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Revisión bibliográfica. Lesiones deportivas del ligamento cruzado anterior. Abordaje terapéutico en el ámbito fisioterápico

cuando el tejido esta blando y suave, el arco de movimiento es normal, y se haya restaurado la coordinación neuromuscular en toda la extremidad. Algunos pacientes logran esto en una semana mientras que otros requieren de 6 a 8 semanas. Intervenir una rodilla rígida es asegurar que así seguirá en el posoperatorio.

Las reconstrucciones del ligamento cruzado anterior (LCA) se hacen mediante la técnica artroscópica, cuyas ventajas incluyen: mejoría estética, menor alteración del mecanismo del cuádriceps, rehabilitación temprana y mantenimiento de la hidratación del cartílago articular.

–               Fase inmediata prequirúrgica: Los objetivos de esta fase persiguen minimizar la inflamación, evitar el dolor, conservar o aumentar el arco de movilidad y mantener la fuerza muscular con la realización de ejercicios isométricos. Además de adoptar un estilo de vida en los que se supriman las actividades de impacto en esta articulación.

Con el objetivo de mejorar el estado articular general se aplicará diariamente: electroterapia de baja y media frecuencia analgésica y antiinflamatoria (MEGAA, TENS, TRÄBERT), alta frecuencia pulsada (Microondas pulsado), crioterapia durante 10-15 minutos aplicándolas 3 ó 4 veces al día). Se le indicará la posición de descanso articular, se le aplicará masaje evacuativo suave y se le pautará cinesiterapia específica respetando siempre el rango de “no dolor” para intentar frenar el proceso de desaferenciación neuromotora, al que se ve sometido sobretodo la musculatura del cuádriceps, la cual puede perder hasta un 30% de la fuerza en los primeros 7 días, con una importante y rápida pérdida de masa y tono muscular.

Las articulaciones a movilizar serán:

– Cadera: flexores y extensores, evitando más de 90 grados de flexión de rodilla, aproximadores y separadores y rotadores internos-externos, variando los brazos de palanca.

– Rodilla: flexión y extensión evitando sobrepasar los 90 grados de flexión.

–               Fase post quirúrgica subdividida en:

Fase post quirúrgica I: durará hasta la 6 semana. Tiene como objetivos completar la extensión completa y una flexión a 90° en la primera semana post quirúrgica mediante ejercicios activos y pasivos y recuperar el control muscular. Se vigilarán los puntos de sutura.

Durante la 1º semana: Se aplicará el 3º día, electroestimulación antiinflamatoria y analgésica en las regionales dolorosas y estimulación sobre el cuádriceps para evitar la atrofia manteniendo una ligera flexión de rodilla, aplicándolo dos veces al día.

Se le aplicará 10 minutos de crioterapia, 5 ó 6 veces por día.

Se aplicará kinesiotaping en forma de pulpo para favorecer la reabsorción del derrame postcirugía.

Se realizará cinesiterapia pasiva, ya que la movilización temprana de la articulación después de la reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) puede reducir el dolor, disminuir los cambios adversos al cartílago articular, favorecer la nutrición articular, promover la cicatrización y prevenir la contracción de la cápsula articular. Se comenzará a trabajar la extensión de rodilla, variando las posiciones de la cadera: neutra, rotación interna y externa muy suaves.

Durante la 2º semana:

Se seguirá trabajando la extensión de rodilla asociando a las rotaciones de cadera en las tres posiciones anteriormente descritas, de forma auto-pasiva. El paciente realizará contracciones isométricas con la pierna en extensión máxima, realizará la extensión de rodilla desde una posición de flexión de 90º; mientras que para lograr la flexión de la rodilla, realizará flexiones de rodilla desde una posición de extensión sin exceder los 90º de flexión.

Se trabajará también el lado sano, para evitar cualquier tipo de desequilibrio. Se le aplicará ultrasonoterapia pulsada, 3 minutos a 0´80 W/cm, dos veces al día.

Al final de la fase: Se empezará a trabajar en bicicleta estática, con el sillín alto evitando una flexión de rodilla mayor a 90 grados, para seguir ejercitando el sistema cardiorrespiratorio.

Durante toda la fase:

El fisioterapeuta realizará estiramientos de la musculatura isquiotibial, del tríceps sural y de los aductores y abductores, para evitar las retracciones musculares.

El apoyo progresivo facilita la recuperación del cuádriceps y consecuentemente disminuye el dolor en la región anterior de la articulación. El apoyo temprano hace que el paciente mejore su fuerza, mejore el grado de confianza y normalice su patrón de marcha lo antes posible.

La marcha se permite a las 48 horas tras la cirugía, ya que deben haberse retirado los drenajes. Se comienza utilizando 2 muletas y con la rodilla afecta en extensión completa durante 10 minutos, a partir de la 2 semana se realizará con una muleta en el lado contrario al intervenido durante 25 minutos, mientras que hacia la 3 semana se caminará sin ningún tipo de ayuda durante 40 minutos. Irá aumentando la duración de la marcha en 15 minutos, hasta que comience con el trote.

Fase post quirúrgica II: transcurre entre la 6ª y 10ª semanas, todavía existe cierta debilidad en el injerto. Los objetivos planteados son: completar el arco de movilidad alcanzando la flexión y la hiperextensión, fortalecer la musculatura del miembro afectado, mejorar la propiocepción y recuperar el patrón de marcha.

Durante la 6º semana: Se realizará un trabajo excéntrico suave y progresivo de la musculatura isquiotibial y en el cuádriceps, ya que éstas técnicas de forma combinada o simultánea, son más efectivas que los que utilizan una sola.

Durante la 8º semana: Se introducirá el trabajo con gomas elásticas suaves, alternando con tobilleras lastradas incrementando su peso progresivamente, mediante estas cargas axiales se busca provocar un alineamiento celular y favorecimiento de la cicatrización. Se demostrado que las cargas mecánicas que actúan sobre el tejido del injerto pueden facilitar la cicatrización del mismo, aunque si la carga es excesiva puede producir la rotura parcial o total del injerto. Prestaremos especial atención en la aparición de dolores femoropatelares.

Los ejercicios de cadena cinética cerrada son los más indicados y seguros para esta etapa pues la co-contracción muscular durante su ejecución aumenta la estabilidad de la articulación y protege al injerto de las fuerzas transversales/cortantes de desplazamiento anterior. Además de que estos ejercicios mejoran la contracción, coordinación y reaprendizaje de los patrones de movimiento.

Se combino las medidas