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Factores pronósticos en la supervivencia del cáncer de pulmón

  • K-ras es un importante mediador de la señal del EGFR y está mutado en el 20% de AC. Se asocia con un índice menor de respuesta y peor pronóstico en pacientes tratados con inhibidores tirosín-cinasa (21), aunque también se sabe que, en pacientes no tratados, la supervivencia de los pacientes con Carcinoma Broncogénico No-Células Pequeñas (CBNCP) y K-ras mutado es menor que si no lo está (22, 23).
  • ERCC1 (5’endonuclease of the nucleotide escisión repair complex). Pacientes con niveles elevados de ERCC1 tienen mejor supervivencia que si sus niveles son bajos (24) y pacientes con niveles elevados de la RRM1 (subunidad reguladora de la ribonucleótido reductasa), también tienen mejor pronóstico (22, 23).
  • La reorganización genética EML4-ALK es la primera fusión genética descubierta en Carcinoma Broncogénico No-Células Pequeñas (CBNCP) (24) y es un nuevo biomarcador predictivo para un subgrupo de pacientes con Carcinoma Broncogénico No-Células Pequeñas (CBNCP), en los que crizotinib (inhibidor de ALK y MET tirosín-cinasa) ha demostrado altos índices de respuesta (>80%) en Carcinoma Broncogénico No-Células Pequeñas (CBNCP) avanzados que han progresado con tratamientos previos (25-27).
    • El valor pronóstico SUV (Standardized Uptake Value, valor de captación estandarizado) en la Tomografía de emisión de positrones (PET).

Ya hemos visto como la PET se ha introducido como técnica en la estadificación del cáncer de pulmón. Pues parece que la medida del SUV, puede ser un índice más, que ayude a valorar el pronóstico junto con el cTNM, ofreciendo información adicional sobre la agresividad tumoral (aunque de momento el único estudio prospectivo valorado (28) no le confiere un significado pronóstico independiente al que aporta el estadio, el tamaño y la edad).

  1. FACTORES RELACIONADOS CON EL PACIENTE.

Sin formar parte del sistema de clasificación TNM, esto factores tienen gran importancia en la toma de decisiones diaria, sobre todo en los pacientes que no van a ser intervenidos, siendo en este subgrupo de pacientes donde más se han estudiado.

Existen varias escalas para medir el estado clínico general que se utilizan de forma habitual para valorar la dependencia de asistencia de los pacientes en función de la sintomatología que presentan, y forman parte de los criterios de operabilidad de la mayoría de los protocolos y guías de actuación en Carcinoma Broncogénico No-Células Pequeñas (CBNCP) (29).

El índice de Charlson (Tabla 2. Índice de comorbilidad de Charlson (CCI)), se ha utilizado para medir el peso de las comorbilidades presentes y establecer una clasificación pronóstica (30).

Un estudio elaborado por la IASLC sobre la base de datos de la actual clasificación TNM (7), identifica como importantes factores pronósticos para la supervivencia del Carcinoma Broncogénico No-Células Pequeñas (CBNCP), y de esta forma los clasifica, el estadio clínico, la capacidad funcional y la edad, estableciendo cuatro grupos de pronóstico diferente (Tabla 3. Grupos pronósticos identificados en pacientes con Carcinoma Broncogénico No-Células Pequeñas (CBNCP)).

Otro factor relacionado con el paciente, sería la calidad de vida, factor multidimensional que incluye factores físicos, funcionales, psicológicos, sociales e, incluso, espirituales. Estudiado desde hace años con resultados contradictorios, destacó en uno de los últimos trabajos publicados en 2011 (31), en el que se evaluaba la calidad de vida en todos los estadios de Carcinoma Broncogénico No-Células Pequeñas (CBNCP) (un 54,9% de los pacientes en estadio IV). Este estudio, mediante el cuestionario de la European Organization for the Research and Treatment of Cancer Core Quality of Life Questionnaire (QLQ-C30), indicó que la calidad de vida global y la función física predicen un aumento de la supervivencia (cada 10 puntos en el incremento de la función física evaluada mejoró la supervivencia un 10%).

La comorbilidad, como factor añadido, supone también una influencia sobre la supervivencia muy estudiada. El GCCB-S (Grupo Cooperativo de Carcinoma Broncogénico de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica), mediante un estudio multicéntrico descriptivo, recogió que el 73% de los pacientes presentaron una o varias comorbilidades, de las cuales el 50% fue la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y éstas se incrementaban en pacientes mayores de 71 años de forma significativa (29).

También se estudió en este grupo la influencia de estas comorbilidades sobre la supervivencia (32), concluyendo que el haber presentado un tumor previo (además de la edad y el tamaño tumoral), tenía una asociación significativa con la supervivencia, con un incremento en la probabilidad de muerte 1,5 veces mayor, siendo los tumores más frecuentes, los de laringe y vejiga.

Existen otros índices usados para cuantificar la comorbilidad y poder valorarla como factor pronóstico de supervivencia independiente (además de la escala de Charlson, que ya hemos visto (30)), y que sólo vamos a nombrar: la escala de Kaplan-Feinstein, la de CIRS-G (Cumulative Illness Rating Scale for Geriatrics), el índice de comorbilidad simplificado, etc. Todos muestran una influencia importante respecto a la supervivencia de los pacientes, pudiendo explicar esta comorbilidad, en parte, la variabilidad que presentan en su pronóstico los Carcinomas Broncogénicos No-Células Pequeñas (CBNCP) en estadios iniciales intervenidos (33).

  1. FACTORES RELACIONADOS CON EL ENTORNO.

El tratamiento al que es sometido cada paciente de forma individualizada, según las distintas opciones terapéuticas disponibles en su entorno (cirugía, quimioterapia (QT)