Inicio > Psicología > Aplicación clínica de la Teoría de Identidad en personas con adicciones, violencia y depresión producto de la separación > Página 4

Aplicación clínica de la Teoría de Identidad en personas con adicciones, violencia y depresión producto de la separación

genetistas -en un estudio sin precedentes-, para explorar ese 90% de “ADN chatarra”.

Los resultados arrojaron conclusiones impensadas: según los estudios, nuestro ADN no sólo es el responsable de la construcción de nuestro cuerpo, sino que también sirve como almacén de información y para la comunicación a toda escala de la biología. Los lingüistas rusos descubrieron que el código genético, especialmente en el aparentemente inútil 90%, sigue las mismas reglas de todos nuestros lenguajes humanos. Compararon las reglas de sintaxis (la forma en que se colocan juntas las palabras para formar frases y oraciones), la semántica (el estudio del significado del lenguaje) y las reglas gramaticales básicas y así descubrieron que los alcalinos de nuestro ADN siguen una gramática regular y sí tienen reglas fijas, tal como nuestros idiomas.

Por lo tanto, los lenguajes humanos no aparecieron coincidentemente, sino que son un reflejo de nuestro ADN inherente. El biofísico y biólogo molecular ruso Pjotr Garjajev y sus colegas también exploraron el comportamiento vibratorio del ADN. “Los cromosomas vivos funcionan como computadoras solitónicas/holográficas usando la radiación láser del ADN endógeno”. Eso significa que uno simplemente puede usar palabras y oraciones del lenguaje humano para influir sobre el ADN o reprogramarlo.
Todo lo anterior concuerda con el proceso que hemos llevado a cabo de re educación interior para crear un sistema de afrontamiento que bloquea los sesgos cognitivos que trabajan en la indefensión aprendida, la ineficacia, la falta de resiliencia y la desesperanza.

La neurología genética y social y la relación con la Teoría de la identidad

Es importante considerar que la ciencia es evolutiva y lo científico es la aplicación temporal de la ciencia por lo que hasta en ese momento se conoce. A medida que se avanza en el campo de la neurología molecular, dos conceptos están teniendo mayor atención por los investigadores: Epigenética y Neuroplasticidad.

 La Epigenética significa que el ambiente puede cubrir los genes y no permitir que estos se expresen correctamente afectando sus funcionamientos. Eso quiere decir, que si una persona no tiene daño hereditario del gen mismo, puede ser afectada por este recubrimiento. Lo que impone un reto a la prevención y vencer la recaída.

Neuroplasticidad significa que se puede, por el aprendizaje, alterar las rutas neuronales y se pueden producir nuevas neuronas para que exista un cambio a nivel neuronal proveyendo la rehabilitación.

Los resultados obtenidos con la Teoría de la Identidad que han logrado modificar conductas producto de rasgos esquizofrénicos, desordenes de atención, rehabilitación de drogas, conductas inefectivas, aprovechamiento escolar pueden estar ejerciendo una función de gran magnitud en los procesos neuronales, ya que al aplicar los valores como palabras que pueden estar conectada ambientalmente a los genes puede ser posible la ocurrencia de una alteración positiva. Se ha comprobado científicamente que las palabras forman parte del contexto ambiental social que altera la conducta sana del ser humano.

La neurología y las relaciones sociales:

Es interesante ver las dos caras del actual movimiento científico dentro del campo de la genética.

 Consideremos lo descubrimientos en el área genética biológica:

La neurología y la comorbilidad genética: La comorbilidad es un término médico, acuñado por AR Fenstein en 1970. El término «comórbido» tiene habitualmente dos definiciones: Indica una condición médica que existe simultáneamente pero con independencia de otra en un paciente. Pero también se refiere a una enfermedad que tiene relación con otra condición del mismo paciente. Esta última definición se utiliza en psicología. (Ver definición en Wikipedia). El índice de comorbilidad de Charlson predice la mortalidad a un año para un paciente que puede tener un abanico de condiciones comórbidas

  1. Los últimos descubrimientos de la investigación en la neurología evolutiva muestra la comorbilidad en ciertas enfermedades. El hallazgo se pública en la revista PLOS Gentetics, OCC-UPF, del 20 de Junio 2013,
  2. Un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, perteneciente a la Universidad Pompeu Fabra-CSIC, demuestra que las diferentes poblaciones humanas comparten, en gran medida, los mismos factores genéticos que aumentan el riesgo de padecer enfermedades.

El trabajo encuentra una gran concordancia entre los genes, e incluso las variantes genéticas, que se han implicado en enfermedades a partir de estudios a gran escala realizados con individuos de origen europeo y asiático.

Los resultados, publicados hoy en la edición digital de la revista PLOS Genetics, sugieren que las mutaciones que dañan los genes y causan enfermedades, aunque mayoritariamente desconocidas, son compartidas entre ambos grupos étnicos.

Las mutaciones que dañan los genes y causan enfermedades, aunque mayoritariamente desconocidas, son compartidas entre ambos grupos étnicos

La investigación constituye el estudio comparativo más grande realizado hasta ahora sobre la arquitectura genética de la enfermedad en diferentes poblaciones humanas, ya que los investigadores han podido incluir 27 de las enfermedades complejas más predominantes, como varios tipos de cáncer, asma, diabetes o esquizofrenia”.

Enfermedades con factores genéticos compartidos: Investigadores que anuncian que han descubierto que cinco grandes enfermedades—autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno bipolar, trastorno depresivo grave y esquizofrenia— comparten varios factores genéticos de riesgo. Los autores consideran que sus hallazgos pueden ayudar a afrontar este tipo de dolencias basándose en las causas que las provocan y no en los síndromes que producen.

En el ensayo, los investigadores hallaron variaciones comunes en dos genes que regulan los niveles de calcio de las células del cerebro y que están implicados en varios de los trastornos estudiados. Los canales de calcio