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La valoración gerontológica: una herramienta básica enfermera en la atención al anciano frágil

Por lo que se procede a utilizar la escala de Yesavage para establecer diagnóstico diferencial entre un cuadro demencial y una depresión. Con una puntuación final de 7, indicador de depresión moderada. Que en comparativa con puntuaciones previas, muestra una ligera mejoría, por ello, pasamos a analizar pregunta por pregunta, y se encuentran respuestas negativas a las preguntas ¿se siente a menudo abandonado? y ¿siente que su vida está vacía?, que en años previos, puntuaban como afirmativas y que se han visto modificadas  tras pasar a vivir con su hija.

Valoración del área social:

Hombre, viudo desde hace 8 años, que vive en el domicilio de la hija; Mujer de 45 años, casada y con un hijo de 19 años que forma parte de la unidad familiar.  Los cuatro conviven en el mismo hogar desde hace dos años, momento en el que nuestro paciente, por su estado requiere de atención continua y de una vivienda más habilitada a sus necesidades. (En su domicilio previo, no disponía de ascensor, ni calefacción central y tenía cocina de butano, como aspectos limitantes y de riesgo a destacar).

El propio paciente verbaliza agradecimiento a su familia, siente apoyo incondicional por parte de su hija, lo que despierta a su vez, sentimientos de culpabilidad en él.

Se valora a través de la escala de Zarit, en su versión abreviada, el rango de sobrecarga de la hija. La puntuación es de 19, indicador de sobrecarga intensa,  que la propia persona recalca como la sensación de haber desatendido al resto de su familia (esposo e hijo), y restando valor, al hecho de carecer de tiempo para ella.

Familiar, Social, Cultural y Económicamente reforzado, no se objetivan carencias en ese aspecto, y encontramos la figura de un cuidador principal, referente continuo de nuestro paciente, sobre quién debemos prestar especial atención, apoyo y alternativas.

Intervención:

Se pondrá en marcha un programa de prevención de úlceras por presión, dada la poca movilidad que presenta el anciano y los largos períodos de sillón-cama, incluyendo unas pautas higiénicas, de hidratación y control de humedad por uso de pañal y diagnóstico de incontinencia, y extremando el cuidado en las zonas de prominencias óseas y pliegues.

Se objetiva la necesidad de un plan de movilización y pautas ergonómicas para paciente y cuidador, dirigidas a disminuir o frenar la dependencia actual del paciente, con pequeñas recomendaciones en sistemas de apoyo y agarre, y consejos de movilización, carga y transferencias para ambos. Se recomienda colocar una alfombra de caucho antideslizante en el suelo de la bañera y hacer instalar una barra de apoyo.

Para finalizar la intervención, resaltar que es imprescindible mantener esta red de apoyo, protegerla y reforzarla, dada la dependencia que presenta el paciente, y la mejora experimentada en otros aspectos, al vivir en el domicilio de la hija. Por ello, se da aviso al trabajador social del centro, para que valore y estudie el caso, ante la posibilidad de obtener servicios de ayuda a domicilio o de apoyo al cuidador y a la espera de su respuesta, se mantendrá una estrecha comunicación y una evaluación continua y global del paciente por parte del equipo multidisciplinar del centro.

La valoración integral nos permita abordar la atención del paciente desde las cuatro esferas, y reflejar las necesidades identificadas, con el objetivo de determinar los elementos actuales, predecibles y cambiantes de la evolución del paciente y garantizar el uso apropiado de recursos.

BIBLIOGRAFÍA:

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