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Funcionalidad Familiar y Trastornos de Conducta Alimentaria en los Adolescentes

tener percepción distorsionada de la imagen corporal y el uso de dietas para adelgazar. (Monterrosa-Castro et al., 2012). En un estudio realizado, cita Mateos, (2014) “existen factores de riesgo dentro de la familia que aumentan la posibilidad de tener un TCA: Aplicación rígida de la norma (hasta 9 veces más riesgo), Afrontamiento basado en la falta de reconocimiento de problema (hasta 8,5 veces más riesgo), Alta expresión emocional (hasta 6,9 veces más riesgo), Aplicación imprevisible de la norma (hasta 4,7 veces más riesgo)” (Mateos-Agut, García-Alonso, Sebastián-Vega, & Martínez-Villares, 2014).

Además existen otros  factores de riesgo  que involucran a que los adolescentes presenten TCA, entre los cuales tenemos: individuales (abuso sexual, insatisfacción con la figura física y  del peso corporal, práctica de dietas, pérdida de un ser querido, ruptura de una relación importante, divorcio de los padres, cambio geográfico en la zona de residencia y estudio); psicosociales (Trastornos afectivos, baja autoestima, dificultad para expresar sentimientos, evasión de conflictos, pensamiento rígido con gran énfasis en el deber ser, ausencia de autocontrol, perfeccionismo, problemas básicos de identidad) y socioculturales (Ideales culturales de belleza, actitudes de la familia hacia el peso corporal, falta de definición de límites, rigidez y confusión de roles en la familia, disfuncionalidad y maltrato emocional, influencia del grupo de pares, críticas con respecto al peso y la figura) (Monterrosa-Castro et al., 2012) (Olivia et al., 2013).

En una investigación Flores (2007) entre sus hallazgos encontraron que aquellas familias que presentaban niveles altos de emoción expresada (se refiere a un índice global de emociones, actitudes y conductas expresadas por los familiares acerca de un miembro de la familia que padece de una enfermedad psiquiátrica) también presentaban altos niveles de crítica, hostilidad y sobre involucramiento emocional, produciendo recaídas sintomáticas u hospitalizaciones subsecuentes. Se han hallado  que son familias con ambientes de soporte inadecuado a sus miembros y con problemas de cohesión, así como de expresión abierta de las emociones. En particular, las familias de pacientes con anorexia tienen altos niveles de cohesión, bajos niveles de expresividad y bajos niveles de conflicto; y aunque la bulimia es también un trastorno alimentario, los ambientes familiares se diferencian ya que se han descrito como desorganizados, con altos niveles de conflictividad y de hostilidad. (Fornari et al., 1999). Y en las familias de los pacientes con trastorno por atracones se ha observado que tienen poca cohesión e interés para expresar honestamente sus emociones, con mayores niveles de conflicto, limitación de  independencia, así como costumbres más rígidas y controladoras que los otros grupos de pacientes con TCA. (Hodges, Cochrane, & Brewerton, 1998) (Flores, 2007).

Además se ha tomado en cuenta las  experiencias estresantes o traumáticas provocadas en el entorno familiar, entre los cuales destacan el abuso sexual,  fallecimiento de algún familiar,  bullying, separación de los padres, cambios de figura paterna o convivir con una nueva pareja de sus padres, discusiones familiares, cambios de domicilio y problemas de salud. (Olivia et al., 2013) (Ruth Frank, 2014).

Además se ha tomado en cuenta factores protectores  para TCA en los adolescentes, como el  fomento de actividades intelectuales- culturales, las actividades escolares y laborales orientadas competitivamente, elementos de protección familiar que han sido poco investigados. (Olivia et al., 2013).

Además existen posibles  orígenes de los TCA que podrían explicar la manera como inician, para lo cual se enuncian algunas hipótesis o teorías:

La Teoría del Apego. En donde la falta de apego por parte de la madre. El apego con las madres es diferente en cada caso; en la anorexia nerviosa es evitativo, creando desconfianza, aislamiento, dificultad para confiar y depender de los demás personas, (Betancourt, Rodríguez, & Gempeler, 2007) (Behar Astudillo, 2012), mientras que en la bulimia nerviosa predomina la ansiedad que provoca relaciones interpersonales inseguras, resistencia a  los compromisos, con preocupación por el abandono. (Shobana & Saravanan, 2014) (Behar Astudillo, 2012). (Betancourt et al., 2007).

Hipótesis de la huida de la hambruna. Corresponde a una antigua respuesta al peligro de escasez alimentaria, a través de conductas como ignorar los alimentos, negar el peligro a la delgadez, hasta ir a otro lugar donde existan posibilidades de abastecimiento, que se asemeja a las características de anorexia como la falta de apetito, inanición, pero no explica la resistencia al comer al haber disponibilidad alimentaria. (Kardum, Gra, & Hudek-Kneževi, 2008)(Behar Astudillo, 2012).

Teoría de selección de parentesco. A través de cambios genéticos en las generaciones, por medio de interacciones entre individuos emparentados. El individuo que porta el gen puede aumentar de frecuencia, porque los parientes suelen portar los mismos genes. (Behar Astudillo, 2012).

Hipótesis de la supresión reproductiva. En la anorexia nerviosa se produce consecuencias anormales como anovulación, amenorrea e infertilidad, con preferencia hacia alcanzar el cuerpo delgado, no femenino, posponiendo la etapa de la pubertad,  configurando una corporalidad poco atractiva al sexo masculino asociado a  una disminución de la libido y por lo tanto hacia la fertilidad que consentiría una mayor entrega al éxito dado por la familia y la paciente a metas ansiosas en resultados académicos, laborales y deportivos, pero en otros casos existe el poco apoyo social, sea familiar o de pareja provoca sentimientos de abandono y aislamiento que provoca la menor disposición a la maternidad. (Behar Astudillo, 2012).

Teoría de la competencia sexual. Para la sociedad occidental la figura femenina deseable es indicador de atractivo hacia el sexo opuesto, juventud, mayor capacidad reproductiva y competencia sexual femenina, lo que motivaría a buscar la delgadez, que desde un punto de vista evolutivo humano que favorecería la atracción y retención de parejas a largo plazo para asegurar la sobrevivencia de la especie. (Riadh T. Abed, 1998)(Salmon, Crawford, & Dane, 2008). La competencia intersexual femenina por una pareja es predictor preferente de bulimia nerviosa, mientras que la búsqueda de la delgadez es predictor de anorexia, aunque no relaciona con la imagen corporal en los varones. (Behar Astudillo, 2012).

Percepción de la funcionalidad entre miembros de la misma familia.

En un estudio en donde se relacionó la percepción de la funcionalidad familiar entre padre e hija, la percepción de la hija se percibe  como  más deteriorada.(Olivia et al., 2013).

Relación Madre e hija.

Se  evaluaron a las madres e hijas con TCA, encontrando que reportan peores relaciones con sus hijas, y que también tuvieron mala relación con sus propias madres.(Olivia et al., 2013). (Betancourt et al., 2007).

Relación Padre e hija.

Se reconoce en estos casos  el perfeccionismo y las altas expectativas, en donde se hallado insatisfacción familiar,