Detección temprana del cáncer gástrico en población con factores de riesgo: revisión bibliográfica
Autora principal: Tannya Valesska Solano Jiménez
Vol. XX; nº 16; 888
Early detection of gastric cancer in populations with risk factors: a literature review
Fecha de recepción: 19 de julio de 2025
Fecha de aceptación: 21 de agosto de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 16 – Segunda quincena de Agosto de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 16; 888
Autores:
Tannya Valesska Solano Jiménez, Médico general, Investigador independiente. San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0000-8653-4748 Código médico 19567
Jimena Delgado Montealegre, Médico general, Investigador independiente. San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0000-5974-0685 Código médico 19519
Noelia Meseguer Bermúdez, Médico general, Investigador independiente. San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0004-0794-3500 Código médico 19557
Angie Gabriela Sánchez Villalobos, Médico general, Investigador independiente. San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0007-1193-5185 Código médico 19415
María Victoria Barboza Castro, Médico general, Investigador independiente. San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0002-6289-7020 Código médico 19554
Carlo Magno Ruiz Blanco, Médico general, Investigador independiente. San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0006-6326-7038 Código médico 19504
Resumen:
El cáncer gástrico es un crecimiento anormal de las células de la pared del estómag y es una de las principales causas de mortalidad por neoplasias a nivel mundial. Es una patología multifactorial, por lo que existen factores de riesgo no modificables como el sexo masculino, la edad avanzada y antecedentes heredofamiliares; y factores de riesgo modificables, como dieta poco saludable, tabaquismo, obesidad, ocupaciones de riesgo, cirugías gástricas previas y consumo de agua contaminada. La infección por H.pylori es el principal factor de riesgo, clasificado como un carcinógeno definitivo: sin embargo, con las mejoras en el saneamiento e higiene, su incidencia ha disminuido. Los síntomas iniciales suelen ser muy inespecíficos, como el dolor abdominal, dispepsia, náuseas, entre otros; lo que retrasa el diagnóstico definitivo. Indicadores de enfermedad avanzada incluyen la pérdida de peso, anemia y signos como el nódulo de Virchow. El tamizaje se recomienda en personas con alto riesgo a partir de los 50 años, con métodos como la endoscopía digestiva superior, niveles de pepsinógenos, serologías para H.pylori. El diagnóstico temprano es fundamental para un mejor pronóstico así como el adecuado tratamiento precoz.
Palabras clave:
Cáncer gástrico, factores de riesgo, manifestaciones clínicas, H.pylori, diagnóstico, prevención y tratamiento.
Abstract:
Gastric cancer is an abnormal growth of cells in the stomach wall, which can eventually invade other organs and cause metastasis. It is histologically classified according to the Lauren classification into three types: intestinal, diffuse, and indeterminate. It is a multifactorial disease, with non-modifiable risk factors such as male sex, advanced age, and family history; and modifiable risk factors such as an unhealthy diet, smoking, obesity, high-risk occupations, previous gastric surgeries, and consumption of contaminated water. Helicobacter pylori infection is the main risk factor and is classified as a definitive carcinogen; however, with improvements in sanitation and hygiene, its incidence has decreased. Initial symptoms are often very nonspecific, such as abdominal pain, dyspepsia, nausea, among others; which delays definitive diagnosis. Indicators of advanced disease include weight loss, anemia, and signs such as Virchow’s node. Screening is recommended for high-risk individuals starting at 50 years of age, using methods such as upper gastrointestinal endoscopy, pepsinogen levels, serology for H. pylori. Early diagnosis is fundamental for a better prognosis as well as appropriate early treatment.
Keywords:
Gastric cancer, risk factors, clinical manifestations, H. pylori, diagnostic, prevention, treatment
Introducción
El cáncer gástrico se define como una enfermedad neoplásica que se localiza en las paredes del estómago, por debajo de la unión cardioesofágica1. Esta es una de las neoplasia malignas más comunes en el mundo, anteriormente se reportaba como la segunda neoplasia con más mortalidad2; sin embargo, se ha documentado que su frecuencia ha disminuido en los últimos años, actualmente ocupando el puesto número cuatro de causas de muerte por cáncer3. Se han encontrado nuevos datos que sugieren que la incidencia ha disminuido globalmente en distintos países en donde la prevalencia de la infección por H.pylori ha reducido4. En Costa Rica, la neoplasia gástrica ocupa el quinto lugar de incidencia y la tercera causa de muerte5.
