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Revisión bibliográfica. El té como factor de protección del cáncer

estrógenos, en las que se vio una activación de la caspasa-3 (13). Otro experimento, en este caso realizado sobre células de tumor gastrointestinal de células estromales (GIST), en el cual se incluían células resistentes al imatinib, se vio que el ECGC inhibe el crecimiento celular y estimula la muerte celular dependiente de caspasas (14).

Hay estudios que incluso muestran una relación entre la dosis de catequinas del té verde y la tasa de apoptosis de las células tumorales, como un estudio que se realizó sobre células de cáncer de vejiga (15).

También en tumores se ha visto que puede actuar sobre una vía relacionada con el factor de necrosis tumoral. Se la conoce como TRAIL (Tumor necrosis factor-related apoptosis-inducing ligand). Esto se ha visto en células de melanoma, en las que también potenciaba la actividad de la caspasa-8 (16).

3.- Acción sobre vías de señalización

            1.- Vía Ras/MAPK. Las mutaciones en el gen ras activan señales de transducción que aumentan el crecimiento celular en numerosos cánceres (17). Las MAPK son un grupo de serina/treonina kinasas que actúan como señales de transducción de proliferación celular activadas por varios estímulos extracelulares.

Los estudios muestran que el ECGC inhibe las vías de señalización Ras/MAPK (18). Experimentos hechos con queratinocitos humanos pretratados con EGCG demostraron que éste inhibe los cambios celulares producidos como consecuencia de la producción de agua oxigenada (conocido agente oxidante) debida a la exposición a rayos UV-B (19). De la misma forma, la exposición a los citados rayos induce la expresión de c-fos y esto también es inhibido por el ECGC (20).

Otros estudios muestran resultados semejantes en células carcinoma epidermoide oral (21) y previniendo la tumorogénesis en células pulmonares (22).

            2.- Vía del fosfoinositido 3 kinasa (PI3 kinasa/Akt). El funcionamiento de esta vía consiste en que los factores de crecimiento, al actuar sobre sus receptores específicos, activan a la PI3 kinasa, que fosforila al fosfoinositol, formando fosfatidilinositol trifosfato (PIP3). Éste se une a la proteína Akt y la traslada al citoplasma, donde es fosforilada. La Akt inhibe la apoptosis mediante la inactivación de proteínas proapoptóticas (23). De hecho, se encuentra activada en muchos cánceres humanos (24).

Se ha demostrado que el EGCG inhibe esta vía en cánceres de diversos lugares mediante la intervención a través de esta vía en reacciones más complejas. Algunos de los cánceres implicados son el oral (25), el de páncreas (26) o el de mama (27).

            3.- Vía del factor de crecimiento semejante a la insulina (IGF-1). Se ha demostrado que el aumento de la expresión del receptor de tipo 1 de IGF y los niveles bajos de IGFBP (Insuline-like Growth Factor Binding Proteins) se asocian con un riesgo aumentado de cáncer y por ello se las ha considerado potenciales dianas terapéuticas (28).

Los estudios realizados muestran que los GTPs tienen un efecto inhibidor sobre el receptor de IGF citado (29). También se ha visto en trabajos en ratones que los GTP conducen a un aumento de IGFBP y a una disminución de IGF-1 (30).

Concretamente en líneas celulares de tumores de Ewing, se ha demostrado que el tratamiento con EGCG conduce a un bloqueo de la autofosforilación de los residuos tirosina-kinasa por el receptor de IGF, además de inhibir numerosas cascadas de señalización intracelular. En este experimento también se mostró una asociación entre la dosis y el tiempo de administración con la detención del ciclo celular y la inducción de apoptosis (31).

4.- Inhibición de la metástasis.

Para que se pueda producir la invasión de las células tumorales, es necesaria la existencia de enzimas proteolíticas que permitan su avance. Entre ellas destaca la urokinasa activadora del plasminógeno (uPA), que convierte el plasminógeno en plasmina, enzima proteolítica.

Se ha demostrado relación entre la actividad de la uPA y la activación de factores de transcripción, como el AP-1 y el NF-kappa B (32) (se tratarán con más detalle cuando se hable de los factores de transcripción).

Otras enzimas implicadas en el mantenimiento de la matriz extracelular son las metaloproteasas de matriz (MMP). Trabajos realizados en células de adenocarcinoma de glándulas salivares muestran que el EGCG inhibe la actividad de algunas MMP mediante un mecanismo dosis-dependiente (30)30. Un mecanismo semejante se ha demostrado en metástasis de cáncer de pulmón (33) y en carcinoma hepatocelular de ratas (34).

5.- Efecto sobre factores de transcripción.

            1.- Factor nuclear kappa B (NF-kappa B). Es un factor de transcripción sensible al estrés oxidativo. Se ha demostrado que numerosos cánceres muestran una desregulación o una activación permanente de este factor de transcripción (35).

Los estudios han mostrado que el EGCG consigue una inhibición de la activación de este factor nuclear en queratinocitos en los que se hallaba estimulado como consecuencia de la exposición a luz UV (36).

Del mismo modo, se han demostrado efectos beneficiosos en células epiteliales de individuos sanos (37).

            2.- Proteína activadora 1 (AP-1). Se ha demostrado que AP-1 es un factor de transcripción que se asocia a tumores invasivos y metastáticos. También se ha demostrado que el EGCG consigue una inhibición de esta proteína mediante la inhibición de numerosas y complejas cascadas intracelulares (38).

Estudios realizados en células epidérmicas de ratones muestran que las catequinas tienen un efecto inhibidor sobre la AP-1 (39). También se ha estudiado el efecto inhibidor que tienen los GTP sobre la AP-1 de queratinocitos cuya activación de AP-1 había sido previamente estimulada mediante la exposición a rayos UVB.

EL TÉ COMO FACTOR PROTECTOR FRENTE A DETERMINADOS CÁNCERES

1.- Cáncer gastrointestinal.

En un estudio caso-control llevado a cabo en Taixing, en la provincia China de Jiangsu, los resultados mostraron que en alcohólicos el té verde reduce en un 81% el riesgo de desarrollar cáncer de estómago y en un 39% el de esófago. En el caso de los fumadores, reduce el riesgo de desarrollar cáncer de estómago en un 16% y el de esófago en un 31% (40).

Un estudio prospectivo realizado en Japón por Sasazuki et al en 2008 muestra que beber té reduce el riesgo de padecer cáncer gástrico (41).

2.- Cáncer de mama.

Un estudio llevado a cabo por Dai et al en 2010 en el que participaron mujeres chinas, japonesas y filipinas ha mostrado que el riesgo de cáncer de mama disminuye notablemente si se toma té verde.

Investigando la razón por la cual algunas mujeres parecen no responder favorablemente a la ingesta de té verde con un descenso del cáncer