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Prevalencia de Strongyloides Stercoralis y sus factores de riesgo en los habitantes de la parroquia Puerto Cayo del Cantón Jipijapa 2016

El universo o población de los habitantes de Puerto Cayo es un total de 1.926, la muestra se calculó en 333 casos, con criterios de inclusión; voluntarios, de edades entre los 3 a 25 años edad, y de exclusión los sujetos que no cumpliesen dichos requisitos.

Los resultados se interpretaron en gráficos y tablas estadísticas que se tabularon en el programa de Microsoft Excel.

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Los factores de riesgo predominantes en la población de acuerdo al análisis estadístico indican que, el 95% de los habitantes desconoce la especie parasitaria de la larva de Strongyloides stercoralis, el 75% de los habitantes andan descalzos en jardines arenas y en la casa lo que conlleva a la propagación de enfermedades y por ende de parásitos, el 90% de los habitantes tienen animales en su casa, casi nunca o muy poco lo desparasitan lo que conlleva a la vulnerabilidad a los parásitos y el 60% consumen agua de bidón. Un 60% si se lava las manos antes y después de comer, el 51% de los habitantes ingiere alimentos y bebidas fuera de la casa, seguido de un 40% que no se lava las manos, en el 95% la eliminación final de las excretas, se realiza en pozos sépticos, las viviendas no están conectadas a la red de alcantarillado, la mayor parte de los habitantes se realiza el examen de heces una vez al año comprendido en un 70%. Seguido de que un 50% que no realiza un tratamiento antiparasitario en los últimos 6 meses.

En el examen parasitario de la muestra, en edades comprendida entre los 3 a 25 años, del total de 333 la mayoría de sexo masculino (60%) seguido de un 40% de sexo femenino, se concluye que hay una mayor prevalencia en el sexo masculino interpretado en un 58% seguido del sexo femenino con el 42%, por grupos etarios, la edad de 12 – 17 años tuvo la presencia de la larva en un 42% seguido de un 17% de 18 – 25 años de edad.

De acuerdo con los objetivos, los resultados y las conclusiones realizadas en la investigación se llega a las siguientes recomendaciones:

Se orienta a los habitantes de la parroquia Puerto Cayo, del Cantón Jipijapa, cumplir las normas mínimas de higiene sanitarias, evitar andar descalzos en jardines, arenas e incluso en la casa ya que muchas personas tienen animales en su casa que llevan mucho o poco tiempo sin desparasitar. Realizarse el examen parasitario cada seis meses. Los padres deben inculcar a sus hijos normas y hábitos de higiene para no contraer la infección parasitaria.

En cuanto a las autoridades competentes de salud que rigen, llevar campañas a través de charlas, diapositivas, entrega de plegables a la comunidad sobre cómo evitar esta enfermedad y así proponer alternativas de eliminación de parásitos y de tratamientos.

El examen coproparasitológico directo habitual no es satisfactorio para diagnosticar la strongyloidiasis,

porque las larvas son frágiles, escasas y se eliminan de modo intermitente. Se observó también que la seroprevalencia medida es más alta que la coproprevalencia, por lo que es necesario profundizar la investigación para diagnosticar la strongyloidiasis.

Los enfermos parasitados suelen presentar síntomas y signos abdominales tales como: dolor epigástrico persistente, náuseas, diarrea líquida, alternando con constipación, sangrado del tubo digestivo, urticaria recurrente, tos y otros más, pero el diagnóstico etiológico es establecido generalmente en las necropsias; hecho lamentable cuando existen tratamientos antiparasitarios efectivos y costeables. La tarea principal y más urgente sería instigar a los agentes de salud, sobre la necesidad de solicitar varias muestras seriadas de las heces para la búsqueda intencionada del Strongyloides stercoralis, parásito evasivo y poco conocido, que «fluye endémicamente» sin ser diagnosticado oportunamente. Esta parasitosis, “no es rara”, más bien, es un tanto difícil de reconocer; los estudios de laboratorios más sensibles, son particularmente útil en personas con riesgo alto. En resumen, existe un campo de acción vasto para los investigadores alertas, en donde la strongyloidiasis se diagnostica poco y tardíamente, dando la impresión falsa de que es una enfermedad «exótica», o de escaso interés para la salud pública.

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