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Rinitis alérgica y rinitis perenne

que sería la perpetuación de los síntomas a lo largo del año.

La rinitis alérgica se podría considerar un primer estadio en el que los síntomas se corresponden con unos periodos muy determinados y se relacionan con un agravamiento vinculado a la polinización de determinados tipos o especies de plantas, suponemos que por la hipersensibilización de la mucosa ante la sobrecarga del emuntorio debido a la fuerte carga de “ensuciamiento”. Ante el contacto con el alérgeno (polen específico) se desencadena la sintomatología clásica asociada a las alergias.

El Dr. Seignalet cita “El alérgeno no es nada, la inflamación lo es todo” parafraseando a Claude Bernard, haciendo clara referencia a que las rinitis alérgicas se sostienen sobre el hecho de una inflamación de la mucosa. El alérgeno no sería más que el desencadenante de la reacción.

Por tanto la rinitis alérgica sería la patología inicia, que en caso de continuar por mucho tiempo y ser llevada al extremo acabaría por derivar en una rinitis perenne.

De hecho es sabido y plenamente reconocido por los médicos alergólogos que en casos de rinitis alérgica estacional que se corresponden con un tipo específico de polen, con los años puede haber una sensibilización a otros tipos de polen de estructura similar al primero. Es lo que los alergólogos llaman alergias cruzadas, que no es más que una extensión de los síntomas ante la presencia de otro tipo diferente de alérgeno, con una estructura similar al primero. Igualmente, llevado esto a una ampliación de los alérgenos responsables del síntoma acabaríamos en una rinitis perenne que los alergólogos atribuyen a estas reacciones cruzadas sin saber explicar el origen de esta patología ni por qué se producen estas reacciones cruzadas.

CAMBIOS EN LA DIETA PROPUESTOS POR EL Dr. SEIGNALET

Según el Dr. Seignalet la solución sería muy sencilla. Volver a lo que él denomina dieta ancestral basada en varios puntos básicos:

  1. No superar los 100 ºC en la cocción
  2. Utilizar ácidos grasos de 1ª presión en frío
  3. No abusar de carnes. Preferiblemente poco cocinadas, crudas o maceradas.
  4. No comer cereales modernos (trigo, centeno, cebada…)
  5. No tomar leche de vaca ni derivados.
  6. Suplementar con magnesio, oligoelementos, vitaminas y fermentos lácticos.
  7. Comer alimentos crudos, frutas, verduras de temporada, ricos en fibras que mantengan nuestro ecosistema intestinal sano.

Siguiendo esta dieta, las entradas de tóxicos, toxinas y macromoléculas se reducirían o serían nulos al volver a recuperar un terreno intestinal correcto con una permeabilidad intestinal óptima que sirva como barrera a todo aquello que no sean compuestos necesarios para nuestro organismo.

Favoreciendo una depuración de los emuntorios llegaríamos a una excreción de todo ese “ensuciamiento” y consecuentemente desaparecía la patología por una remisión completa de los síntomas, es decir, conseguiríamos una vuelta a la salud.

CONCEPTO DE TERRENO BIOLÓGICO. LOS 7 TERRENOS (3,6)

Se puede entender la enfermedad como una manifestación de un terreno biológico desequilibrado y, por tanto el tratamiento se podría basar, únicamente, en el equilibrio del terreno o terrenos desequilibrados.

Cuanto más se degrada un terreno, más aumentan los trastornos. Un terreno desequilibrado es el origen de las diversas patologías y el tratamiento de éstas debe pasar por el equilibrio del mismo. Si se tratan los síntomas sin corregir el terreno estaremos preparando el medio para recidivas y/o agravamientos, y difícilmente curaciones definitivas.

Por lo tanto, el equilibrio del terreno se basa en:

  1. Drenaje y eliminación de toxinas.
  2. Aporte de los nutrientes necesarios.
  3. Gestión del estrés y equilibrio del sistema nervioso.

LOS 7 TERRENOS BIONUTRICIONALES

Para poder entender la lógica de la salud desde el equilibrio del terreno, es necesario, describir, aunque sea brevemente los 7 terrenos CHANBIO:

  • Terreno CARENCIADO: se caracteriza por una debilidad inmunitaria con trastornos ORL crónicos, alergias, procesos infecciosos, circulatorios, dermatológicos, trastornos femeninos, piel seca, uñas frágiles…

Nos encontramos con carencias en ácidos grasos poliinsaturados y en cofactores enzimáticos de las delta 6 y delta 5 desaturasas.

  • Terreno HIPOGLUCÉMICO: desequilibrio del metabolismo de los glúcidos provocado por un exceso de consumo de glúcidos de absorción rápida en detrimento de los de absorción lenta, con procesos de hiper e hipoglucemias reaccionales provocándose agotamiento celular, fatiga extrema, irritabilidad, nerviosismo y desórdenes metabólicos.

Es fundamental sustituir los azúcares rápidos por los de absorción lenta y el aporte de vitaminas del grupo B junto a oligoelementos y aminoácidos esenciales.

  • Terreno ÁCIDO: acidificación del organismo debido a un exceso de alimentos acidificantes (carnes, cereales, dulces…), al estrés, al consumo de tabaco y alcohol, con aparición de osteoporosis, descalcificación, trastornos músculo-tendinosos, esqueléticos, cálculos renales, infecciones en mucosas, etc.

Es necesario aportar carbonatos de calcio y magnesio y citratos de potasio junto a oligoelementos y una dieta alcalina.

  • Terreno NEURODISTÓNICO: situaciones de estrés, trastornos del humor, agotamiento nervioso, irritabilidad, nerviosismo, trastornos del sueño, ansiedad, depresión,…

Se requiere el aporte de vitaminas del grupo B, oligoelementos, aminoácidos y ácidos grasos esenciales.

  • Terreno BASOCOLÍTICO-PUTREFACTIVO: desequilibrio de la flora intestinal con aumento de flora putrefactiva que provoca trastornos digestivos, hepáticos y del tránsito intestinal, con agresión a la mucosa aumentando la permeabilidad intestinal, la proliferación de bacterias patógenas (disbiosis) y una mayor absorción de éstas y de macromoléculas alimentarias parcialmente digeridas.

Se recomienda el consumo de alimentos naturales, lo más adaptado posibles a nuestras enzimas y mucinas intestinales, que incluyan fermentos digestivos, glutamina, inulina y fibras entre otros.

  • Terreno INTOXICADO: contaminantes exógenos tales como el tabaco, alcohol, metales pesados, amalgamas dentales, pesticidas,