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Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad

Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad. Explicación y hallazgos de técnicas de registro y neuroimagen

Resumen:

Se presenta una revisión de las principales técnicas de neuroimagen y de registro neurofisiológico que se emplean en el estudio y diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad (TDAH). Se pretende dar a conocer el uso y funcionamiento de las diferentes técnicas, así como los resultados hallados.

Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad. Explicación y hallazgos de técnicas de registro y neuroimagen

Juan Manuel Cerpa-Garrido (¹), María Garrido-Piosa (²)

¹ Licenciado en Psicología

² Diplomada en Enfermería

Palabras clave: neuroimagen, hiperactividad, TDAH, diagnóstico

Introducción:

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes en la infancia [1]. Se refiere a un conjunto variable de síntomas de hiperactividad-impulsividad y/o inatención, que tienen una intensidad desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo del niño [2]. Como señala Portellano [3], en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se presentan: a) síntomas primarios, como hiperactividad (síntoma nuclear que se observa en siete de cada diez casos), inatención o trastorno atencional (presente en la totalidad de los casos), e impulsividad (más habitual en varones); b) síntomas secundarios, como trastornos de conducta, dificultades emocionales, fracaso escolar o dificultades del aprendizaje.

En cuanto a la epidemiología del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), Shater [4] señala que presenta una prevalencia entre la población escolar del 3 al 5%, presentando mayor incidencia en varones que de mujeres, aunque esta diferencia entre sexos tiende a decrecer conforme aumenta la edad. La modalidad de TDAH que se observa con más frecuencia es de tipo combinado, seguida del TDAH con predominio de inatención. En referencia a la etiología, actualmente se desconoce la causa exacta, pero los diversos reportes de estudios apuntan cada vez con más claridad a factores genéticos como la fuente principal, ya que se estima que están implicados en al menos el 80% de los casos. Siguiendo esta línea, Portellano [3] señala que, la presencia de antecedentes familiares de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en padres de niños diagnosticados es siete veces mayor que en la población normal, aumentando el riesgo de que el hijo presente TDAH si ambos progenitores lo presentaron previamente.

A continuación se ofrece una explicación de las distintas técnicas de neuroimagen y de registro neurofisiológico que se pueden emplear para el estudio y diagnóstico del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) (en cuanto a sus bases neurales), y una revisión de los principales hallazgos.

Técnicas de Neuroimagen

Resonancia magnética funcional, RMf: Se lleva a cabo por medio del análisis de la señal por contraste dependiente del nivel de oxígeno en la sangre, o señal BOLD (por sus siglas en inglés: blood-oxygen-level-dependent). Se basa en el supuesto de que durante la realización de una tarea cognitiva se desencadena una cascada de actividad neuronal y metabólica, la cual puede ser identificada a través de sus propiedades fisiológicas y magnéticas. La identificación de estas propiedades es posible ya que se transforma en imágenes cerebrales y se interpreta como regiones y redes de actividad que tuvieron lugar durante la ejecución de la tarea [5, 6].

Los estudios de resonancia magnética funcional (RMf) se han centrado en el estudio de la activación cerebral en niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) ante tareas de inhibición que, como comentamos anteriormente, se ha propuesto como uno de los déficit primarios en el TDAH [7]. Para ello se han empleado tareas go/no go y tipo Stroop, que demandan inhibir una tendencia de respuesta dominante, así como tareas stop-signal, en las que se requiere detener la ejecución de una respuesta en curso. Estos estudios han encontrado una hipoactivación en la corteza prefrontal del hemisferio derecho [8, 9 y 10] y en el núcleo caudado [9]. Según Casey et al [8], dado que la mayor activación del núcleo caudado se observa tanto en la condición de inhibición como en la condición control, podría relacionarse con la ejecución de las respuestas conductuales, mientras que la activación de la corteza prefrontal, exclusiva de la condición de inhibición, sería específica de la habilidad para suprimir respuestas a estímulos salientes, aunque irrelevantes. Otros estudios han encontrado una hipoactivación en el cíngulo anterior [11].

Se ha sugerido que el cíngulo anterior es una región crucial para el correcto funcionamiento de los circuitos frontoestriatales [12], por lo que podría ser una estructura altamente implicada en el sustrato neurofuncional del TDAH. Por último, es interesante señalar que durante el curso del desarrollo normal se observa una mejoría en la hipofuncionalidad frontal al aumentar la edad [13]. Presenta como inconveniente que a pesar de proporcionar una alta resolución espacial de regiones corticales y subcorticales cerebrales, la temporalidad de la adquisición de las imágenes es menor que con otras técnicas dinámicas, además, el estado de mínimo movimiento necesario para la adquisición de imágenes funcionales dificulta la aplicación de paradigmas de indicación verbal (como puede ser la tarea convencional de Stroop), cuya actividad es relevante en el proceso de la atención ejecutiva y expresión emocional. Se resume que la neurobiología del TDAH implica alteraciones en el funcionamiento del cuerpo estriado, de los lóbulos frontales y del cerebelo [14].

Tomografía por emisión de positrones, PET. La Tomografía por Emisión de Positrones es una técnica no invasiva de diagnóstico e investigación “in vivo” por imagen capaz de medir la actividad metabólica del cuerpo humano. La tomografía por emisión de positrones (PET) se basa en detectar y analizar la distribución tridimensional que adopta en el interior del cuerpo un radiofármaco de vida media ultracorta administrado a través de una inyección intravenosa [17]. En adolescentes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se ha evidenciado, mediante tomografía por emisión de positrones (PET), una disminución en el metabolismo cerebral regional de la glucosa en el lóbulo frontal, mientras que el metabolismo cerebral global no se ha visto alterado [18]. Sin embargo, en adultos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) de inicio