A pesar de los avances diagnósticos y tratamientos, la mayoría de los casos se diagnostican een etapas avanzadas, lo que limita significativamente las posibilidades de supervivencia. En este contexto, es indispensable identificar de manera oportuna a las poblaciones de riesgo, reconocer sus signos y síntomas de alarma, y aplicar estrategias de tamizaje eficaces para la detección temprana de esta neoplasia. Este artículo tiene como propósito principal compilar, analizar y aportar evidencia relevante y actualizada que facilite el fortalecimiento del abordaje temprano en atención primaria.
Objetivo
El objetivo de este estudio es lograr identificar los principales factores de riesgo predisponentes para esta enfermedad a nivel mundial, así como describir la presentación clínica, estudios que se pueden realizar para un tamizaje adecuado y por último revisar los métodos diagnósticos y los posibles tratamientos para mejorar la supervivencia de los pacientes con esta patología.
Materiales y métodos
Para la elaboración de esta revisión se realizó una gran búsqueda de artículos y se utilizaron distintas fuentes bibliográficas primarias y secundarias, obtenidas a través de la búsqueda en diferentes bases de datos científicas reconocidas como Google Scholar, PubMed, Scielo y New England Journals. Se incluyeron estudios publicados entre los años 2020-2025 en inglés o español, utilizando las palabras clave como: cáncer gástrico, factores de riesgo, manifestaciones clínicas, H.pylori, diagnóstico, prevención y tratamiento.
Resultados
Inicialmente, se identificaron 30 artículos en inglés y español, de los cuales se excluyeron 14 artículos que carecían de datos relevantes para el estudio y por resumenes poco claros. Finalmente, se seleccionaron 16 artículos que cumplieron con los criterios de inclusión anteriormente mencionados.
Desarrollo del tema
El cáncer gástrico es un crecimiento desordenado y atípico de las células de la pared gástrica, que posteriormente, cuando la enfermedad avanza, las células malignas adquieren la capacidad de invadir vasos sanguíneos y órganos vecinos, facilitando la metástasis. Aún se utiliza, desde 1965, la clasificación de Lauren, en la cual se catalogan en distintos subtipos histológicos. Primeramente, el tipo intestinal, que es el más común, se caracteriza por glándulas visibles y se asocia con la metaplasia de la mucosa gástrica y la infección por H.pylori. El subtipo difuso, que se origina de la mucosa gástrica normal, posee células de anillo de sello y glándulas que se infiltran de manera difusa en la pared gástrica. Por último, existe un tercer subtipo indeterminado6.
La mayoría de los cánceres de estómago, un 95%, son adenocarcinomas lo que implica que la neoplasia se originó en el tejido glandular que reviste el interior del estómago. El 5% restante corresponde a otros tipos de tumores cancerosos, que incluyen el linfoma, el sarcoma gástrico y tumores carcinoides6. La mayoría se localiza en el antro pilórico; el 13% en la curvatura menor; menos del 10 se localiza en la región del cardias; y un 6% se infiltran difusamente en todo el estómago7.
Factores de riesgo
Es importante identificar los factores de riesgo que pueden presentar los pacientes, tanto los modificables como los no modificables. Entre los factores de riesgo no modificables tenemos el sexo, la edad y los antecedentes heredofamiliares. En cuanto al sexo se ha identificado que los hombres presentan mayor incidencia de esta patología, y respectos a la edad, se ha observado que las personas mayores de 60 años presentan más riesgo de desarrollar la enfermedad8.
