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Sexualidad masculina y embarazo: la salud sexual del hombre durante el embarazo de su pareja

Sexualidad masculina y embarazo: la salud sexual del hombre durante el embarazo de su pareja

Autor principal: Francisco Javier Fernández Carrasco

Vol. XIV; nº 9; 114

Aunque la sexualidad durante el embarazo es un tema que está bastante estudiado en las mujeres, es un tema poco investigado en la población masculina.

Fecha de recepción: 9/04/2019

Fecha de aceptación: 17/05/2019

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIV. Número 9 – Primera quincena de Mayo de 2019 – Página inicial: Vol. XIV; nº 9; 114

AUTORES

Francisco Javier Fernández Carrasco, Urbano González Mey, Cristina Rueda Naranjo.

RESUMEN

Los estudios que se han hecho durante la gestación se centran las mujeres, dejando un poco de lado al otro miembro de la pareja, o mejor dicho, sobreentendiendo que la sexualidad en este periodo de la vida tiene que ser igual para los dos miembros de la pareja.

Aunque Master y  Jhonson se empeñaran en explicar el paralelismo de la respuesta sexual humana en hombres y en mujeres se ha demostrado que difieren. Por lo tanto no se puede tratar la sexualidad del hombre durante el embarazo de forma complementaria a la de su compañera.

Este estudio pretende indagar en la realidad de la salud sexual de los hombres cuando sus parejas están embarazadas. Se trata de ver si hay cambios en el deseo, en la satisfacción sexual,  si  hay algún cambio de prácticas sexuales con respecto a antes del embarazo, o si tienen algún temor a la hora de practicar sexo.  Todos estos factores, pueden diferir bastante si los medimos en sus mujeres, ya que la psicología masculina no es igual que la femenina.

INTRODUCCIÓN

“La sexualidad inunda la vida del hombre pasando a ser la dimensión fundamental de su existencia y una de sus más importantes características diferenciadoras respecto a los demás seres vivos. La sexualidad, junto al lenguaje y a la habilidad manual, contribuyó poderosamente al desarrollo del neocórtex, y a la vez este neocórtex, que tiene la capacidad para la elaboración de procesos intelectuales complejos y de fantasías y para imaginar,  inventar, etc.,  influirá decisivamente  sobre esta sexualidad siendo su gran enriquecedor, a veces, y otras muchas su gran inhibidor, pero si la vista tiene un papel fundamental en esta evolución, el tacto es el principal protagonista.

La piel humana es la piel más sensible de todos los mamíferos, Porque es la que mayor cantidad y variedad de corpúsculos sensitivos tiene. En tan solo 2,5 cm2 de piel humana hay 1300 células nerviosas. Cada una de las yemas de los dedos tiene unos 100 receptores nerviosos.

El hecho de tener la piel más sensible significa que durante la evolución del ser humano hubo un largo periodo durante el cual el contacto piel a piel fue intenso y cotidiano y esto está en total sintonía con una intensa vinculación afectiva, con una sexualidad más allá de lo meramente procreativo, con una fuerte necesidad de intimidad y con una respuesta sexual independiente  de los periodos de celo.”  (1)

“Históricamente, al varón se le prepara para la convivencia social, se magnifica su virilidad, se sobreexige un determinado comportamiento sexual, se reduce la expresión de sus sentimientos, se estimula su libertad, se refuerza su entrenamiento en el sexo, pero nunca se piensa en qué piensa el hombre con la llegada de un hijo. Poco se prepara al hombre para las vivencias y responsabilidades de este evento vital, se pierde de vista la educación y preparación para la paternidad.

Durante la gestación al hombre se le excluye de este proceso, ya que se considera como espacio femenino, sin tener en cuenta que él también formó parte de su génesis.

