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Síndrome de Weil y neumonía leptospírica. A propósito de un caso

pulmonar adquirida por la disminución de la inmunidad que ocurre en este tipo de enfermo y que contribuyó a que su pronóstico fuera empeorando y terminara con la muerte de nuestro paciente

Entre las pruebas para el diagnóstico de la Leptospirosis se incluyen técnicas serológicas para la detección de anticuerpos (serodiagnóstico); cultivo y observación de la bacteria a partir de sangre, orina, líquido cefalorraquídeo (LCR) y tejidos; detección de antígenos en tejidos y biología molecular.

Desafortunadamente en nuestro paciente no fue posible realizar esta gama de estudios pues tuvo una evolución fulminante, a pesar de tomar muestras para algunos de ellos (Test para Leptospiras), además de los pocos recursos diagnósticos con los que cuenta nuestro medio.

Se encontró la existencia de una leucocitosis a predominio de neutrófilos inicialmente, aunque después predominaron los linfocitos, con eritrosedimentación acelerada, propia de la enfermedad.

Existió una hiperbilirrubinemia a expensa de la directa, con aumento de la fosfatasa alcalina y las transaminasas que rara vez exceden los 100 – 200U/L. La trombocitopenia ocurre en un 50% sin otra manifestación de Coagulación Intravascular Diseminada (CID) y está estrechamente en relación con el grado de insuficiencia renal, la cual se traduce por un aumento de la creatinina y la urea, las cuales fueron in crescendo en nuestro enfermo; asociado a una disminución del clearence de creatinina (filtrado glomerular [FG]).

Fig 3. Riñón con Leptospirosis

leptospirosis-renal
Leptospirosis renal

Vimos también una elevación de la CPK; la que es debido a la afectación muscular y necrosis de las fibras musculares esqueléticas estriadas; la misma se ve aumentada en aproximadamente en el 50% de los casos. La elevación de las enzimas hepáticas (menor de 5 veces su valor), con elevación de la CPK, nos permite hacer el diagnóstico diferencial de la Hepatitis, a favor de la Leptospirosis.

El tratamiento recomendado en estos pacientes depende de la gravedad de la enfermedad y el momento del diagnóstico, va desde el uso de la Doxiciclina (está contraindicada en pacientes menores de 8 años), Ampicilina (vía oral o vía intravenosa – IV), Eritromicina (vía oral – VO) o Tetraciclina (está contraindicada en pacientes menores de 8 años), Penicilina G Sódica vía intravenosa – IV o Procaínica vía intramuscular (IM), para los casos ligeros o moderados, sin embargo para los casos graves se recomienda siempre el uso vía intravenosa – IV del antibiótico prefiriéndose el uso de la Ceftriaxona o Cefotaxima, además de las medidas de soporte requeridas por el paciente, el cual debe ser atendido en una UCI, con objetivos definidos en términos de perfusión tisular, fluidoterapia, uso o no de vasopresores, reemplazo iónico, soporte ventilatorio y terapia sustitutiva renal si lo necesitase.

El pronóstico es en general desfavorable y la tasa de mortalidad oscila del 5 a 20%.

De forma profiláctica está recomendado para individuos expuestos a actividades de alto riesgo o los que visitan áreas endémicas por corto tiempo, una dosis semanal de doxiciclina de 200mg la cual ha resultado eficaz.

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