Entre los factores de riesgo modificables se encuentran la alimentación, el consumo de tabaco, cirugías estomacales previas, ciertas ocupaciones, obesidad, colesterol alto, entre otros8. Se ha documentado que las personas con dietas ricas en alimentos ahumados, salados, encurtidos, carnes procesadas y alimentos ricos en nitritos y nitratos, además, de una reducida ingesta de frutas y verduras tienen mayor probabilidad de desarrollar cáncer gástrico6, 9. Los fumadores tienen alrededor del doble de riesgo de desarrollar esta neoplasia, debido a que se promueve un daño celular y, por ende, un estado de inflamación crónica que puede llegar a desencadenar cambios en las células y así aumentar el riesgo de replicación celular inadecuada. También, un estudio encontró que el consumo de agua proveniente de fuentes sin medidas de saneamiento adecuadas pueden aumentar el riesgo de cáncer gástrico8. Las cirugías estomacales previas corresponden a un factor de riesgo debido a que, al extraer parte del estómago, se produce menos cantidad de ácido gástrico, lo que facilita la proliferación de bacterias productoras de nitritos y, por ende, un aumento del reflujo1. Además, parece que ciertas ocupaciones, como las de trabajadores en industrias de carbón, metal y hule, pueden estar relacionadas a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de estómago al estar en contacto prolongado con sustancias cancerígenas6. La obesidad también es un factor de riesgo. Aunque su fisiopatología no se comprende en su totalidad, hay distintas teorías propuestas, como el aumento del reflujo gastroesofágico debido a la grasa abdominal, la producción endógena de hormonas (insulina y el factor similar a la insulina) que aumentan la proliferación celular y la apoptosis, favoreciendo así un estado preneoplásico. Asimismo, se reconoce que la obesidad es un estado proinflamatorio, en el que aumentan las citoquinas, como lo es el TNF y la IL-6, que favorecen la carcinogénesis10.
La infección por H.pylori está catalogada como carcinógeno definitivo del adenocarcinoma de tipo intestinal, por lo que se considera la principal causa de cáncer gástrico. Es una bacteria Gram-negativa que puede crear una mala respuesta maladaptativa en la mucosa gástrica, creando un ambiente pro-oncogénico en personas genéticamente susceptibles, e inducir a la atrofia, metaplasia, displasia y, finalmente, cáncer10, 11. Se ha observado una importante disminución en la prevalencia de esta infección debido a la mejora del nivel socioeconómico, el acceso a suministros de agua potable, el mejor saneamiento y una mejor higiene. Además, en países como Japón se han implementado medidas para erradicar esta bacteria6.
Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas al inicio de la enfermedad son generalmente muy inespecíficas. Las más importantes que podrían presentar los pacientes incluyen dolor abdominal, dispepsia, disfagia, náuseas, saciedad temprana y epigastralgia. Los pacientes pueden referir que estos síntomas estaban presentes desde hace 6 a 12 meses. Es primordial tener en cuenta el tiempo de evolución de los síntomas, ya que un diagnóstico tardío influye directamente en la mortalidad y la sobrevida que puede tener el paciente, incluso con tratamiento óptimo2.
Asimismo, existen signos de alarma que nos pueden indicar con mayor certeza una enfermedad avanzada, como lo es la pérdida de peso y la anemia ferropénica. Si se presenta diseminación ganglionar, podríamos observar signos característicos como lo es el ganglio supraclavicular izquierdo, comúnmente conocido como nódulo de Virchow, que indica enfermedad metastásica. También podrían encontrarse un nódulo periumbilical (nódulo de la hermana Mary Joseph) o un nódulo axilar izquierdo afamado como nódulo irlandés. Además, si hay diseminación peritoneal, se pueden identificar hallazgos como un ovario aumentado de tamaño (tumor de Krukenberg) o una masa en el fondo de saco durante el tacto rectal (signo de plataforma/escudo de Blumer), que ocurre como consecuencia de la diseminación a distancia del carcinoma gástrico4,5,12.
Tamizaje
El tamizaje se puede realizar por distintos métodos, ya sea tamizando grandes poblaciones o dirigido a personas con mayores factores de riesgo. Algunos métodos conocidos son la endoscopía digestiva superior, la medición de pepsinógenos, la serología para la detección de Helicobacter pylori, la gastrina y los estudios de fotofluorografía. Según una guía Japonesa, las endoscopías digestivas superiores deberían de iniciarse a partir de los 50 años, con revisiones periódicas cada 2-3 años en pacientes con alto riesgo de desarrollar esta neoplasia, como en aquellos con atrofia gástrica o metaplasia intestinal. Estas endoscopias permiten observar el aspecto morfológico de las lesiones y nos permite tomar una biopsia para un diagnóstico definitivo13,14. El pepsinógeno sérico refleja indirectamente la secreción gástrica. Hay dos tipos: el tipo I, producido en el cuerpo del estómago, y el tipo II, que se produce en el cardias, píloro y glándulas de Brunner. Normalmente, la gastritis atrófica provoca disminución del tipo I, mientras que la tipo II se mantiene estable. Por tanto, una relación disminuida entre el pepsinógeno sérico I/II se considera un factor de riesgo para el cáncer gástrico. Si se combina con una serología negativa de H.pylori, indica que la atrofia es tan significativa que ya no es un ambiente apropiado para que la bacteria sobreviva. Otros métodos, como la grelina sérica disminuida, también indica atrofia e inflamación crónica, lo que representa mayor riesgo para desarrollar la neoplasia. La gastrina 17 es una hormona sintetizada por las células G de la región antral del estómago, encargada de estimular la secreción de ácido gástrico; por lo tanto, si el paciente presenta atrofia generalizada, sus niveles pueden estar disminuidos o normales. Sin embargo, cuenta con baja sensibilidad, por lo que no se considera aceptable como prueba de tamizaje10, 13.