Al llegar la gestación al futuro padre se le felicita y se le considera fuera del juego durante los nueve meses restantes. Se le pregunta siempre por la salud de su esposa, y después del parto por el recién nacido, y él ¿qué?.” (2)

“El afrontamiento de la gestación se lleva a cabo de diferente manera en hombres y en mujeres, y afecta la vida y la sexualidad de forma distinta según el sexo.” (1)

“Durante el  primer trimestre, las mujeres pueden experimentar síntomas físicos y psicológicos que pueden afectar el interés sexual. La aprensión acerca del embarazo y estilo de vida cambiante y los roles, junto con síntomas físicos como náuseas, vómitos y fatiga, pueden provocar  una disminución del  deseo sexual.  También pueden quejarse de calambres después del coito, dolor de espalda, y sensibilidad en los senos. Estos síntomas pueden conducir a las parejas a creer  que las relaciones sexuales no son seguras”. (3)

“Los cambios fisiológicos del embarazo causan congestión pélvica,  aumento de la lubricación vaginal, fluctuaciones hormonales,  crecimiento abdominal  y cambios en los senos. Estos cambios pueden producir síntomas pueden disminuir el deseo sexual en la pareja.

Durante el embarazo, los cambios tienen lugar en las fases de la respuesta sexual. La fase de excitación puede ser acortada debido a la mayor vascularización genital. Los senos pueden estar sensibles, y la mujer puede reaccionar al contacto físico de distintas formas, bien con entusiasmo o bien intentando evitar las relaciones. La fase de meseta puede ser fácilmente alcanzada.”  (4)

“El segundo trimestre a menudo se caracteriza por una sensación general de bienestar, lo cual puede resultar en un aumento del interés sexual. La pareja tendrá que ser consciente de que la mujer puede llegar a ser introvertida y pasiva, que puede ser confuso para su pareja.” (3)

“Los problemas típicos durante el segundo trimestre son  la dispareunia, cambios en las actividades debido a la ampliación del abdomen y una disminución de interés debido a los movimientos fetales. La pareja masculina puede tener miedo de dañar al feto, o puede ser despertada por los cambios en la apariencia de la mujer.” (5)

 Las mujeres embarazadas experimentan con frecuencia  emociones inestables  que pueden afectar a sus relaciones.

La dispareunia puede deberse a infecciones del tracto urinario, problemas con la lubricación, la presión del  abdomen, o a las molestias que siente cuando el pene empuja contra el cuello del útero durante el coito.

El acto sexual no tiene por qué ser evitado a menos que la mujer tenga algún factor de riesgo que lo contraindique.

Para algunas mujeres, el interés sexual puede disminuir durante el tercer  trimestre, mientras que otros pueden sentir que se mantienen en un constante estado excitación.  Puede ocurrir un  aumento de la frecuencia en el logro del orgasmo debido al aumento de la tensión sexual”. (6)

“En este trimestre, muchas mujeres se perciben como poco atractivas, y algunas creen que sus parejas han perdido interés hacia ellas. El coito puede ser incómodo y dispareunia puede ocurrir con frecuencia.

En el hombre, los  pensamientos acerca de tener relaciones sexuales  con «una madre» puede disminuir el deseo sexual.  Por otro lado el feto puede parecer un intruso en la relación sexual de pareja.

La disminución de la frecuencia en las relaciones sexuales  pueden deberse  la dispareunia que presenta la mujer, así como de los temores de la pareja de lesionar el feto durante el coito, la posibilidad de  parto prematuro, y sentir la presencia del feto como una tercera persona.” (5)

“En las parejas sin complicaciones en el embarazo, la actividad sexual puede continuar tanto como se desee hasta la ruptura amniótica de membranas hasta que comience el trabajo de parto.  En embarazos a término, el coito, se puede recomendar para estimular el trabajo de parto debido a la gran cantidad de prostaglandinas que contiene  el semen.” (7)

HIPÓTESIS DE LA INVESTIGACIÓN

Durante el embarazo se producen alteraciones de la sexualidad de la pareja que afectan al deseo y la satisfacción y se producen miedos a dañar al feto.

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

Objetivo general:

– Estudiar la sexualidad de los hombres durante el  embarazo de su pareja.

