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Comportamiento epidemiológico de los traumas oculares infantiles

tendencia, con una mayor frecuencia de trauma en hombres (84,3%) que en mujeres (15,7%). (16)

Tsai CC et al observaron que la lesión ocular ocurre en varones respecto a mujeres en una razón de 1,9:1. En otros estudios, Prado Junior J et al el 76,42% son varones. Y Parver LM et al son el 83%. (17)

Se destacaron los traumas que conservaban la integridad de la pared ocular (a globo cerrado) con 890 niños para un 98,9%. Dentro de ellos predominaron las contusiones oculares en 39,1% (352 casos).

Los traumatismos oculares en la infancia son uno de los más importantes factores de morbilidad, que surgen cuando el objeto traumatizante es de tamaño inferior al orificio orbitario o cuando el choque es muy violento, impidiendo que la defensa natural de los globos oculares, conformada por las paredes óseas de la órbita, grasa, músculos y párpados, actúe. En esta etapa de la vida los agentes productores más frecuentes son las piedras, palos, balón-pelota, puños, manos, dedos, que son los responsables de que las contusiones hayan sido las que prevalecieron en el estudio. Son agentes que de una forma u otra se comportaron como un objeto romo, trayendo consigo, a través del golpe directo, conflictos de espacios entre el contenido (globo ocular) y el continente (orbita), resultando en alteraciones intraoculares como hemorragias intra y extraoculares, hematomas, equimosis, etc. Las caídas, juguetes, rama de árbol, útiles escolares o cigarrillos que portan los adultos ya producían lesiones un poco más severas, con soluciones de continuidad del tejido de forma parcial o total y laceraciones.

El 50,1% de los ojos afectados en los niños que sufrieron trauma ocular fue el izquierdo, coincidiendo con otros estudios. Esto se debe a los procesos de lateralidad y dominancia ocular. Ya que el ojo derecho es el dominante por regla general, existiendo un mayor riesgo estadístico de padecer un accidente sobre el ojo dirigido (que es mayoritariamente el ojo izquierdo). (17)

Tabla 2. Distribución de los infantes según tipo de lesión ocular y variables clínicas. 2013

Variable clínicas Lesión ocular
A globo cerrado A globo abierto
Frecuencia % Frecuencia %
Zona topográfica I 863 96,9 4 40,0
Agudeza visual I 567 63,7 0 0,0
Agudeza visual IV 30 3,4 5 50,0

En la tabla 2 se evidenció que la mayoría de los casos tuvieron afectada la zona I para ambos tipos de trauma con una asociación estadísticamente significativo (Ji al cuadrado de Pearson = 368,2; p < 0,05). Es evidente que las estructuras más frecuentemente afectadas en un trauma ocular son las del segmento anterior como: la córnea, cámara anterior, iris y cristalino; la cámara anterior es la primera estructura intraocular de choque, después de la córnea en cualquier traumatismo ocular, lo cual coincide con lo planteado por otros autores. 18 Es la zona más expuesta a cualquier trauma ocular tanto a globo cerrado como a globo abierto.

La agudeza visual final está en relación a la extensión de la lesión, a las estructuras intraoculares lesionadas y la presencia de complicaciones asociadas.

En la tabla 2 se pudo evidenciar, con una asociación estadísticamente significativa (Ji al cuadrado de Pearson = 159,52; p < 0,05), que en los traumas a globo cerrado hubo menos afectación de la agudeza visual que en los traumas a globos abiertos. En los traumas cerrados el grado de afección visual que predominó fue el grado I con un 63,7% (567 casos). En los traumas abiertos el grado de afección visual IV fue el que más se destacó con 5 casos (50,0%).

Como era de esperar, y coincidiendo con lo planteado por otros autores revisados, (19, 20) pudimos observar que los traumas oculares que más producen disminución de la agudeza visual son los que se localizan a nivel del tejido corneal aunque no lo perforen, por ser ésta la primera estructura ocular transparente y la que proporciona mayor poder dióptrico por excelencia que debe atravesar el estímulo luminoso para posibilitar su óptima percepción por el órgano de la visión, y también afectan grandemente la agudeza visual, los que penetran dentro del ojo, tanto por la afectación de la transparencia de los medios como por la desorganización de las estructuras oculares que provocan. En un reporte español, (21) los pacientes con lesión a globo cerrado ya sea por objeto contuso o filoso presentaron una agudeza visual entre los niveles I y II, mientras que en las lesiones a globo abierto por los mismos agentes causales predominó la agudeza visual en las categorías IV – V y entre II y V respectivamente.

CONSIDERACIONES FINALES

Por la fragilidad del órgano visual, un traumatismo representa un alto costo para el individuo que lo padece, para la familia y la sociedad en general, por tanto, se deben implementar medidas preventivas al respecto. Tal como se ha visto, en la actualidad el trauma ocular constituye un problema de salud; sin embargo, las lesiones que provoca son mayormente prevenibles. En este estudio el traumatismo ocular en el niño se caracteriza por una preponderancia marcada en varones, con daño que mantenían la integridad de la pared ocular.