Diagnóstico
Al haber una efectiva escogencia de los grupos poblacionales que se deben tamizar de manera precoz, se podrá realizar en mayor cantidad de pacientes un diagnóstico temprano de la enfermedad. Esto tomando en cuenta también a los pacientes con un diagnóstico más tardío, entendiendo que entre más tarde se detecte el cáncer, peor pronóstico suele presentar debido a lo avanzado que puede estar su estadio.La endoscopia digestiva superior, también conocida como gastroscopia o esofagogastroduodenoscopia es el primer estudio que debe realizarse para determinar la presencia de cáncer gástrico al permitir visualizar las paredes gástricas. Se debe tomar en consideración la importancia de la preparación adecuada del paciente antes de realizar la endoscopia digestiva superior, ya que, en caso de realizarlo adecuadamente, mantendremos la sensibilidad deseada de la prueba. El uso de antimucolíticos y antiespumantes, permiten mejorar la visibilidad de la mucosa permitiendo que el endoscopista tome mejores muestras de ser necesario y optimiza el tiempo de duración del estudio. Se utilizan medicamentos antiperistálticos como lo es el butilbromuro de hioscina o glucagón para disminuir los movimientos peristálticos que impidan una vista adecuada de la pared gástrica. La insuflación óptima de la cámara gástrica se debe de tomar en cuenta con un promedio de 10 mm Hg, para proporcionar una expansión adecuada. El tiempo de visualización debe de contar con una duración mínima de 7 minutos entre la intubación hasta la extubación del endoscopio con mejores resultados entre más minutos se sumen a la evaluación. El endoscopista debe de ser detallista tomando en cuenta los puntos ciegos con adecuada fotodocumentación de las zonas del tracto digestivo superior estudiadas14.
Al realizar la endoscopia se puede sospechar de una lesión maligna al encontrar úlceras de bordes irregulares con paredes de mayor grosor, decoloración de la mucosa gástrica o una distribución asimétrica del color, mucosa macroscópicamente irregular, pliegues gástricos confluentes, estrechos o con interrupciones súbitas, patrón irregular de la microvasculatura, también puede haber opacidad, pérdida de brillo de la mucosa o sangrados espontáneos; siendo estos algunos hallazgos sugestivos de neoplasia, no obstante, no son suficientes para determinar un diagnóstico definitivo. El 5% de las úlceras con apariencia benigna, son malignas al momento de realizar la biopsia, por lo que aun cuando no sea alta la sospecha de malignidad al momento de analizar la morfología, se debe de hacer una evaluación completa del escenario clínico del paciente para no perder ese porcentaje de pacientes14, 15.
Posterior a identificar sitios de lesión, la endoscopia permite la toma de muestras para realizar una biopsia, así confirmando los componentes celulares al realizar el estudio histopatológico. Entre mayor número de muestras, mayor sensibilidad de la prueba, así como preparación adecuada y visualización óptima de puntos ciegos y tiempo de duración, llegando a una sensibilidad del 98%. En todo paciente en el que haya alta sospecha de cáncer gástrico o los cuales ya cuenten con diagnóstico definitivo, deben contar con una tomografía computarizada con doble medio de contraste (oral e intravenoso), para buscar signos de metástasis a tórax, abdomen, pelvis y/o cabeza. Otro estudio para evaluar la profundidad del cáncer gástrico es la ecografía endoscópica la cual permite medir en qué capa del estómago se encuentra la lesión, para así poder clasificarlo como un tumor limitado a la submucosa (T1), capa muscular (T2) o de mayor invasión (T3,T4). Se puede utilizar estudios de imagen de medicina nuclear como lo es la tomografía por emisión de positrones para contemplar metástasis ocultas, respuesta al tratamiento y progresión de la enfermedad15.
