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Úlceras y heridas tórpidas. Problema social en aumento

tratamiento quirúrgico (esclerosis de las varices, safenectomía, ligadura de las perforantes incompetentes, trasposición valvular,…)

En las úlceras venosas o de éxtasis hay que tener en cuenta que es muy importante dominar los edemas. Por lo general basta con un vendaje de compresión que se pueda retirar fácilmente. Su extensión abarcará desde la base de los dedos hasta el hueco poplíteo incluyendo el talón. Se colocará por la mañana y se retirará por las noches o cuando se está en decúbito. No se colocarán por tanto si el paciente está acostado todo el día. El tratamiento combinado de compresión y medio húmedo acelera la curación de las úlceras de la pierna en personas con insuficiencia venosa crónica.

En las úlceras arteriales o isquémicas y cuando la presión de perfusión distal a nivel maleolar está‚ por debajo de 40 mm/Hg. es imperativa la revascularización de la extremidad para la cicatrización y a veces no hacerlo pone en peligro la extremidad afectada.

No basta con creer que tal o cual cosa va bien para las heridas porque lo hayamos hecho varias veces y nos haya ido bien, ¡Hay que demostrarlo!

No olvidemos nunca que el organismo tiende a cicatrizar «a pesar de».

El frecuente desconocimiento del tratamiento de estas lesiones trae como consecuencia observar en estos enfermos el acumulo de diversos antisépticos y pomadas sobre las mismas; su evolución tórpida y cientos de amputaciones que se podrían haber evitado.

Estamos convencidos de que el tratamiento de estas lesiones tiene que ser llevado por el triángulo:

ENFERMERÍA – CIRUGÍA VASCULAR – ENDOCRINOLOGÍA

PREVENCIÓN Y CONSEJOS PRÁCTICOS

–                      Una de las actuaciones más importante es la movilización del paciente cada dos horas si él no puede hacerlo por sí mismo.

–                      Aconsejar a los pacientes conscientes postrados en cama y capaces de moverse que cambien de posición cada dos horas.

–                      Instruir a los pacientes confinados en sillas de ruedas que la parte posterior de sus muslos comparta la carga de soportar el peso y que se muevan de lado a lado cada quince minutos.

–                      A los pacientes débiles o inconscientes se les debe alzar con cuidado y dar la vuelta por medio de un equipo de asistencia o por al menos por dos personas.

–                      Evitar el arrastre y los pliegues de la ropa.

–                      Prestar gran atención en la higiene. La piel se debe mantener limpia y seca para evitar la maceración.

–                      Proteger las zonas de riesgo y evitarles la presión, peso y microtraumas.

–                      Prohibir los rayos solares, ultravioletas, infrarrojos, oxígeno y cualquier otro medio que favorezca la sequedad en los tejidos porque impiden la regeneración de los mismos.

–                      Hacer uso de dispositivos estáticos (cubiertas espumosas, colchón antiescaras, piel de cordero, soportes rellenos de gel, líquido o aire, materiales viscoelásticos,…) y dispositivos dinámicos (bomba eléctrica que controla el flujo de líquido o aire presente en el interior del sistema, distribuyendo de este modo alternativamente la presión sobre diferentes áreas del cuerpo,…)

–                      Masaje en la zona y alrededores con crema hidratante (No friegas de alcohol ni polvos de talco)

–                      Ejercicios activos o pasivos suaves.

–                      Mantener la ropa de la cama seca, suave, sin arrugas, ni dobleces ni cuerpos extraños.

–                      Control del metabolismo nitrogenado (albúmina sérica)

–                      Dieta hiperproteica y reposición si pérdidas.

–                      Ingesta abundante de líquidos.

–                      Propiciar un descanso suficiente. (La restauración celular y la curación de las heridas incrementan su actividad durante el sueño)

–                      Vigilancia del estado circulatorio estableciendo la presencia y amplitud de onda del pulso en las arterias pedia, tibial anterior y poplítea (también Doppler para saber si existe un problema isquémico de fondo. Pletismografía para determinar si ha existido previamente una trombosis venosa profunda)

–                      Evitar las prendas apretadas (calzado, cinturones, ligas, medias o calcetines que tengan bandas muy elásticas)

–                      Control de la glucemia practicando análisis frecuentes y manteniendo un equilibrio cuidadoso.

–                      Mejorar el apetito actuando sobre la soledad, el entorno poco agradable y la depresión y confinamiento en cama que conlleva la enfermedad.

–                      Control de temperatura corporal.

–                      Atención psicosocial: Explicando al paciente todos los procedimientos y medidas a tomar para que sea consciente de su necesidad e importancia. Los tratamientos ambulatorios permiten una precoz reincorporación al trabajo con sus favorables consecuencias psicológicas.

–                      Control de la tensión arterial.

Medidas no farmacológicas útiles para la hipertensión:

• Restricción de sal en la dieta (de 70 a 100 mEq/día)

• Reducción ponderal dentro del 15% del peso corporal ideal.

• Ejercicio aeróbico regular.

• Tratamiento de relajación.

• Suplementos de potasio, magnesio y calcio.

• Moderación en el consumo de alcohol (25 gramos/día)

• Reducción de la ingesta de grasas en la dieta.

–                      Examen diario y cuidadoso de los pies.

Protocolo del cuidado de los pies en general:

• Observar diariamente los pies buscando incidencias (roces, callos, arañazos, puntos de presión,…)

• Lavado minucioso diario de los pies, dedos,