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Trastorno de estrés postraumático en niños y adolescentes, relaciones con la psiconeuroinmunoendocrinología y vulnerabilidad temprana a los trastornos de ansiedad

  • Trastornos disociativos y alimentarios.

FACTORES DE RIESGO PARA TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (4)

  • Edad temprana.
  • Status socio-económico bajo.
  • Hacinamiento.
  • Altos niveles de ansiedad materna.
  • Problemas de ocupación del padre.
  • Intervención de autoridades de menores.
  • Pérdida de algunos de los padres.
  • Psicopatología de alguno de los padres.
  • Trastorno emocional previo.
  • Trauma prolongado en el tiempo.
  • Postergación del diagnóstico.

FACTORES DE RESILIENCIA

  • Altas habilidades verbales.
  • Familias o padres o figuras cuidadoras que sirvan de referencia para desarrollar un apego sano.
  • Capacidad de conductas orientadas a metas.
  • Clima educacional abierto y contenedor.
  • Identificación e intervención temprana en situación traumática.
  • El trauma no es provocado por el ser humano, o en el seno de la familia.

OBSERVACIÓN DE MÉTODOS DEL NIÑO PARA DISMINUIR LA ANSIEDAD

  • Negación en la fantasía (invierte el trauma intercambiando roles perpetrador-víctima).
  • Fijación al trauma (juego repetitivo).
  • Fantasía de agresiones futuras (anticipaciones).
  • Inhibición de pensamientos espontáneos (Amnesia evitativa).
  • Identificación con el abusador.
  • Búsqueda de peligro (incapacidad de evaluar sus propios sufrimientos).

ABORDAJE PINE

Desde el paradigma integrativo PINE, se inicia una nueva etapa en la historia del trastorno, con el estudio de las respuestas de los niños ante situaciones o acontecimientos vitales estresantes, centrados en la relación entre determinadas características del niño y su capacidad de adaptación y respuesta al estrés. Por lo tanto la patología infantil sale del ámbito exclusivo de las relaciones padres -hijos y determina una vulnerabilidad al estrés en edad adulta.

Se deben tener en cuenta:

a)                           Factores innatos-prenatales-perinatales-postnatales, que pueden tener carácter protector o ser factores de riesgo.

b)                           Determinadas características temperamentales

c)                           La construcción de un modelo cognitivo

d)                           La desregulación de las aminas biógenas y la alteración del eje límbico hipotálamo hipofisario suprarrenal

e)                           El establecimiento de una vulnerabilidad neurobiológica persistente en un periodo de ventana del neurodesarrollo como consecuencia del estrés temprano.

f)                            Consideración de factores sociales.

El padecimiento de una enfermedad puede depender de un solo factor o requerir la confluencia de dos o incluso más factores patógenos, en la imbricada relación, genes, factores prenatales, perinatales, posnatales, e interacción con el medio. (8)

A) Neurodesarrollo, factores prenatales, perinatales y postnatales.

Los factores que producen estrés en la madre embarazada, tienen posibles repercusiones en el neurodesarrollo del feto. (2)(9)(10)(11)

La mayoría de los trastornos mentales y del neurodesarrollo no se deben únicamente a una causa lineal; son el resultado de la interacción de factores de riesgo genético y ambiental. El estrés materno puede provenir de factores psicosociales, complicaciones obstétricas, enfermedades psiquiátricas, respuesta emocional al embarazo y otras causas.

Las respuestas emocionales y fisiológicas de la madre a los estresores se traducen en cambios fisiológicos y metabólicos, como hipoxia, aumento de los niveles de cortisol, desnutrición y presencia de sustancias tóxicas. El feto puede responder en forma adaptativa o desadaptativa.

Nuestra vida fuera del útero es determinada en gran parte por las 40 semanas que vivimos dentro de él, por lo cual muchos de los trastornos neurológicos y del comportamiento tienen sus orígenes durante la vida fetal. (12)

Un importante estudio fue el de Ian Colman et al, de la Universidad de Alberta (Gran Bretaña) que investigó los antecedentes de 4.600 británicos nacidos en 1946 que participaron en un seguimiento de 40 años.

Se concluyó que las personas con bajo peso al nacer son más propensas a sufrir depresión y ansiedad a lo largo de su vida (13), habiendo una relación “dosis-respuesta”, es decir, a menor peso al nacer, mayor probabilidad de presentar patología.

Asimismo, los individuos con desórdenes mentales presentaron alteraciones en el desarrollo de pautas madurativas. No todos los bebés pequeños están destinados a tener una mala salud mental, destacando que en los registros de 1946 no se indicaba si un niño nació prematuramente.

Nacer pequeño no es necesariamente un problema. Es un problema si uno nació pequeño por condiciones adversas en el útero y en este estudio se buscó un bajo peso al nacer porque está considerado como una señal de estrés.

Un estudio publicado en el 2000 demostró que la respuesta al estrés está alterada de acuerdo con la forma del parto. Se encontró que la respuesta del cortisol salival al estrés, a las ocho semanas, fue mayor en neonatos que habían nacido mediante parto natural, en comparación con aquellos que nacieron por cesárea electiva. (12)

Un estudio de O.Connor y cols evaluó problemas comportamentales y emocionales en niños de cuatro años de edad, hijos de madres quienes fueron captadas entre la población gestante que dio a luz entre el 1 de abril de 1991 y 31 de diciembre de 1992, en el área de Avon, Reino Unido. En una muestra de 7448 madres, el promedio de edad de las mujeres embarazadas fue de 28 años, donde el 45% esperaban su primer hijo y el 6% tenían