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Estrategias y planes de cuidado para la prevención de úlceras por presión

  • Determinadas superficies que entran en contacto con la piel pueden ser capaces de cambiar el microclima mediante ajustes en la tasa de evaporación de la humedad o la velocidad de disipación del calor, por lo que debe considerarse el nivel de humedad y la temperatura adecuados a cada circunstancia, no aplicando dispositivos de calentamiento (bolsas de agua caliente, almohadillas de calor, etc.) directamente en superficies de la piel o úlceras. El calor aumenta la tasa metabólica e induce la sudoración.
  • Los parches profilácticos pueden incluir una espuma de poliuretano para prevenirlas en las zonas sometidas a fricción. En este sentido, es interesante evaluar la capacidad del apósito para alcanzar el microclima deseado, la facilidad de su aplicación y retirada, permite revisar periódicamente la piel, se ajusta adecuadamente a la zona anatómica y tiene un tamaño correcto. Dado que los parches profilácticos difieren en sus cualidades es importante seleccionar el adecuado al individuo y al uso clínico.
  • El hecho de utilizar parches profilácticos no detiene las demás medidas preventivas.
  • Evaluar la piel para detectar signos de aparición de úlceras en cada cambio de apósito o por lo menos diariamente, y confirmar su idoneidad.
  • Volver a colocar el parche profiláctico si se daña, se desplaza, se despega o está excesivamente húmedo.
  • En caso de vendajes, a los efectos de reducir la fricción o el roce se pueden utilizar tejidos de seda en sustitución del algodón y sus mezclas.
  • La estimulación eléctrica de los músculos para la prevención de úlceras por presión induce contracciones musculares, especialmente en pacientes con lesión en la médula espinal.

También especifica una serie de intervenciones en el ámbito de la nutrición:

  • Se trata de identificar en el momento de ingreso a las personas que necesitan una evaluación integral de nutrición debido a las características que hace que tengan un riesgo. También cuando hay un cambio significativo en la condición clínica o cuando no se progresa según lo esperado en el cierre de las úlceras.
  • La evaluación nutricional incluye la determinación de los antecedentes de peso y la significatividad de la pérdida (mayor o igual al 5% en 30 días o mayor o igual al 10% en 180 días).
  • Evaluar la capacidad del individuo para comer de manera independiente.
  • Juzgar la idoneidad de la ingesta total de nutrientes (alimentos, líquidos, suplementos orales, enterales y parenterales).
  • Planificar el cuidado de la dieta, desarrollando un plan individualizado según un dietista acreditado junto con un equipo interprofesional (que incluye pero no se limita a un médico, una enfermera, un logopeda, un terapeuta ocupacional, fisioterapeuta y dentista).
  • En relación con el consumo de energía, proporcionar la ingesta en función de la condición médica subyacente y el nivel de actividad, de 30 a 35 kilocalorías por kilogramo de peso para los adultos en riesgo de desarrollar úlceras por presión si están en riesgo de desnutrición, al igual que los adultos con úlcera por presión que están evaluados en riesgo de desnutrición. Ajustar el consumo de energía basado en el cambio de peso o nivel de obesidad. Se pueden ofrecer alimentos enriquecidos en calorías o proteínas si los requerimientos nutricionales no pueden ser alcanzados por la ingesta dietética.
  • Se proporcionarán las proteínas adecuadas para mantener el equilibrio de nitrógenos positivo, de 1,25 a 1,5 gramos de proteína por kilo de peso corporal. Igualmente, pueden modificarse estas cantidades mediante suplementos nutricionales si no se alcanzan los objetivos mediante la dieta. Debe evaluarse la función renal para asegurar un nivel adecuado al individuo.
  • Sobre la hidratación, debe vigilarse signos y síntomas de deshidratación como el cambio de peso, turgencia de la piel, la producción de orina, la elevación de sodio sérico y la osmolaridad sérica. También la temperatura elevada, vómitos, sudoración elevada, la diarrea y las heridas muy exudativas requieren de fluido adicional o suero que sirve de disolvente para vitaminas, minerales, glucosa y otros nutrientes.
  • Debe proporcionarse una buena fuente de vitaminas y minerales, y en su caso, tomar suplementos cuando el aporte dietético sea pobre o se sospeche de la existencia de deficiencias en alguno de ellos.
  1. DISCUSIÓN Y AVANCES EN LA PREVENCIÓN

La prevención es un aspecto muy destacado del diagnóstico y tratamiento de las úlceras por presión. Hemos revisado dos normas técnicas al respecto emitidas, una por la NPUAP y otra conjunta de la NPUAP, EPUAP y PPPIA, presentando en común la necesidad de una estrategia y una planificación en la evaluación de la situación y los riesgos de desarrollar úlceras por presión. Estas normas son consecuencia del interés creciente por controlar los efectos humanos y económicos en forma de coste de las úlceras por presión en una población que envejece rápidamente en los países occidentales.

En este sentido, resulta útil identificar cuáles son las mejores prácticas al respecto, la selección de una o su creación a partir de ellas para su aplicación clínica, la identificación de los elementos clave para la evaluación en detalle de la piel, establecimiento de los enfoques adecuados para documentar e informar sobre los resultados de la evaluación, la disponibilidad de una herramienta de evaluación del riesgo y finalmente, destacar internamente las mejores prácticas en la propia organización. Para ello, debería desarrollarse un plan de cuidados en función de los riesgos identificados, un sistema de documentación y comunicación del plan de cuidados junto con la evaluación de los resultados, y que el personal a todos los niveles sean conocedores de dicho plan, por lo que se adaptará a las distintas unidades o servicios.

Finalizamos destacando dos aspectos importantes. Por un lado la formación continua de los profesionales de Enfermería en estos aspectos que se ha demostrado muy eficaz en la disminución de la prevalencia incluso en situaciones de pacientes agudos (Rossel, 2016). Por otro, la aplicación de innovaciones tecnológicas mediante la adaptación de dispositivos electrónicos que de manera no invasiva identifican áreas de daños en la piel inducidos por presión mediante la aplicación de un electrodo flexible que utiliza la medición de impedancias, es decir, de la mayor conductancia eléctrica de las células dañadas y de su menor capacidad de almacenar cargas eléctricas, aumentando su resistencia (Swisher, S.L. et al, 2015).

  1. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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Rosental, E. (1990): HEALTH; Healing Treatment, 4,000 Years Old, Is Revived, New York Times, April 5, 1990. http://www.nytimes.com/1990/04/05/us/health-healing-treatment-4000-years-old-is-revived.html?pagewanted=all

Rosell Moreno, C. (2016): Aplicación de una intervención formativa como instrumento esencial en la prevención y el tratamiento de las úlceras por presión. El antes y el después de los cuidados a los pacientes con riesgo de sufrir o con presencia de úlceras por presión en la atención hospitalaria, Tesis Doctoral, Universidad de Alicante.

Swisher, S. L., Lin, M. C., Liao, A., Leeflang, E. J., Khan, Y., Pavinatto, F. J., & Harrison, M. R. (2015). Impedance sensing device enables early detection of pressure ulcers in vivo.Nature communications6.

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