sobre la apófisis anterior del calcáneo, entre los tendones extensores y los peroneos (figura 2, al final del artículo).
Tras incidir sobre piel y tejido celular subcutáneo identificamos el retináculo extensor inferior e incidimos el mismo para exponer el origen del músculo extensor corto de los dedos (pedio) y seguimos su recorrido hasta el seno del tarso. Realizamos una incisión en su origen y lo reflejamos distalmente (figura 3, al final del artículo).
Una vez expuesta la coalición, con un osteotomo pequeño resecamos un fragmento trapezoidal del hueso, hasta crear un espacio visible entre el calcáneo y el escafoides tarsiano. Con la ayuda del radioscopia confirmamos que la resección es suficientemente amplia. Finalmente interponemos entre calcáneo y escafoides tarsiano el músculo pedio reflejado y lo suturamos mediante pull-out en la cara interna del mediopié, con el fin de reducir el riesgo de recurrencia de la coalición.
EVOLUCIÓN
Clínicamente el paciente presentó una mejoría del dolor y de la limitación funcional, quedando libres las articulaciones subastragalina y mediotarsiana al mes de cirugía. Durante el seguimiento de un año no se ha evidenciado recaída ni recurrencia de la coalición.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
La coalición tarsiana es una patología poco frecuente en la que se va a producir un pie plano rígido y doloroso debido a la unión de dos o más huesos del tarso (5).
La coalición más frecuente es la barra calcáneo-escafoidea.
La clínica característica es el dolor subastragalino o mediotarsiano tras el sobreesfuerzo o traumatismos leves, con limitación de la movilidad, y suele aparecer cuando se osifica la barra cartilaginosa (8-12 años la barra calcáneo-escafoidea y en la adolescencia la barra calcáneo-astragalina).
Las coaliciones asintomáticas no precisan tratamiento.
En caso de dolor o limitación funcional crónica está indicado el tratamiento quirúrgico mediante resección de la barra.
Para evitar el riesgo de recidiva podemos asociar a la resección de la barra, la interposición del músculo extensor corto de los dedos o autoinjerto de grasa que puede ser obtenida de la nalga de la pierna intervenida (6).
ICONOGRAFÍA
Figura 1: Imagen de radiografía (Rx) Simple en la que se observa el signo de “la nariz de oso hormiguero”

Figura 2: Fotografía de las marcas anatómicas previas al abordaje

Figura 3: Fotografía del acto quirúrgico en la que aparece reflejado el músculo pedio.

Figura 4: Fotografía final de la cirugía, donde se observa el músculo pedio interpuesto en el lugar de la coalición tarsiana.

BIBLIOGRAFÍA
- Zaw H, Calder JD. Tarsal coalitions. Foot Ankle Clin. 2010 Jun;15(2):349-64.
- Flynn JF, Wukich DK, Conti SF, Hasselman CT, Hogan MV, Kline AJ. Subtalar Coalitions in the Adult. Foot Ankle Clin. 2015 Jun;20(2):283-291.
- Mosca VS. Subtalar coalition in pediatrics. Foot Ankle Clin. 2015 Jun;20(2):265-281.
- Lawrence DA, Rolen MF, Haims AH, Zayour Z, Moukaddam HA. Tarsal Coalitions: Radiographic, CT, and MR Imaging Findings. HSS J. 2014 Jul;10(2):153-66.
- Dare DM, Dodwell ER. Pediatric flatfoot: cause, epidemiology, assessment, and treatment. Curr Opin Pediatr. 2014 Feb;26(1):93-100.
- Mubarak SJ, Patel PN, Upasani VV, Moor MA, Wenger DR. Calcaneonavicular coalition: treatment by excision and fat graft. J Pediatr Orthop. 2009 Jul-Aug;29(5):418-26.