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Tumores ginecológicos benignos. Revisión bibliográfica

tratamiento ante pequeños nódulos endometriósicos puede ser médico, a base de fármacos que produzcan reposo ovárico (anovulatorios, danazol, análogos de la GnRH) y anulen la sintomatología mencionada.

La terapéutica quirúrgica con exéresis total del quiste es lo más efectivo, y se pueden realizar utilizando cirugía convencional o láser.

Papiloma: es una tumoración solida de pequeño tamaño, ubicada indistintamente en cualquier zona de la vagina. Tiene un revestimiento a expensas del epitelio escamoso y solamente su ulceración o irrigación anormal pueden hacer que se confundan con una neoplasia maligna. Es asintomático, el diagnóstico es histológico y el tratamiento su extirpación quirúrgica.

Pólipos: aparece como un nódulo pediculado derivado del estroma de la mucosa, rodeado de epitelio malpighiano y en cuyo interior hay un eje conjuntivo por el que se vasculariza. Generalmente es único y de localización variable dentro de la vagina.

Macroscópicamente son muy parecidos a los pólipos de cérvix.

El aspecto adenomatoso es único signo de sospecha de malignidad que raramente pueden ofrecer los pólipos.

El estudio anatomopatológico demuestra la benignidad del proceso. La polipectomía aunque en la mayoría de los casos no es necesaria por el pequeño tamaño de los pólipos y la falta de sintomatología, no tiene otro fin que la confirmación diagnóstica.

Mioma: los miomas son tumoraciones sólidas que, al contrario que en el útero raras veces se localizan en la vagina.

Se componen de fibras musculares lisas procedentes de la vagina y tejido conjuntivo adyacente. Normalmente asintomáticos ocasionan dolor (coitalgia) si el tamaño es excesivo; el diagnostico visual no suele ofrecer dudas a la hora de un diagnóstico diferencial con una tumoración maligna, excepto con la degeneración sarcomatosa, cuya diferenciación solo es posible con un estudio histopatológico. La decisión quirúrgica se reserva para los casos clínicos sintomáticos por crecimiento rápido (5).

TUMORES BENIGNOS DE OVARIO

La presencia de una tumoración anexial constituye uno de los hallazgos más frecuentes en la práctica clínica diaria. Engloba entidades diversas, tanto benignas (TBO) objeto de este tema, como malignas (TMO).

El problema fundamental ante una tumoración anexial será discernir si se trata de un proceso maligno o benigno siendo primordial un adecuado estudio y orientación de la lesión, a fin de obtener un correcto diagnóstico que nos permita ofrecer a la paciente la mejor opción terapéutica con la menor morbilidad y menor grado de angustia posible. Por otro lado, el hecho de que los anejos tengan una localización anatómica coincidente con otras vísceras, hace que haya que establecer un diagnóstico diferencial con procesos inflamatorios, infecciosos o neoplásicos de localización no genital que en ocasiones puede resultar muy complicado.

Frecuencia

La mayoría de las tumoraciones ováricas presentan un comportamiento completamente benigno (75-85%), algunas tienen un comportamiento incierto y otras se malignizan con el tiempo.

La máxima incidencia de tumores benignos de ovario ocurre entre los 20-44 años, en especial en los extremos del intervalo, destacando una distribución geográfica desigual, siendo más alta en países escandinavos y América del Norte. Así, en la edad fértil de la mujer la patología anexial benigna es muy prevalente destacando como entidad más frecuente el quiste funcional, si bien, en mujeres menores de 30 años se debe tener presente los tumores de estirpe germinal.

En mujeres postmenopáusicas y en jóvenes premenárquicas dado que la patología funcional es rara, aparecen con mayor frecuencia los procesos neoplásicos. Por último apuntar que el cáncer de ovario es muy raro en menores de 40 años.

Clasificación

QUISTES NO TUMORALES

A. Quiste de inclusión germinal.

B. Quiste folicular.

C. Quiste del cuerpo lúteo.

D. Luteoma del embarazo.

E. Quistes luteínicos de la teca.

F. Ovario escleroquístico.

TUMORES DERIVADOS DEL EPITELIO CELÓMICO

A. Tumores quísticos.

•           Cistadenoma seroso.

•           Cistadenoma mucinoso.

•           Endometrioma.

•           Formas mixtas.

B. Tumores con hipercrecimiento del estroma.

•           Fibroma, adenofibroma.

•           Tumor de Brenner.

DERIVADOS DE LAS CÉLULAS GERMINALES

•           Dermoides (quistes benignos y teratomas).

TUMORES DERIVADOS DEL ESTROMA GONADAL

•           Tumores de células de la teca (tecomas).

El tumor ovárico representa uno de los mayores desafíos diagnósticos y terapéuticos para el ginecólogo. Aunque a veces pueden producir dolor o irregularidades menstruales, en otras ocasiones presentan escasas manifestaciones clínicas que orienten a un diagnóstico precoz.

QUISTES OVÁRICOS NO TUMORALES

•           Quistes de inclusión germinal

Son frecuentes, no funcionales, de pequeño tamaño y carecen de importancia. Si son grandes se aconseja la extirpación quirúrgica.

•           Quistes foliculares

Se desarrollan por sobreestimulación de la glándula hipófisis sobre el ovario. Suelen regresar solos en semanas o meses. Cuando persisten, pueden secretar estrógenos (hormonas sexuales femeninas), lo que puede llevar a sangrado irregular. Tratamiento: observación, anticonceptivos orales y resección del quiste si persiste más de 8 semanas.

Clínica

La característica clínica fundamental de las tumoraciones de ovario es la ausencia de sintomatología y su crecimiento lento, por lo que su diagnóstico suele ser en etapas avanzadas o como hallazgo casual en el curso de una exploración ginecológica o abdominal motivada por otro hecho.

La intensidad de la clínica va a depender de las diferentes características de la tumoración como son su tamaño, su tipo histológico, la aparición de complicaciones o la presencia o no de función endocrina, entre otras. En el caso de que exista clínica, ésta suele ser inespecífica del tipo de náuseas, vómitos, febrícula, cuadro vaso-vagal o alguno de los siguientes síntomas:

– Dolor abdominal de intensidad variable. Los tumores