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Medicamentos antituberculosos. Tratamiento

actualidad la enfermedad se encuentra en franco retroceso y se espera que Cuba está en condiciones de lograr antes del año 2015 una proporción inferior a 5 enfermos de tuberculosis por cada 100 000 habitantes, y declarar eliminada la enfermedad dentro del sistema de salud pública. (1)

Aspectos sociales relacionados con la enfermedad se han dado a través de los tiempos, como la situación inicial de terror y rechazo absoluto hacia el paciente tuberculoso, apareciendo los diferentes procedimientos de aislamiento, reposo, cura sanatorial y terapéutica. (1)

Cuba, junto a Costa Rica, Puerto Rico y Uruguay presenta tasas inferiores a 25 x 100 000 habitantes; y clasifican entre los 5 países que cumplen con las metas globales de la OMS de curación y detección de casos, y tienen perspectivas de eliminar la tuberculosis como problema de salud. (2)

El uso correcto y eficaz de la quimioterapia para el tratamiento de la tuberculosis y la infección latente de tuberculosis (LTBI) es un componente esencial para el control de la enferme­dad y para prevenir el desarrollo de resistencia a los medicamentos, aspectos estos que nos motivaron a realizar la presente investigación.

 Objetivos:

General:

  • Mostrar las drogas anti-tuberculosas utilizadas en la terapia farmacológica estándar de esta enfermedad.

Específicos:

  • Exponer la clasificación de los medicamentos antituberculostáticos.
  • Mostrar los principios generales para el tratamiento, así como las dosis, vía de administración y efectos adversos de los medicamentos antituberculosos.

 Desarrollo

La historia de la tuberculosis cambia dramáticamente después de la introducción de los agentes antimicrobianos. El tratamiento de la tuberculosis es fundamental para su control dado que con él se rompe la cadena de trasmisión cuando el tratamiento es correcto y completamente seguido. El tratamiento farmacológico comienza en 1944 con la estreptomicina (SM) y el ácido paraaminosalicílico (PAS). En 1950, se realiza el primer ensayo clínico comparando la eficacia de la SM y el PAS conjuntamente o en monoterapia. El estudio demostró que la terapia combinada fue más efectiva. En 1952, un tercer fármaco, la isoniacida (INH), fue añadido a la combinación, mejorando espectacularmente la eficacia del tratamiento, aunque todavía con una duración de 18 – 24 meses. El etambutol se introduce en 1960, sustituyendo al PAS en los esquemas de tratamiento y reduce la duración a 18 meses. En los años 70 con la introducción de la rifampicina (RAM) en la combinación, el tratamiento se acorta a 9 meses. Finalmente, en 1980, la pirazinamida (PZA) se introduce en el esquema terapéutico, pudiendo ser reducida la duración a 6 meses. (8)

Dos hechos biológicos explican por qué la terapia combinada es más efectiva en el tratamiento de la TB que la monoterapia. El primero es que el tratamiento con una sola droga induce la selección de bacilos resistentes y en consecuencia el fallo en eliminar la enfermedad. El segundo es que las diferentes poblaciones bacilares pueden coexistir en un mismo paciente. (8)

Los antituberculostáticos se clasifican en 2 grupos en función de su eficacia, potencia y efectos secundarios:

  • Fármacos de primera línea: isoniacida, rifampicina, pirazinamida, etambutol o estreptomicina. (9)
  • Fármacos de segunda línea: cicloserina, etionamida, ciprofloxacino, etc. Se utilizan en los casos de tuberculosis resistentes o cuando los de primera línea producen efectos secundarios. (9, 10)

Principios generales del tratamiento

  • El tratamiento de pacientes tuberculosos plantea diversas dificultades ya que existen poblaciones de bacilos de Mycobacterium tuberculosis diferentes en función de su ubicación y actividad metabólica. Los bacilos que se alojan en las cavidades pulmonares tienen la capacidad de multiplicarse de forma activa en un ambiente aerobio. Aquellos bacilos que se encuentran en el interior de los macrófagos, lo hacen en un ambiente microaerofílico que inducen la latencia, y existen otros bacilos que se encuentran en el interior del caseum que tienen sólo ocasionalmente un ciclo replicativo (crecimiento intermitente).

Por otra parte estos bacilos pueden multiplicarse en los tejidos, donde los antibióticos penetran fácilmente o encontrarse en cavidades pulmonares, pus entre otros donde la penetración es más difícil. Así mismo está Micobacteria por poseer una compleja pared celular constituida por lípidos, proteína y polisacáridos le confieren a esta una resistencia natural a numerosos antibacterianos por ser hidrófoba con escasa permeabilidad. Por todo esto es necesaria la combinación medicamentosa, pues la monoterapia engendra poblaciones bacterianas resistentes que llevan al fracaso de tratamiento.(7)

  • El tratamiento de la tuberculosis está basado en un esquema terapéutico que está constituido por cuatros antibióticos de primera línea que siguen los lineamientos de la organización mundial de la salud. El éxito de este tratamiento se basa en la asociación de estos fármacos y en su larga duración, para que actúen en las dos poblaciones bacilares diferentes que se presentan en esta enfermedad. (7)
  • Los fármacos antituberculosos varían de acuerdo a su actividad bactericida (capacidad para matar grandes cantidades de bacilos que se metabolizan activamente), su acción esterilizante (capacidad para matar poblaciones especiales de bacilos que se metabolizan lenta o intermitentemente) y su capacidad para evitar la aparición de la resistencia adquirida. (7)
  • El esquema terapéutico ampliamente utilizado consta de dos fases: una inicial, intensa, diaria pero corta y otra menos intensa y más prolongada. La terapia DOTS (Directly Observed Therapy Short) recomendada por la organización mundial de la salud en pacientes con cepas sensibles consta de una combinación de Isoniazida, rifampicina,