Objetivos específicos:

–  Analizar los cambios en el deseo sexual debido al embarazo de la pareja.

– Describir los cambios en la satisfacción sexual  durante la gestación de su pareja.

– Analizar los miedos que el hombre pueda tener a dañar al feto durante el embarazo de la pareja.

– Describir los cambios en las posturas para practicar coito como adaptación al embarazo.

–  Describir prácticas sexuales de las parejas durante la gestación.

PERSONAS Y MÉTODO

Tipo de estudio:

 Estudio  descriptivo transversal

Muestra:

Mediante el programa sample size calculator, y partiendo de una población  total de 1029 embarazos normales,  aplicando un nivel de confianza del 95% y con un error máximo del 5% se obtuvo una muestra de 280.

Dichos sujetos fueron  elegidos aleatoriamente  y de forma sistemática de entre las parejas de las pacientes embarazadas que visitaron el centro  para seguirse su embarazo  y dar a luz.

Criterios de Inclusión:

Parejas de mujeres con embarazo normal que acudían al centro de estudio.

Criterios de Exclusión

Parejas de mujeres con embarazo que presentara o hubiera presentado durante el mismo alguna patología

Instrumentos

Se desarrollo un cuestionario especifico para el estudio

Variables en estudio:

  • Edad (Variable cuantitativa expresada en años)
  • Edad de la pareja (Variable cuantitativa expresada en años)
  • Estado Civil (Variable cualitativa)
  • Número de hijos (Variable cuantitativa discreta)
  • Tiempo de relación (Variable cuantitativa expresada en años)
  • Semana de gestación (Variable cuantitativa expresada en semanas)
  • Nº de abortos (Variable cuantitativa discreta)
  • Postura/s coitales  que  utilizan durante el embarazo con mas frecuencia

Cuestionario:

El cuestionario consta de los siguientes dominios:

  • Deseo (11 ítems en escala Likert con valores de 0 a 4 )
  • Satisfacción (13 ítems en escala Likert con valores de 0 a 4 )
  • Practicas (9 ítems en escala Likert con valores de 0 a 4 )
  • Miedos (5 ítems en escala Likert con valores de 0 a 4 )
  • Posturas ( 2 ítems en escala Likert con valores de 0 a 4)

resultados y conclusiones

Deseo Sexual

El nivel de deseo sexual es más bajo en el primer trimestre del embarazo. Aumenta bastante en el segundo trimestre y vuelve a disminuir de nuevo en el tercer trimestre. Estas diferencias son estadísticamente significativas.

Cuando hemos preguntado si tiene el mismo deseo de hacer el amor que antes del embarazo, vemos que casi la mitad de los hombres estudiados tienen en general menos deseo.

En el primer trimestre las mujeres experimentan cambios físicos y psicológicos. Entre los cambios físicos se pueden observar nauseas, vómitos y fatiga. En este trimestre además pueden quejarse de calambres después del coito, dolor de espalda y sensibilidad en los senos.  Todos estos síntomas pueden conducir a las parejas a creer que las relaciones sexuales no son seguras.

En el hombre se da una disminución en el  deseo sexual debido a varios factores:

– La pareja, en más de la mitad de las ocasiones rechaza tener relaciones sexuales, debido a los al malestar que le provocan los síntomas que he descrito anteriormente.

– El hombre tiene miedo a que el embarazo no vaya bien  por culpa de las relaciones. De hecho, podemos ver que la intención de evitar la penetración por parte de ambos miembros de la pareja se hace evidente en el primer trimestre.

En el segundo trimestre suele haber una sensación general de bienestar, lo cual produce un aumento en el deseo sexual. En este periodo desaparecen los síntomas que aparecieron en el trimestre anterior pero aparecen otros nuevos. Ahora es típica la dispareunia. Además el abdomen de la compañera va creciendo, lo que va a obligar a ir cambiando el repertorio sexual con lo que respecta a las posturas para practicar el coito.

