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Trypanosoma cruzi y Enfermedad de Chagas

grande que los anteriores, mide 25-30 mm de color amarillo claro con manchas negras en varias regiones del cuerpo). Existen otros triatominos transmisores de Trypanosoma cruzi como Triatoma infestans y Triatoma pellidipenis.

Los hábitos domiciliarios o selváticos de los diversos géneros y especies de triatominos determinan un ciclo de transmisión del Trypanosoma cruzi, de tipo doméstico o silvestre. En el ciclo doméstico están involucrados los triatomas domiciliarios o peridomiciliarios y el humano junto con los animales domésticos, especialmente perros y gatos. En el ciclo silvestre intervienen triatominos con hábitats diferentes al humano (selvas, contrafuertes cordilleranos) y animales selváticos, sobre todo diversos géneros de roedores y otros mamíferos. De vez en cuando suelen producirse diversos cruces entre ambos ciclos, lo que explicaría en parte, la perpetuación de la infección en la naturaleza.

Los triatominos colocan hasta 300 huevos durante toda su vida, la cual tiene una duración aproximada de 400 días y se desarrollan a través de 5 estadios ninfales (ninfas I; II; III; IV y V) desde el huevo hasta alcanzar el estado adulto. Son insectos hematófagos obligados y succionan sangre desde el estadio I, contagiándose con Trypanosoma cruzi desde un animal o humano infectado y una vez en el insecto, el Trypanosoma cruzi permanece en su intestino de por vida.

Vías de Transmisión

El humano puede infectarse con Trypanosoma cruzi por diversos mecanismos, a saber:

Por vía vectorial: a través de las deyecciones (evacuaciones) de los triatominos, lo cual constituye la vía más importante de transmisión. El insecto, al picar en zonas descubiertas de la piel del humano durante el sueño elimina sus heces con los tripomastigotos metacíclicos que penetran en el sitio de la picadura o por las mucosas por el prurito y el consecuente rascado de las picadas.

La transmisión vectorial se realiza entonces indirectamente, por el contacto de la materia fecal con parásitos, ya sea con el orificio de la piel producido por la picadura del triatomino para succionar sangre, o por el depósito de heces sobre mucosas del huésped.

Otra vía de transmisión posible es la transmisión oral descrita desde la década de 1960, en casos aislados y en forma de brotes. Estudios realizados por Añez y colaboradores en Mérida (1999) registran el tiempo de supervivencia de formas metacíclicas de Trypanosoma cruzi, obtenidas del tracto digestivo de Rhodnius prolixus, sobre alimentos contaminados experimentalmente. Observaciones entre 1 hora y 18 horas post-contaminación revelaron la presencia de abundantes y activos tripomastigotas metacíclicos en los alimentos contaminados durante las primeras 6 horas, declinando la población de los mismos hacia la décima hora. La actividad de las formas metacíclicas no mostró diferencias en alimentos contaminados en fase sólida o líquida. Asimismo, se demuestra la alta infectividad de metacíclicos de Trypanosoma cruzi que sobreviven en alimento contaminado luego de ser ingeridos por un hospedador vertebrado.

Existen otras vías de transmisión, como la transfusión sanguínea, que constituye un peligro real, puesto que el Trypanosoma cruzi, mantiene su vitalidad en los bancos de sangre, a pesar de la temperatura del refrigerador, hasta por dos meses.

También, la transmisión congénita a través de la placenta. Una madre puede transmitir Trypanosoma cruzi circulantes en la sangre durante la segunda mitad de gestación. Así mismo, por trasplantes de órganos, fundamentalmente en casos de trasplante renal.

Por último, la transmisión relacionada con accidentes de laboratorio u ocupacionales en trabajadores de la salud, por manipulación de sangre de animal infectados en el laboratorio (6).

Enfermedad de Chagas:

Clasificación Clínica

La Enfermedad de Chagas evoluciona en tres fases: aguda, indeterminada y crónica; cada una de ellas con características clínicas y criterios diagnósticos y terapéuticos diferentes.

La Fase Aguda se inicia al momento de adquirir la infección por cualquiera de sus vías y dura entre 2 y 4 meses. Se caracteriza por presentar positividad en los estudios parasitológicos directos en sangre y los síntomas son inespecíficos.

En la fase inicial de la enfermedad de Chagas, algunos autores describen que las formas benignas representan el 75% de los casos, las formas de mediana gravedad el 19% y las formas graves el 6% de los casos.

En general, la gran mayoría de los autores, consideran esta fase como benigna; sin embargo se han descrito formas severas y graves como meningoencefalitis y graves cardiopatías de inicio, que evoluciona a la muerte si no reciben tratamiento específico.

La mortalidad en la fase aguda se reporta por debajo del 10% y según la experiencia argentina, la mortalidad ha sido aproximadamente de un 2%.

Aunque las personas con infección aguda que cursan de manera asintomática no presentan síntomas y desde luego, no concurren a la consulta médica pasando a la cronicidad, por desconocer su situación de infectados; existe un porcentaje de casos que si presentan síntomas y que pasan desapercibidos en la atención médica, por el deficiente conocimiento de este período de la enfermedad en las áreas endémicas. Por tanto, es importante difundir en el personal de salud que las características clínicas frecuentes de esta fase se caracterizan por la presencia de fiebre como único síntoma o acompañado de pocos síntomas y aún más cualquier síntoma, lo que justifica que ante cuadros infecciosos, febriles prolongados e indeterminados debe pensarse en enfermedad de Chagas agudo.

La fiebre es el síntoma más destacado en Chagas agudo y está documentada su presencia en más del 95% de los casos. La fiebre no presenta una condición particular y puede presentarse en forma continua, remitente, intermitente, con doble o triple elevación diaria; incluso una característica mencionada y relativamente frecuente es la fiebre o febrícula vespertina.

La intensidad de la fiebre es extremadamente variable y va de simples febrículas vespertinas a hipertermias de 39 ó 40ºC. Los casos con elevada hipertermia se dan en los casos graves de niños pequeños, coincidiendo, aunque no siempre, con elevadas parasitemias (3).

La Fase Indeterminada corresponde a la etapa que sigue a la fase aguda y comienza cuando la parasitemia se vuelve indetectable por los métodos parasitológicos directos. Es forma indeterminada cuando el individuo no presenta síntomas ni signos de lesión visceral clínicamente evidentes con