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La sexualidad en adolescentes del preuniversitario Kim Il Sung

religión prohibió los hábitos sexuales difundidos a lo largo del Imperio y los condenó, por lo que tales conductas empezaron a considerarse pecaminosas.

En Grecia, se toleraba la homosexualidad masculina entre adultos y adolescentes púberes dentro de un contexto educativo, en el que el adulto tenía la función de educar y formar en lo intelectual y ético a sus pupilos (paidegogous); en Atenas las mujeres no podían andar solas, privilegio exclusivo de las hetairas (prostituta fina), quienes podían andar públicamente con hombres. La mujer era como un ciudadano de segunda categoría y era ante todo una “gyne”, cuyo significado era “portadora de hijos”. En resumen se podría decir que por centurias las creencias religiosas dominaron el comportamiento sexual, reduciéndolo al proceso de reproducción. (6)

La adolescencia se presenta como una de las etapas más hermosas en la vida de los seres humanos. Se combinan cambios muy significativos en el físico y lo psicológico, así, como en el comportamiento, se mezclan conductas inmaduras, rebeldía, deseos de independencia, autonomía, tendencia a teorizar, demandar mucho afecto, entre otras cualidades que son independientes en cada ser, pudiendo, en ocasiones alejarse de lo bello para convertirse en un verdadero problema, más aún, si no se cuenta con el manejo y la orientación oportuna (7).

La adolescencia es un período único, de rápido crecimiento y desarrollo, que incluye las esferas físicas, emocional, cognitiva y social, a través de la cual se pasa de la infancia a la adultez. Generalmente comienza entre los 11 y los 12 años y termina entre los 18 y 21 años (8).

Existen varias formas de definir la sexualidad en dependencia de los diferentes autores y épocas, desde Jeffrey Weeks que la definía como “una construcción histórica que reúne una multitud de distintas posibilidades biológicas y mentales (identidad genérica, diferencias corporales, capacidades reproductivas, emociones, deseos y fantasías) que tiene su origen en el cuerpo y la psiquis, pero que solo alcanzan significado en las relaciones sociales” (9), hasta otras más actuales que la definen como : “La forma en que cada persona expresa sus deseos, pensamientos, fantasías, actitudes, actividades prácticas y relaciones interpersonales y es el resultado de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos, religiosos, espirituales y comunicativos, existiendo tantas expresiones de sexualidad como seres humanos” (10).

En los países desarrollados, la tendencia a la reducción de la edad puberal y la precocidad en la primera relación sexual constituye un problema. En Estados Unidos el 56% de las mujeres adolescentes han tenido relaciones sexuales, mientras que en los varones la cifra corresponde a un 73% (11). Se estima que en Europa la actividad sexual comienza en edades tempranas (12).

En España, por ejemplo, la edad media de inicio de las relaciones sexuales es 17 años y medio, en el 7%, antes de los 15 (13). También en siete naciones de África Subsahariana, más de la mitad de los adolescentes de 15 a 19 años ya tienen vida sexual activa. Por otra parte en Chile la edad de inicio de actividad sexual es de 16 años, y en México los jóvenes tienen su primera experiencia sexual a los 13 o 14 años (13). En más de 50 países se autoriza el matrimonio a los 16 años o menos, en 7 de ellos tan tempranamente como a los 12 años (13). Cuba no escapa a esta situación, existen estadísticas que muestran que en nuestro país hasta 1997 más de 2000 adolescentes interrumpieron sus estudios a causa de embarazos en la adolescencia, abortos y matrimonios precoces, que la mayoría terminaron en divorcio con la secuela de traumas psicológicos, tanto para la pareja como para sus hijos, todos estos en consecuencia de relaciones sexuales no protegidas y a edades tempranas (14).

Según estudios realizados por los doctores Santana Pérez F y colaboradores, al realizar el análisis de la edad ideal que conside­ran los adolescentes de Ciudad de la Habana para iniciar las relacio­nes sexuales, se observa que tanto en muchachos como en muchachas, el porcentaje de entrevistados es superior en quienes ya iniciaron las relaciones sexuales y piensan que éstas deben comenzar antes de los dieciséis años (15).En cuanto a la edad de iniciación en el grupo estudiado por la Dra. Díaz Cúrvelo A y colaboradores en el municipio del Cotorro, arrojó que los adolescentes estudiados comenzaron sus relaciones sexuales antes de los 18 años (16).

Se asiste en estos tiempos a lo que se ha dado en llamar “Revolución Sexual”, determinada por la cada vez más temprana iniciación de las relaciones sexuales debido, entre otras cosas, a cambios en la actitud social hacia la sexualidad y a una maduración sexual más temprana (17). La precocidad no va aparejada a una adecuada educación sexual, que le brinde al adolescente la información sobre las consecuencias de una relación para la cual no están preparados, ni física ni psicológicamente (18). Es por esto que la educación sexual debe brindar a los/las adolescentes herramientas útiles para autoevaluar riesgos, que enfaticen el aplazamiento de la vida sexual hasta que estén realmente preparados para enfrentarlos con responsabilidad. Normalmente no se ofrece suficiente y adecuada educación sexual en el hogar, la escuela y la comunidad; por lo tanto, la que reciben viene a través de personas muchas veces desinformadas (19,20).

Mucho se ha discutido sobre la educación de jóvenes y adolescentes, así como el peso y papel que juegan cada uno de los factores involucrados. Cada día se oye con más frecuencia, que el papel de la educación de los hijos es responsabilidad de la escuela y, aunque esta tiene gran peso en el proceso de formación por contar con personal calificado, debe entenderse que es en la familia donde recae la máxima responsabilidad en la educación de los hijos y la misma es la que debe mantener un estrecho vínculo con las instituciones en esta función. Constituye la escuela el mediador entre la dimensión social y la individual, ya sea por las distintas actividades educativas y de vida que realiza, ampliando las relaciones humanas de los educandos, reciben además orientación de valores, conocimientos científicos y aprenden a regular su comportamiento (21).

Es característico de esta etapa el cambio continuo de pareja, dada por la inestabilidad emocional que es normal en estas edades. Por este motivo son muy vulnerables de