El deseo sexual hemos dicho que aumenta con respecto al primer trimestre, pero los factores que pueden hacer disminuir el deseo son los siguientes:

– Crece el abdomen de la compañera, con lo que las posturas para realizar el coito se tornan más complicadas.

– El hecho de que crezca el abdomen, puede favorecer a  que algunos vean a sus parejas menos atractivas.

–  El hombre puede sentir miedo a dañar al feto.

– Los hombres pueden estar confundidos debido a que sus compañeras experimentan emociones inestables debido a los cambios hormonales que se producen en el embarazo.

En el tercer trimestre vuelve a disminuir el nivel de deseo sexual en el hombre. Un porcentaje considera que su pareja no le resulta atractiva, el coito puede resultar incómodo y la dispareunia ocurre con frecuencia.

En el hombre también aflora los sentimientos de hacer el amor con “una madre”, hecho que hace disminuir el deseo sexual. Por otro lado, el feto puede aparecer como un intruso a la relación sexual de la pareja.

Satisfacción Sexual

Al igual que ocurre con el deseo, la satisfacción sexual baja en el primer trimestre de embarazo, en el segundo aumenta un poco para volver a bajar de forma importante en el tercer trimestre. Estos cambios han sido estadísticamente significativos.

Cuando preguntamos la percepción que tiene el hombre de que si su pareja tiene en cuenta la satisfacción sexual de él vemos que  hay mucho descontento. El 40% de los hombres estudiados piensan que la pareja tiene en cuenta su satisfacción sexual de forma ocasional.

Sin embargo, cuando les pregunto que si ellos tienen en cuenta la satisfacción sexual de ella, el 99% me responden que sí.

No obstante, cuando les pregunto  si preguntan a su pareja lo que les gusta o les disgusta de las relaciones sexuales, podemos ver que más de la mitad lo hace de forma ocasional, pero lo que más me llama la atención es que más de un 25% no lo hace casi nunca.

En cuanto a la frecuencia de los encuentros sexuales, la mitad de los encuestados no tienen más de dos relaciones coitales a la semana. Y más del 30% reconoce que en ocasiones pasan semanas en las que no tienen encuentros sexuales con penetración.

Cuando se les pregunta directamente si sus relaciones sexuales son satisfactorias, el 75% de los encuestados contestan que sí lo son.

Miedos

El miedo principal, tanto en hombres como en sus parejas ocurre en el primer trimestre. En este periodo tienen miedo a perder el embarazo.

Al final del segundo trimestre es cuando surge en el hombre el sentimientos de miedo a que le pueda suceder algo al feto como consecuencia de las relaciones sexuales con penetración. No obstante, como norma general, es en el segundo trimestre cuando menos miedos existen por parte del hombre.

Es en el tercer trimestre de gestación cuando practican el coito con más delicadeza debido a ese miedo de dañar al feto. Es en este periodo cuando tienen mayor intención de evitar la penetración por parte de ambos miembros de la pareja.

En los miedos también son importantes los antecedentes que han vivido. Las parejas que han tenido algún aborto, tienen más nivel de miedo que las que no lo han sufrido.

Bibliografía

  1. Lucas, M. Sed de piel. ¿feminizar el futuro?. Madrid. Psimatica. 2009; 136-137
  2. González, I. (2002). Padre o progenitor. El paternaje, su conceptualización, Revista cubana de medicina general integral. V.18, nº 4.
  3. Bing, E.Colman, L. (1989). Making love during pregnancy. New York: The Noonday Press.
  4. Alteneder, R. (1997). Addressing Couple´s Sexuality Concerns During the Childbearing Period: Use of de PLISSIT Model. JOGNN principles and practice. (pp. 651-657)
  5. Bing, E. (1993). Is it safe to have sex during pregnancy? Lamaze Parents Magazine, (Spring), 22-23.
  6. Fogel, C., Lauver, D. (1990). Sexual health promotion. Philadelphia: W.B. Saunders.
  7. Bayley, V. R. (1989). Sexuality before and after birth. Midwives Chronicle & Nursing Notes, 102 (1212), 24-26.