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Tumores ginecológicos benignos. Revisión bibliográfica

el estudio eco-Doppler en una ausencia de flujo, con flujos normales en el anejo contralateral precisando cirugía urgente, tipo quistectomía en ciertos casos tras comprobar viabilidad del anejo revirtiendo la torsión y si compromiso severo del tipo de ooforectomía.

2. Rotura: es una complicación infrecuente que suele ser secundaria a una torsión o a un traumatismo. La clínica depende fundamentalmente de la naturaleza de la tumoración que sufre la rotura. Puede producirse dolor más o menos intenso, náuseas y vómitos y en ocasiones requiere un tratamiento quirúrgico urgente.

3. Hemorragia: puede ser intraquística o intraperitoneal. La clínica suele ser dolor y shock de intensidad variable. Dependiendo del estado hemodinámico puede requerir tratamiento quirúrgico urgente.

4. Infección: complicación rara que suele ser secundaria a una torsión. La clínica es similar a la de una enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). Los tumores con mayor predisposición a sufrirla son los endometriomas y los tumores dermoides.

Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial de tumor benigno de ovario debe establecerse con todas aquellas situaciones que se manifiesten como masa pélvica tanto de origen ginecológico -tumores malignos de ovario, hidrosalpinx, quistes de paraovario, anexitis, tumores de trompa, miomas del ligamento ancho, úteros bicornes, gestación, etc.- como no ginecológico -ciego y/o sigma distendidos, ciego en situación inferior, vejiga distendida, fecaloma, hematoma de recto, riñón pélvico, quiste de uraco o procesos inflamatorios abdominales (peritonitis, apendicitis, absceso retroperitoneal, diverticulitis, etc).

Actitud diagnóstico-terapéutica

El enfoque terapéutico depende fundamentalmente de tres aspectos:

  1. Edad de la paciente.
  2. Criterios de benignidad o malignidad.
  3. Tamaño tumoral.

Éstas características junto a todas las determinaciones analíticas y pruebas radiológicas que hayamos realizado con fin diagnóstico nos permiten poder clasificar las lesiones en tres grupos:

  1. Lesión simple o probablemente benigna.
  2. Lesión compleja o sospechosa de malignidad.
  3. Lesión probablemente maligna, (realizar LPS diagnóstica y según hallazgos y resultado de la BIO realizar una laparotomía con independencia de la edad de la paciente).

Paciente en edad reproductiva

– Tumoración simple < o igual a 5cm: lo más habitual es que se trate de una lesión funcional que tiende a desaparecer en el tiempo, siendo por tanto factible una actitud expectante con evaluación en el tiempo de dicha lesión mediante control ecográfico y estudio de marcadores analíticos. Entre tres y seis meses después del diagnóstico inicial de la tumoración se reevaluará a la paciente y en caso de persistir las mismas características de benignidad se puede demorar el siguiente control un año. El uso de anticonceptivos es controvertido y ha demostrado sólo posible regresión cuando se trata de tumoraciones funcionales.

En caso de cambio en sus características (aumento tamaño o signos de sospecha), se aconseja realizar tratamiento quirúrgico inicial mediante laparoscopia con intención conservadora.

– Tumoración compleja o simple> 6cm: En este caso de entrada lo más aconsejable sería realizar tratamiento quirúrgico ya que las posibilidades de regresión de forma espontánea son muy limitadas. La técnica de elección, la laparoscopia y se deberá actuar en función de los hallazgos:

– lesión benigna: quistectomía u ooforectomía si la anterior no es posible.

– lesión dudosa: anexectomía unilateral y biopsia intraoperatoria.

– lesión maligna: previa BIO (realizada por LPS o por LPM) procederemos a una cirugía reglada oncológica de cáncer de ovario.

Respecto a la posibilidad de punción eco-guiada de la tumoración anexial, éste es un tema muy controvertido porque si bien permite estudio citológico, hormonal y de marcadores intraquísticos, presenta una mayor tasa de recidivas y complicaciones derivadas como hemorragia o fibrosis que podría dificultar la fertilidad posterior. Por otro lado en caso de obtener un resultado de malignidad tras la punción existe posibilidad de aumento del riesgo de diseminación peritoneal y modificación del estadio clínico.

Paciente postmenopáusica

En este grupo de pacientes inicialmente se indicaba tratamiento quirúrgico ante cualquier tumoración anexial debido a que el 80% de los cánceres de ovario aparecen en mujeres por encima de los 50 años. Hoy en día con el avance de las técnicas de diagnóstico, en algunos casos, puede realizarse manejo conservador mediante seguimiento de la tumoración (ecografía y marcadores tumorales) puesto que ésta podría regresar con el tiempo.

El manejo actual en general no difiere de la paciente en edad reproductiva salvo que en este grupo de edad si se recurre a la cirugía el tratamiento conllevaría de entrada la práctica de una anexectomía bilateral.

Tumoraciones anexiales y gestación

El diagnóstico de una tumoración anexial durante la gestación entraña cierta dificultad derivado en principio de los cambios anatómicos que conlleva la propia gestación. Durante esta etapa la mayoría de la patología anexial suele deberse a quistes del cuerpo lúteo que en general no sobrepasan los 5 ó 6 cm de tamaño, los cuales tienden a desaparecer durante el segundo trimestre. Dentro de las tumoraciones anexiales podemos encontrar tanto quistes dermoides como endometriomas o cistoadenomas.

La mayor parte de estas lesiones son asintomáticas pero en el caso de lesión funcionante puede producirse sintomatología hormonal derivada de ésta que podría ocasionar virilización o feminización fetal. Por otro lado en el supuesto de tumores de crecimiento rápido asistiremos a la aparición de síntomas compresivos derivados. Las complicaciones fetales más frecuentes provocadas por tumores benignos de ovario son: aborto, parto pretérmino, crecimiento intrauterino (CIR), muerte fetal, tumor previo y aumento de tasa de cesáreas.

Respecto al tratamiento existen algunas situaciones donde podemos plantearnos la posibilidad de tratamiento quirúrgico:

– Riesgo de que se produzca alguna complicación o diagnóstico establecido de complicación, torsión, rotura, hemorragia.

– Tumor mayor de 5-6 cm. (establecer un límite parece controvertido, pero en el caso de tumoraciones sólidas por encima de 6cm o quísticas por encima de 8 cm se recomienda el tratamiento quirúrgico ya que es muy extraño que con este tamaño sean tumoraciones funcionales, siendo preciso su estudio histológico puesto que en el embarazo existe la posibilidad de tumoraciones malignas de ovario con un porcentaje de alrededor del 6%).

  1. Tumoración bilateral.
  2. Sospecha de tumor previo en el momento del parto.
  3. Sospecha de