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Tumores ginecológicos benignos. Revisión bibliográfica

Dada su rareza, se aconseja la exéresis biopsia que es a la vez diagnóstica y terapéutica (1).

Quiste de Bartholino: Es el quiste vulvar más frecuente, producido a consecuencia de la obstrucción del conducto excretor de la glándula de Bartholin. A menudo se sobreinfecta originando el absceso de Bartholin. Clínicamente se localiza en la parte posterior del introito, a nivel de la desembocadura del conducto principal de la glándula. Los quistes menores de 2 cm son asintomáticos. Si aumentan de volumen producen molestias por obstrucción del introito. Si se sobreinfecta se produce un absceso, que se desarrolla rápidamente. El análisis patológico muestra un quiste que contiene material mucoide, traslúcido y acelular de sialomucina. La pared del quiste está recubierta por un epitelio de tipo ductal plano transicional o escamoso, adyacente al epitelio glandular normal. El diagnóstico es fácil mediante exploración clínica. Un quiste en la parte posterior del introito es casi siempre un quiste de Bartholin. El diagnóstico diferencial debe establecerse con los lipomas, que asientan en el labio mayor y tienen un aspecto lobulado, y con los quistes vestibulares menores, que son pequeños y más superficiales.

El carcinoma de la glándula de Bartholin, muy poco frecuente, hay que sospecharlo ante una masa dura e irregular en la postmenopausia. Desde el punto de vista terapéutico, los pequeños quistes asintomáticos no requieren tratamiento. Los quistes sintomáticos o en presencia de absceso se tratan con drenaje mediante incisión a nivel del introito, en la zona del orificio glandular y marsupialización. Si existe evidencia de inflamación se instituirá un tratamiento con antibióticos orales de amplio espectro. La extirpación se practicará si se presenta recidiva.

Bartolinitis: Habitualmente unilateral, casos avanzados sintomatología sistémica. Representa el 14-20% de todas las infecciones del aparato genital. Excepcional antes de la pubertad y ancianas. Gérmenes causales: Gonococo, estafilococo, estreptococo, colibacilos, proteus, trichomona vaginalis y bacilo de Koch.

Paciente acusa dolor agudo, con dificultad para deambular, presencia subjetiva de una “T” en el tercio inferior del labio mayor. Tumoración rojiza, sensible, dolorosa, a veces mostrando gotas de pus.

Evolución: Rotura espontánea, evoluciona hacia la cronicidad, formación de un quiste.

Conducta preoperatoria:

  1. Reposo, fomentos locales y antibioticoterapia.
  2. Analgésicos, AINES, Sedantes.
  3. Hemograma, Tipiaje, Tiempo de coagulación y sangramiento, glicemia, serología para Sífilis y VIH, examen de orina.
  4. Cultivo en medio de Tayer Martin, tinción Gram.

Incisión y drenaje del absceso

  1. Paciente en posición ginecológica.
  2. Limpieza de la región con agua yodada, se coloca una torunda en el introito vaginal.
  3. Anestesia local
  4. Incisión en la unión mucocutánea más declive.

Marsupialización: Se realiza en los quistes de la glándula no infectados, después de drenaje de un absceso ya tratado. Se realiza con el objetivo de construir una nueva unión mucocutánea entre la pared del quiste y la piel del labio, mantendrá la secreción normal de la glándula.

Procedimiento

  1. Paciente en posición ginecológica
  2. Incisión vertical paralela a la base del himen, en toda la longitud.
  3. Diseca a nivel del tejido areolar (separa la pared del quiste de la piel y de la mucosa del labio).
  4. La piel del labio se toma con pinzas de Allys se incide la pared del quiste, de forma que la apertura permita la entrada del pulpejo.
  5. Se sutura la pared del quiste a la piel del labio
  6. Dejar un drenaje en el conducto formado.

Resección de la glándula de Bartholino

Se realiza cuando ocurren abscesos a repetición, bartolinitis crónica y quistes de Bartholino.

Procedimiento:

  1. Medidas de antisepsia.
  2. Se sujeta el quiste con la mano izquierda.
  3. Incisión en toda la longitud del quiste, sobre el borde mucocutáneo.
  4. Si el quiste es muy grande, se realiza la incisión en Losagne, fijo bordes de la herida con pinzas de Allys. Se diseca la piel y la mucosa, disección roma para evitar la ruptura del quiste.
  5. Disección cruenta sobre sobre el conducto excretor y pedículos vasculares.
  6. Puntos separados de Catgut cromado en la aponeurosis, con el fin de reunir los planos profundos y ocluir el espacio muerto, completar la hemostasia.
  7. Se cierra la unión mucocutánea con puntos separados.
  8. Se puede dejarse un drenaje con una lámina de caucho y extraerla a las 24 horas.
  9. La pieza se remite para estudio histopatológico (2, 3, 4).

Tumores de estirpe vascular

Angioma plano: También conocido como mancha en vino de Oporto, se trata de una malformación del desarrollo embrionario que implica a los capilares sanguíneos dérmicos, caracterizada por dilatación y ectasia. Clínicamente se manifiesta como una mácula de contorno irregular y color rosado, rojo o violáceo, que desaparece a la vitropresión, y que se encuentra presente desde el nacimiento. En los primeros años de vida la lesión es plana, pero con el tiempo suele presentar hiperplasia de algunas zonas, con formación de lesiones nodulares. No precisa exploraciones complementarias salvo en localizaciones del trigémino (1º y 2º rama) o zona media de la espalda, que puede asociar una hemangiomatosis visceral. El diagnóstico es clínico. Evolutivamente, no muestra tendencia a resolución espontánea. El tratamiento no es necesario, salvo por motivos estéticos, en el que se puede utilizar el láser de PDL.

Hemangioma: Los hemangiomas son tumoraciones vasculares benignas, que aparecen en el nacimiento o más frecuentemente en las primeras semanas de vida. Clínicamente se manifiestan en los primeros días de vida como una mancha eritemoviolácea con telangiectasias en su periferia, asintomática. En las siguientes semanas, esta lesión crece adquiriendo consistencia gomosa, habitualmente hasta el primer año de vida. Posteriormente, la lesión regresa parcial o totalmente (90% de los casos) en los siguientes 5 años. Estas lesiones raramente están asociadas con malformaciones sistémicas. Sin embargo, existe una asociación importante para el ginecólogo, en cuanto a que es un síndrome que se asocia a hemangiomas en región perineal. Así, en 1982, González Martín describe una asociación a la que denomina con el acrónimo PELVIS (“Perineal hemangioma, external genitalia malformations, lipomielomeningocele, vesicorrenal abnormalities, imperforate anus, and skin tag”), que se asocia a hemangiomas perineales de grandes dimensiones. La principal complicación del hemangioma común es el sangrado leve, que puede ser fácilmente controlado con polvos de Blastoestimulina en seco. En casos recalcitrantes, el láser PDL puede ser una buena alternativa terapéutica. El hemangioma no complicado no precisa tratamiento salvo que se localice en áreas de compromiso funcional, como en región periuretral. En estos casos, el tratamiento clásico