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Percepción de los Estudiantes del Cuarto Semestre del Programa de Enfermería

favorable acerca del proceso de enseñanza- aprendizaje, asimismo 33% expresó una percepción favorable.

Este resultado es relevante, si se considera que según Fonseca (1995) el proceso de enseñanza-aprendizaje es una interacción del alumno y el profesor, la cual debe ser planificada con la intención especifica de facilitar el aprendizaje. Además agrega que se trata de un sistema, cuya meta es lograr un cambio de conducta (aprendizaje) en el alumno. Este proceso se desarrolla dentro de un ambiente instruccional adecuado, el cual debe contar con los recursos de apoyo necesarios y debe ser confortable para el trabajo.

En el gráfico 7, se muestra que 40% de los estudiantes encuestados expresó una percepción medianamente favorable; 17% expresó una percepción favorable, mientras 43.3% una percepción desfavorable, cuando se les preguntó si el tiempo asignado para el aprendizaje en la práctica era suficiente para adquirir destrezas y para el logro de los objetivos.

Este resultado es relevante, ya que el tiempo es un recurso importante a ser considerado en la organización de las prácticas clínicas. Es por ello que en algunos estudios como el de Ferrer y otros (2002), los alumnos, a pesar de haber logrado los objetivos de aprendizaje, consideraron que las prácticas en servicios concretos y especializados, habían sido de corta duración. Posiblemente requiriendo mayor cantidad de tiempo para desarrollarlas.

En el gráfico 8, se muestra que 63% de los estudiantes encuestados expresó una percepción favorable; 27%, expresó una percepción medianamente favorable; y 10% manifestó una percepción desfavorable cuando se les preguntó acerca del logro de objetivos de aprendizaje en las prácticas clínicas.

Es necesario destacar este resultado, ya que según la Normativa de Diseños Curriculares de Pregrado UCLA (2004a), las prácticas de iniciación profesional, constituyen un componente esencial para conformar el currículo en la formación integral del estudiante; esto es debido a que en este tipo de actividad se coloca a éste, en situaciones reales y concretas con: ambientes, materiales, instrumentos, procesos, estrategias, personas o grupos de personas; a fin de que observe, comprenda, ensaye y analice situaciones propias de una tarea específica. Asimismo, en estas prácticas se incluyen estrategias de aprendizaje que posibilitan el acercamiento progresivo y secuencial del estudiante con situaciones reales de trabajo; las cuales pueden asumir diversas formas, desde las más sencillas hasta las más complejas. Es por ello, estas prácticas deberían organizarse de manera que los alumnos se beneficien para desarrollar al máximo sus aptitudes y potencial creativo. Para el caso de esta asignatura, el objetivo es que el estudiante ensaye y comprenda situaciones específicas del ejercicio de Enfermería. Se trata de la segunda experiencia de los estudiantes en escenario real y se caracteriza por prácticas de corta duración, ya que la asignatura pertenece a la sub.-área curricular, Formación profesional.

En el gráfico 9 se muestra que 60% de los estudiantes encuestados expresó una percepción medianamente favorable acerca de la concordancia entre la teoría y la práctica. Asimismo 7% expresó una percepción favorable, mientras que 33% expresó una percepción desfavorable al referirse al mismo cuestionamiento.

El presente resultado es relevante, ya que en las escuelas de Enfermería el contraste entre lo que se enseña en las aulas y lo que se ejecuta en los centros asistenciales, suele provocar en los alumnos una gran confusión (Pérez y otros, 2002). Es por esto que la concordancia entre la teoría y la práctica debe tomarse en cuenta en el momento de planificar la formación de competencias en la práctica clínica de Enfermería.

En el Gráfico 10 se muestra que 53,3% de los estudiantes encuestados expresó una percepción medianamente favorable acerca de su propio desempeño en la práctica; asimismo 43,3% expresó una percepción favorable, mientras 3.3% expresó una percepción desfavorable. Este resultado es relevante, si se considera que el objetivo de las prácticas consiste en que el alumno ensaye y analice situaciones específicas del ejercicio de la Enfermería. En este caso el objetivo no está dirigido hacia el logro de habilidades.

En el gráfico 11 se muestra que 40% de los estudiantes encuestados expresó una percepción medianamente favorable; 13% expresó una percepción favorable; mientras que 47% expresó una percepción desfavorable acerca de sus prerrequisitos cognitivos.

 Es necesario destacar este resultado porque según Ausubel citado por Canónico y Rondón (2005), los conocimientos que existen en la estructura cognoscitiva del sujeto que aprende, son importantes para facilitar el logro de aprendizajes significativos, toda vez que el estudiante logra relacionarlos con el nuevo aprendizaje o las nuevas experiencias clínicas. De esta manera, el conocimiento nuevo se vincula de forma intencionada y sustancialmente con los conceptos y proposiciones existentes en la estructura cognoscitiva.

En el gráfico 12 se muestra que 77% de los estudiantes encuestados expresó una percepción favorable, acerca de su preparación actitudinal (compromiso, motivación). Asimismo 10% expresó una percepción medianamente favorable, mientras que 13% expresó una percepción desfavorable.

Este hallazgo es relevante, ya que de acuerdo con Ardila (1977), el aprendizaje no es un proceso simplemente intelectual, sino también actitudinal, donde el profesor actúa como condicionador emocional y permite que el objeto de aprendizaje adquiera una valencia positiva o negativa para el aprendiz. Asimismo, el aprendizaje debe ser llevado a la práctica de manera sistémica, bajo responsabilidad del docente. Este debe motivar a los alumnos, tratar los problemas personales y tener en cuenta las diferencias individuales al organizar el ambiente ideal para que se produzca el aprendizaje (Marcelo citado por Sarromona, 2000).

En el gráfico 13, se muestra que 56.7% de los estudiantes encuestados expresó una percepción desfavorable, acerca de su preparación emocional para la práctica clínica. Asimismo 27% expresó una percepción medianamente favorable, mientras que 17% expresó una percepción favorable.

Este resultado se relaciona con lo expuesto por Ferrer y otros (2002), quienes consideraron que las prácticas