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Vivir con dolor

llevó consigo un  desgaste de los dientes importante.

AFRONTAMIENTO DE LA NUEVA SITUACIÓN:

El diagnóstico, al contrario de lo que podría pensar en un primer momento, para mí fue un alivio. ¡Sabía por fin la enfermedad que tenía! (creía que era alguna otra enfermedad más grave…). Aunque me costó asimilar esta enfermedad, llegó un día en que después de muchas noches sin dormir y viendo como mi vida cambiaba y que iba a estar limitada, decidí tirar para delante, viviendo con mis dolores pero sabiendo que ya formaban parte de mi, y debía aceptar vivir con ellos, no sin antes probar otras terapias alternativas para reducir en lo posible estos dolores crónicos que aunque no matan, merman la felicidad de cualquier persona por fuerte que uno se quiera hacer.

EN BÚSQUEDA DE TERAPIAS ALTERNATIVAS:

Si algo ha marcado mi vida de unos años a esta parte, es el peregrinaje por diferentes profesionales. Ante la no respuesta de la medicina tradicional a mi dolencia unida con la desesperación por curarme, recorrí varias ciudades en busca de esos otros tratamientos de lo más variopintos, por cierto.

Antes de estar diagnosticada de FM, ya había visitado en primer lugar a un curandero (no creo mucho en esas terapias,  pero en aquel momento estaba desesperada). Hice un tratamiento de acupuntura en otra ciudad y acudía a la terapia unas 36 veces (recuerdo el numero perfectamente) – Se ríe.  Pero estaba en las mismas, el dolor lumbar mejoraba pero seguía con insomnio, bruxismo nocturno, dolores, rigidez, cansancio… etc, con lo cual, al poco tiempo, dejé ese tratamiento.

Ya después del diagnóstico de FM, viajé junto a mi marido a Logroño. Allí me sometí a un tratamiento con ozono. En un principio noté bastante mejoría. Fui muchas veces; primero semanalmente, luego quincenal, mensual y trimestral. Pero llegó un momento que la mejoría pareció estacionarse y no ir a más, asi que dejé de ir. Además económicamente me resultaba muy costoso.

También nos hablaron de un practicante en Extremadura, asi que decidimos recorrernos media España y visitarlo. Este hombre realizaba una técnica quemando la oreja. Con ese tratamiento no he vuelto a tener ciática con irradiación a la pierna, cosa que me vino muy bien ya que tenía  periodos en los  que la ciática me acobardaba.

RECAÍDAS:

Después de todo este peregrinaje de medicinas alternativas, acudí  a una reumatóloga de mi ciudad perteneciente a la seguridad social  que me dijo que si sabía lo que tenía para qué volvía a consulta. ¡Me quedé de piedra! Meses después fui a otro reumatólogo en otra ciudad cercana a la mía, pedí consulta, otra vez estaba en las mismas. Volver a repetir pruebas. En ese momento, como tratamiento me recomendó tomar Nobritol Forte.  Ese tratamiento me fué muy bien y  noté mejoría.

COMO HA AFECTADO LA ENFERMEDAD EN MI VIDA FAMILIAR SOCIAL Y LABORAL:

¿Cómo afecta esta enfermedad a nivel personal? Pués depende de muchas cosas (se queda pensativa). En un principio dices: ¿porqué a mi? El carácter y la forma de afrontar las cosas me cambiaron, nunca he vuelto a ser la misma, pero con el tiempo, he aprendido a adaptarme a mi situación e intentar buscar alternativas para mejorar mi calidad de vida.

¿A nivel social? Al principio cualquier comentario te afecta porque el que no tiene esta enfermedad no la comprende ni sabe lo mal que se pasa. Sólo te ven cuando vas por la calle y los comentarios más corrientes eran del tipo: «Chica, ¡si no se te nota nada!» ó » no será para tanto», «¡eso será cuentitis!».  Y alguno más desagradable… Con el tiempo aprendí a pasar de todos esos comentarios y logré que no me afectaran tanto.

Con respecto a mi familia, nunca me he aprovechado de la situación. Yo he intentado llevar  normalidad tanto en la vida familiar como doméstica y de trabajo, además de seguir manteniendo relación con los amigos, y hacer el  esfuerzo de salir aunque no me apeteciera.

Hay temporadas en que ni mi  voluntad ni mis  fuerzas me dejan ser como soy  y el carácter me  cambia, la tristeza y el genio afloran sin que se  pueda evitar. Estar siempre con dolores y limitaciones en la  vida diaria es duro. En esos momentos ahí está mi marido y mis hijos para apoyarme  y comprenderme.

A nivel laboral, yo era cartera y repartía diariamente en moto. Tuve que pedir cambio de puesto. El simple hecho de bajar el pedal de la moto para aparcar me costaba un mundo; llevar el ritmo de trabajo era imposible. En la actualidad, trabajo de administrativa, en otro Ministerio.

COMO ME HE SENTIDO TRATADA POR PROFESIONALES

He conocido a muchos. La mayoría son profesionales, amables y respetuosos con tu situación. Sólo en una ocasión me sentí mal cuando fui a una Dra. reumatólogo. Algunos de estos médicos me aconsejaron  que solicitara la jubilación hace años, pero yo no quise, porque me iba a sentir más limitada y sabía que estar jubilada no iba a ser beneficioso para mí.

PRONÓSTICO:

De octubre a mayo es la temporada en la que estoy más floja. Suelo tener crisis en la que los dolores se acentúan: duermo peor, no tengo energía… etc pero me tomo algo de medicación para el dolor y algún relajante y lo voy capeando como puedo. También es verdad que si mi trabajo fuera de más esfuerzo físico, casi seguro que no podría realizarlo.

REFLEXIONES FINALES:

Hay que aceptar la enfermedad, vamos a vivir y convivir con ella. El dolor va a formar parte de nuestra vida; tendremos recaídas y las superaremos. Pienso que esos momentos malos pasan, aunque seguramente volverán. Que es duro, sí, pero que hay que tirar para delante. Mirar atrás…. ¡ni para coger impulso!

RESULTADOS:

Se observa un cambio importante de carácter debido a la enfermedad.

Se deja de creer en la medicina.

Desesperación por curarse o aliviar el dolor.

Resignación.

Afrontamiento y renovación.

DISCUSIÓN  Y CONCLUSIONES:

Diría que la paciente a lo largo de estos años ha pasado por una serie de etapas bien diferenciadas dentro de su relato. En un principio experimentó un cambio en su carácter. Pasó de ser una persona alegre y extrovertida, a ser una persona muy seria y sin sentido del humor. Otra etapa considero que fue la desilusión con la medicina tradicional al no encontrar diagnóstico sobre su enfermedad. Fue sometida a numerosas pruebas y ningún