Manejo y tratamientos
Para el manejo y tratamiento de esta patología, debemos de tener en cuenta que contamos con distintas opciones; sin embargo, estas se ajustan a las circunstancias de cada paciente. Primeramente, abordaremos el manejo quirúrgico, el cual depende del estadio del tumor, su localización y la condición general del paciente. Este procedimiento constituye la única modalidad con potencial curativo, tanto cuando se diagnóstica precozmente como en etapas avanzadas2. Este abordaje quirúrgico se puede realizar como una gastrectomía, que implica la resección del estómago con el objetivo de extirpar el tumor junto con márgenes de tejido sano (4 cm o más) y realizar una resección de los ganglios linfáticos involucrados. Según la localización del tumor será la cirugía que se realizará ya que existen las gastrectomías parciales, totales, linfadenectomías y laparoscópicas que utilizan técnicas mínimamente invasivas y por lo tanto menos complicaciones9, 16. Además, existe la posibilidad de que aunque exista la opción de una cirugía, el tumor sea irresecable ya sea por que el paciente padece de comorbilidades graves, que el cáncer esté avanzado con infiltración de la raíz del mesenterio o que haya un ganglio linfático paraaórtico muy sospechoso en estudios de imagen o confirmado por biopsia, si hay invasión o encapsulamiento de las principales estructuras vasculares o si el paciente presenta metástasis a distancia o siembra peritoneal (citología peritoneal positiva)16.
A pesar de que el manejo quirúrgico se cataloga como curativo, la adición de quimioterapia ya sea pre (neoadyuvante), post (adyuvante) o perioperatoriamente ha agregado un beneficio de supervivencia de los pacientes. En cuanto a la quimioterapia se utilizan agentes citotóxicos, incluyendo la fluoropirimidina, el platino y los taxanos y el irinotecan que son el tratamiento principal en el cáncer gástrico avanzado. También, de manera neoadyuvante se puede utilizar la quimioterapia con 5-fluorouracilo y cisplatino o la radioterapia ya que esto mejora significativamente la supervivencia en pacientes con adenocarcinoma avanzado de estómago y esófago inferior. Asimismo, existe la adyuvancia perioperatoria con terapias dirigidas como terapias anti-HER2 y anti-factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) como tratamientos estándar para el cáncer avanzado en primera y segunda línea, respectivamente; sin embargo, actualmente aún está bajo investigación al igual que los inhibidores de la tirosina quinasa (TKI), como el Imatinib y Sunitinib16.
Conclusiones
El cáncer de estómago es aún una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo, al ser de origen multifactorial es fundamental poder identificar los factores de riesgo que predisponen esta condición, destacando la infección por H.pylori, así como las presentaciones clínicas más frecuentes y sus signos de alarma, para determinar los pacientes que requieren tamizaje y más estudios con el fin de iniciar un abordaje temprano de la enfermedad.
El diagnóstico temprano del cáncer gástrico permite un pronóstico significativamente más favorable para el paciente, evitando mayores complicaciones y evoluciones mortales, comprendiendo que en sus etapas avanzadas el cáncer gástrico suele ser de manejo paliativo. Se debe de aumentar la investigación latinoamericana enfocada a cáncer gástrico, ya que se presenta como una neoplasia con alta mortalidad y mayormente estudiada en población caucásica. De esta manera se delimita la evolución natural de la enfermedad en esta población geográfica, evaluando su entorno multifactorial.
De igual manera, las poblaciones en condición de vulnerabilidad económica cuentan con mayor dificultad en la accesibilidad de un tamizaje efectivo y por tanto, un diagnóstico más tardío por lo que deben ser tomadas en consideración como una limitante. La falta de recursos para dar un seguimiento adecuado en la población de alto riesgo, suele llevar a una barrera para el manejo precoz de esta condición, esto contrastando con países de altos ingresos en donde las personas cuentan con estrategias de tamizaje, diagnóstico y tratamiento más rápidas, accesibles y con mayor cantidad de opciones terapéuticas.
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