir el tórax al menos 1/3 del diámetro anteroposterior, empleando el mismo tiempo en la compresión y en la relajación.

En todos los lactantes y niños, se deben realizar las compresiones torácicas sobre la mitad inferior del esternón. Para evitar la compresión de la parte superior del abdomen, hay que localizar la parte inferior del esternón en la zona en que se juntan los bordes inferiores de las costillas y realizar la compresión un dedo por encima de ese punto.

Existen varias técnicas para realizar las compresiones torácicas:

  1. Técnica con dos dedos

El reanimador debe colocar dos dedos de una mano sobre la parte inferior del esternón. Se deprimirá el esternón al menos 1/3 del diámetro anteroposterior del tórax. Después de cada compresión, durante la fase de relajación, el reanimador liberará la presión manteniendo los dedos sobre el punto del masaje. Al final de cada serie de 15 compresiones, para conseguir una apertura óptima de la vía aérea, se realizará la elevación del mentón con los dedos con los que se estaba realizando el masaje y se administrarán dos respiraciones de rescate.

  1. Técnica del abrazo con los dos pulgares.

Las manos del reanimador deben abrazar la caja torácica del lactante, con la espalda del niño apoyada sobre los dedos. Se deben realizar compresiones tal como se describió anteriormente.

  1. Compresiones torácicas en niños.

 Utilizando los puntos de referencia descritos anteriormente, el reanimador se colocará a un lado del niño y situará el talón de una mano directamente sobre el eje mayor de la mitad inferior del esternón. Los dedos deben estar elevados sobre el tórax del niño para asegurarse que solo la palma de la mano ejerce presión sobre el mismo. Si con una mano le resulta difícil conseguir una profundidad de masaje de al menos 1/3 del diámetro anteroposterior del tórax, el reanimador deberá usar ambas manos. En este caso, la segunda debe situarse sobre la primera, con los dedos de ambas entrelazados.

8. REVALORACIÓN

Las compresiones torácicas deben ser de suficiente calidad como para producir pulso central durante la reanimación cardiopulmonar (RCP). Tras un minuto para brevemente y valorar el ABCDE buscando “signos de vida” y asegurarse de que el Servicio Médico de Emergencias ha sido alertado.

DURACIÓN DE MLA REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR (RCP) BÁSICA

La reanimación cardiopulmonar (RCP) básica debe finalizarse cuando:

  1. El niño muestre signos vitales espontáneos.
  2. Otros reanimadores se hagan cargo de la resucitación.
  3. El reanimador esté demasiado cansado para seguir con la reanimación.

ALGORITMO DE REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR (RCP) BÁSICA PEDIÁTRICA

ALGORITMO DE RCP BÁSICA PEDIÁTRICA

BIBLIOGRAFÍA

1)             Hijano Bandera, F. Reanimación cardiopulmonar. Págs: 113-115. Manual Práctico de Pediatría en Atención Primaria. 1ª edición: Editorial: Publicación de libros médicos, S. L. U.

2)             Soporte vital básico (Reanimación cardiopulmonar básica). Págs: 21-30. Manual del curso de reanimación cardiopulmonar básica y avanzada pediátrica. Guías del ERC, edición 2010.

3)             León López, F.J.; García López, P.; Frías Rodríguez, J.F.; Sánchez Ruiz-Cabello,J. Emergencias. Págs: 480-481. Manual de Pediatría en atención Primaria para residentes. 4ª Edición. Editorial Adhara, S.L.